viernes, 3 de marzo de 2017
Se reanudarán negociaciones para prohibir las armas nucleares
Por Baher Kamal
Los estados miembro de la ONU se reunirán en marzo para reanudar las negociaciones sobre “un instrumento legalmente vinculante que prohíba las armas nucleares con el fin de avanzar hacia su total eliminación”. Las conversaciones se continuarán en junio y julio.
La ONU (Organización de las Naciones Unidas) adoptó el 27 de octubre de 2016, una resolución que relanza las negociaciones para un tratado que ponga fin a dos décadas de estancamiento de los esfuerzos de desarme.
En una reunión del Primer Comité de la Asamblea General de la ONU, dedicado a desarme y seguridad internacional, 123 naciones votaron a favor de la resolución, 38 en contra y 16 se abstuvieron.
La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), con sede en Ginebra y presente en 80 países, aplaudió la iniciativa porque es un gran avance hacia “un cambio fundamental en la forma en que el mundo hace frente a esta amenaza gigante”.
“Desde hace siete décadas, la ONU advierte de los peligros de las armas nucleares, y en todo el mundo, la gente aboga por su abolición”, recordó la directora ejecutiva de ICAN, Beatrice Fihn. “En la actualidad, la mayoría de los estados resolvió prohibirlas”, recordó.
La resolución de la ONU se adoptó a pesar de la presión de los estados nucleares. Unas 57 naciones, encabezadas por Austria, Brasil, Irlanda, México, Nigeria y Sudáfrica, apoyaron el documento.
Mientras tanto en Europa
La resolución de la ONU se aprobó horas después de que el Parlamento Europeo adoptara otro documento sobre el mismo asunto con 415 votos a favor, 124 en contra y 74 abstenciones, y que invita a los integrantes de la Unión Europea (UE) a “participar de forma constructiva” en las negociaciones de este año, recordó ICAN.
Las armas nucleares son las únicas de destrucción masiva que todavía no se han prohibido de forma universal, a pesar de las consecuencias humanitarias y ambientales bien documentadas, observó la organización.
“Un tratado contra las armas nucleares fortalecería la norma global contra su uso y su posesión, cerrando uno de los vacíos más grandes del derecho internacional e instando a tomar las demoradas medidas en materia de desarme”, subrayó Fihn.
Las armas biológicas y químicas, las minas antipersona y las bombas de racimo están explícitamente prohibidas por el derecho internacional. Pero en lo que se refiere a las atómicas, solo hay prohibiciones parciales.
ICAN también recordó que el desarme nuclear es un tema prioritario para la ONU desde su creación en 1945.
“Los esfuerzos para concretar ese objetivo se estancaron en los últimos años, cuando las naciones nucleares realizaron grandes inversiones en la modernización de sus arsenales”, apuntó la organización.
Otras entidades que abogan por el desarme nuclear también aplaudieron la resolución de la ONU.
Entre ellas se destacan, PAX, una asociación entre IKV (Consejo Intereclesiástico para la Paz) y Pax Christi; Soka Gakai International (SGI), una organización budista a favor de la paz, la cultura y la educación en torno al respeto a la dignidad de la vida, y la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de una Guerra Nuclear (AIMPGN).
No contaban con Donald Trump
Cuando las organizaciones de la sociedad civil aplaudieron en octubre la nueva resolución de la ONU que fijaba para este año el inicio de las negociaciones nucleares, no esperaban que poco después resultaría elegido en Estados Unidos el empresario Donald Trump, quien este viernes 20 se convertirá en el 45 presidente de su país.
Y mucho menos imaginaron que anunciará su interés en aumentar el poder nuclear de su país.
“Estados Unidos debe fortalecer mucho y ampliar sus capacidades nucleares hasta que el mundo recupere la cordura en materia de armas nucleares”, tuiteó Trump @realDonaldTrump el 22 de diciembre de 2016.
De concretarse sus dichos, ese será uno de los grandes desafíos para el movimiento a favor de la abolición.
Instituciones financieras y fabricación de bombas atómicas
La campaña internacional para impedir que bancos e instituciones financieras destinen fondos a la producción y la modernización de armas nucleares logró ciertos avances.
“Los gobiernos decidieron negociar un tratado de prohibición de armas nucleares en 2017, y es hora de que las aseguradoras y los fondos de pensión se dispongan a poner fin a su relación con empresas involucradas en la fabricación de armas atómicas”, subrayó Susi Snyder, de PAX y autora del informe Hall of Fame (“El salón de la fama”).
“Unos 400 bancos privados, fondos de pensión y aseguradoras siguen financiando, con el dinero de sus clientes, la producción de armas nucleares”, subrayó.
Según el estudio, 18 bancos, que controlan más de 1,7 billones de euros (unos 1,82 billones de dólares), están listos para cortarle los fondos a las bombas atómicas, con políticas que prohíben de forma estricta toda inversión de cualquier tipo y en cualquier forma en compañías que fabriquen armas nucleares.
Las 18 instituciones, descritas en el Salón de la Fama de la edición 2016 del informe Don’t Bank on the Bomb (“No invierta en armas nucleares”) publicada por ICAN el 7 de diciembre, tienen sede en Australia, Dinamarca, Gran Bretaña, Holanda, Italia, Noruega y Suecia.
El informe también menciona a otras 36 instituciones financieras que precisan específicamente su preocupación por las armas nucleares y que, de alguna manera, restringen sus inversiones.
Sus “políticas tienen vacíos legales, pero demuestran que hay un estigma asociado a las inversiones en armas nucleares”, señala el análisis.
“PAX llama a esas instituciones a fortalecer sus políticas y el informe Don’t Bank on the Bomb ofrece recomendaciones personalizadas para cada institución financiera en Runners-Up”, añade.
Las inversiones no son neutrales
“Financiar e invertir son decisiones activas, basadas en evaluaciones de la compañía y sus planes. Las instituciones que imponen limitaciones a las inversiones en armas nucleares responden al creciente estigma en torno a esas armas, diseñadas para matar de forma indiscriminada”, precisa el informe.
Todos los países nucleares modernizan sus arsenales y Don’t Bank on the Bomb ofrece detalles de las 27 compañías privadas que fabrican componentes clave para la producción de armas, así como de los 390 bancos, compañías de seguros y fondos de pensión que todavía invierten en ellas, precisa el documento.
“A medida que se acercan las negociaciones para prohibir las armas nucleares este año, los países deben prohibir la financiación como incentivo para que el sector financiero excluya de su universo de inversiones a las compañías asociadas a las armas nucleares, y plantear el costo económico de su despliegue, acopio y modernización”, añade.
Conozca más sobre las armas nucleares
ICAN resume los hechos más destacados en relación con estas armas de destrucción masiva:
Traducido por Verónica Firme
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