viernes, 17 de marzo de 2017

"No se puede echar la culpa al cambio climático de lo que es la imprevisión de los funcionarios"


Rebelión

Por Mario Hernandez

M.H.: En el mes de diciembre el Ministro de Medioambiente nos encomendó rezar ante el fenómeno natural, o sobrenatural que afecta nuestro país, las inundaciones y los incendios. ¿Hay alguna explicación más racional para todo esto?
E.B.: Aquí hay una combinación de fenómenos naturales agravados por la irresponsabilidad humana e institucional. En el caso de los incendios está claro, había sequía, el cambio climático significa que en las zonas secas va a llover menos. Ahora, una vez que esto viene anunciado y hay consenso en los científicos desde hace por lo menos 20 años, no se puede echarle la culpa al cambio climático de lo que es la imprevisión de los funcionarios.

Ya se sabe que va a haber sequías, ya se sabe que en las sequías hay incendios, por lo tanto, hay que prepararse. Esto vale tanto para Argentina como para Chile. En Chile es mucho más grave que para Argentina por dos motivos, por un lado, porque ha habido un reemplazo del bosque nativo, que era húmedo, por forestación seca que prende más fácil. Esta forestación llega hasta el borde de los pueblos, con lo cual cuando se quemó la forestación se quemaron los pueblos también.

Y en el caso de las inundaciones, ya se sabía que una cantidad de zonas son inundables, ¿qué pasa entonces con los municipios que siguen autorizando que se construya en zonas inundables?

M.H.: ¿Qué incidencia tiene el cultivo de la soja? Se conoció durante estos días una información producida por ingenieros del INTA que señalaban que ese cultivo generaba poca absorción de los suelos.

E.B.: Son varias cosas. Un bosque en la medida que los árboles tienen grandes raíces, éstas canalizan y envían el agua hacia el subsuelo y, al mismo tiempo, retienen agua en las hojas y eso posibilita que baje más lentamente. Cuando hay un cultivo el agua va menos al subsuelo con lo cual termina escurriendo en la superficie y de ahí a inundar hay un paso muy chiquito.

M.H.: En nuestra última conversación abordamos el tema del Riachuelo. Ahora hay una orden de la Corte Suprema para que en el término de 90 días se produzca información al respecto por parte de la ACUMAR ( Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo) . ¿Vamos a tener alguna precisión que no tuvimos en la anterior audiencia de la Corte Suprema con la ACUMAR?

E.B.: Es una especie de obra de teatro en la que los protagonistas repiten las mismas palabras. En el año 2008 la Corte Suprema de Justicia pidió una serie de informes que no le dieron ni en ese año, ni en los siguientes. Entonces, la Corte Suprema simula que está pidiendo por primera vez cosas que ya pidió diez veces. En algún momento la sociedad tiene que decir basta. Mientras repiten este juego en el que los funcionarios “se portan mal” la Corte los “reta” y no pasa nada, y al año siguiente viene otro diciendo que es nuevo y no sabe nada del tema, y la Corte lo vuelve a retar, y así sucesivamente. Estamos en un círculo vicioso consciente, todos los actores de esto, excepto las víctimas que son los vecinos, saben que están haciendo trampa.

M.H.: Un tema que tuvo bastante trascendencia fue el informe de la ONG internacional Oxfam acerca de que el 1% más rico de la población concentra en sus manos más riqueza que el resto del planeta, dieron los nombres de los 8 más ricos, pero dentro de ese mismo informe hay otra cosa que no tuvo tanta trascendencia, y es que se ha profundizado la concentración de la tierra en la Argentina, apenas el 1% acapara el 33% del territorio. En los últimos tiempos vivimos dos hechos que apuntan en este sentido, como lo sucedido en El Bolsón en relación al empresario Joe Lewis y la situación vivida en Chubut en relación a la comunidad mapuche del Lof en Resistencia de Cushamen que reclama tierras que están en manos del empresario Benetton. ¿Cuál debería ser a su entender el tratamiento de este tema?

E.B.: Creo que hay que frenar esta estrategia de concentración de las tierras que están teniendo las grandes empresas, una estrategia que tiene como herramienta el manejo del mercado y el monopolio de la tecnología. En la región pampeana, por ejemplo, y en todas las zonas de grandes cultivos lo que han hecho es imponer este modelo sojero que para poder trabajar allí hay que tener un campo grande, los que tienen campos chicos tienen que alquilar la tierra a los monopolios o vendérsela a una empresa grande. Con lo cual esta concentración de la tierra ha destruido la cultura agraria, en los pueblos están quedando cada vez menos agricultores, hay grandes latifundios y grandes empresas que son las que producen soja, trigo soja, etc., en un campo cada vez más despoblado.

Entonces, hay concentración de la tierra, hay enriquecimiento de unos pocos, hay una tecnología usada como arma económica que esta despoblando el campo y obviamente la gente que no tiene trabajo en el campo termina construyendo villas miseria en las ciudades.

M.H.: ¿Quiere agregar algo más?

E.B.: Simplemente recordar que si no hay reclamos vecinales enérgicos por el Riachuelo no hay intenciones de que avance nada.


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