sábado, 18 de marzo de 2017

La violencia contra las mujeres está conectada con la violencia ambiental



“Contra la dictadura de Juan Orlando paramos todas, paramos todas”. Con cantos, bailes y consignas que rechazan el sistema machista y patriarcal, también señalando al gobierno de Juan Orlando Hernández, como responsable de militarizar la sociedad y entregar los territorios al capital trasnacional, las mujeres hondureñas se unieron al Paro Internacional de Mujeres, que 54 países realizaron este 8 de marzo,  para recordar que las mujeres siguen sin tener las mismas oportunidades que los hombres, y siguen siendo asesinadas por ser mujeres. 

En San Pedro Sula, portando sombreros de junco y palma,  elaborados por las artesanas de Santa Bárbara, las mujeres exigieron justicia en el caso de Berta Cáceres, asesinada en marzo de 2016 y Margarita Murillo asesinada en agosto de 2014, ambas luchadoras sociales defensoras de la tierra y los bienes naturales. 

“El sombrero es el símbolo de lucha de las mujeres campesinas e indígenas” dice Betty Vásquez de la Red de Mujeres de Santa Bárbara y el Movimiento Ambientalista Santabarbarense (MAS). Betty denuncia que sumada a la violencia de doméstica, las mujeres en el occidente hondureño están siendo despojadas de sus territorios y cuerpos. 

Existen 86 concesiones mineras y 300 por aprobarse, además de 28 ríos destinados al represamiento por parte de empresas privadas, Santa Bárbara enfrenta una seria amenaza ambiental, aunada a la preocupación de las comunidades lencas que se encuentran en situación vulnerable con respecto al  tema de los derechos humanos.

Estos preocupantes  datos fueron revelados  en el “Conversatorio Departamental sobre Derechos Humanos, Derechos Civiles y Ciudadanos de la Población” organizado en octubre de 2016 por el Movimiento Ambientalista Santabarbarense. “Las mujeres no vamos a permitir que sigan destruyendo la madre tierra” sigue denunciando Betty.

En Honduras la impunidad, violencia y corrupción son el día a día. Existe entre 90 y 96% de impunidad en homicidios, siendo uno de los países con más altas tasas de violencia. A esta realidad se agrega que además este país fue catalogado recientemente como el lugar más peligroso para activistas ambientales según la organización inglesa Global Witness. Y que cada 16 horas una mujer es asesinada según el observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. “Con esos datos podemos asegurar que la venta de nuestros bienes naturales significa la muerte directa para nosotras”, concluye Betty Vásquez. 

100 mujeres asesinadas entre enero y febrero de 2017

La coordinadora del movimiento feminista Visitación Padilla  Merli Eguigure, denunció que entre los meses de enero y febrero de 2017, han sido asesinadas 66 mujeres y hasta la fecha, sus familiares no han podido encontrar justicia.

También señaló que la violencia contra las mujeres incremente año con año, sin embargo, hay muchas mujeres que aún no se atreven a denunciar a sus agresores. 

“Ser mujer aquí es un delito”, asegura la defensora acusando al Ministerio público de un silencio cómplice que mantiene a las mujeres hondureñas preocupadas e indignadas,  porque su obligación es investigar cualquier asesinato que ocurra y mucho más si se trata de una mujer que dejó uno hijos y una familia a la que sostenía con su trabajo. “Las 66 muertes de mujeres registradas en lo que va del año se suman a la lista de femicidios impunes que el Ministerio Público es incapaz de investigar” finalizó Merli Eguigure.

Según datos del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH),  son 100 las mujeres asesinadas en lo que va del año, y más del 90 por ciento de los casos siguen en impunidad y a medida crecen las estadísticas de muertes, el porcentaje de judicializaciones es más lamentable. 

Asimismo, el observatorio señala que en el departamento de Francisco Morazán se han registrado 51 casos, y que en el norte del país, específicamente en el departamento de Cortés, con énfasis en San Pedro Sula, Choloma, Villanueva, Santa Cruz de Yojoa,  y en El Progreso del departamento de Yoro,  se han registrado hasta el 28 de febrero 44 muertes violentas o femicidios.

La coordinadora del movimiento feminista Visitación Padilla  Merli Eguigure, denunció que entre los meses de enero y febrero de 2017, han sido asesinadas 66 mujeres y hasta la fecha, sus familiares no han podido encontrar justicia.
Lucha por vivir en Honduras

“Desde el 2009 hasta el 2016 se reportaban más de 4 mil mujeres asesinadas. Esto quiere decir que se están asesinando unas 500 mujeres al año, y esto nos debería de dar una alerta y decir lo que está pasando en el país, por qué está aumentando la violencia hacia las mujeres” dice Merari Ávila de la Red de Mujeres Jóvenes de Cortés. 

Las mujeres son víctimas de tipos de violencia. Una violencia cultural producto de la clase de sociedad donde predomina el machismo y la desvalorización de la mujer por el simple hecho de ser mujer. También se enfrentan a la violencia estatal en la que a la mujer no se le permiten los espacios de participación requeridos a pesar de tener igual o más capacidad que los hombres. El Estado las reprime con leyes y se adueña de sus cuerpos al tomar decisiones en contra su dignidad.

Frente a ese panorama, las mujeres han salido a los espacios públicos, se han adueñado de las calles y las plazas, han alzado su voz y denunciado el arraigo del sistema patriarcal y la implementación del modelo extractivista por parte del gobierno nacionalista de Juan Orlando Hernández. 

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