sábado, 13 de abril de 2013
Libre expresión
Por Eduardo Enrique Reina García
"Si nos quitan la libertad de expresión,
entonces seremos dirigidos mudos y callados,
como ovejas al matadero.”
George Washington
En nuestro país somos muy dados a simplificar los debates de la coyuntura política y a no escudriñar sus razones, o bien hacia donde van ciertas acciones que de manera cada vez más autoritaria y errática toma la administración Hernández-Lobo. En general, tendemos a olvidar nuestra realidad e historia en las que algunas personas actúan de formas contradictoriamente distintas para los mismos casos. Todo depende a qué intereses se defiendan en un momento determinado.
Uno de los tantos temas de debate actual, es las amenazas que se ciernen sobre la libre expresión y sus derechos derivados en Honduras, ante las inminentes reformas a la ley de telecomunicaciones. En este campo considero que la libre expresión no debe limitarse para nadie, toda persona natural o jurídica debe de tener la libertad de expresarse con plena apertura. No debe usarse el poder del Estado, ni civil, ni militar, ni judicial para limitar la posibilidad de que un medio, cualquiera que sea pueda difundir su opinión.
En la experiencia que tuve como ministro de Comunicación del presidente Zelaya, puedo subrayar que la posición de su gobierno jamás fue de limitar en lo absoluto la posibilidad de un medio o de un periodista de decir lo que fuera. El gobierno enfrentó manipulaciones mediáticas, campañas de odio y desprestigio, y las mismas no fueron dirigidas solo a su administración o funcionarios, se buscó en momentos inmiscuirse hasta contra las vidas personales de sus familiares. Sin embargo, jamás se intentó frenar a la libertad de expresión. Lo que hacíamos era buscar hacer uso de nuestro derecho a la réplica y a exponer nuestras posiciones. Las que claro no se difundían de la misma forma. Las medias verdades y titulares sacados del contexto de las declaraciones fueron casi una norma para muchos medios, independientemente de esa realidad, nunca se intentó restringir a los medios o a los periodistas.
Posteriormente durante el golpe de Estado se cerraron medios de comunicación que trataron de difundir la verdad, se decomisaron o destruyeron sus equipos a medios como Radio Globo, Canal 36, Canal 11, Radio UNO, Radio Progreso, Radio Sacate Grande y Radio Gualcho. Lo que es peor, se amenazó a sus propietarios y periodistas. Adicionalmente, el día del golpe, se restringió el acceso del pueblo hondureño a las cadenas internacionales, por muchas compañías de cable. La autocensura fue en la mayoría de casos la norma. Las bancadas del Congreso Nacional, entre ellas la del Partido Nacional, guardaron un silencio cómplice. Hay que recordar la historia aunque resulte molesto para algunos, sino lo hacemos la visión es solo parcial. Ahora muchos de los que no permitieron la libertad de expresión durante el régimen de facto, cínicamente la defienden y muchos no fueron solidarios con sus propios colegas. Las libertades hay que defenderlas en todo momento, y contra todos los que intentan violentarla o restringirla, no solo cuando nos conviene.
La libre expresión se ha venido violentando y otro problema claro es la violencia contra periodistas, en que Honduras tiene uno de los peores índices a nivel latinoamericano.
El debate de la libertad de expresión es amplio a nivel mundial, y hay temas que también deben entrar al tapete de discusión, hay otros derechos relacionados y que vale la pena mencionar. Hablamos de: Información transparente del Estado, límites al de derecho al acceso a información veraz por la población, el manejo de millones en la publicidad estatal, la cobertura parcializada de eventos políticos o económicos, los mensajes de odio y desprestigio por intereses económicos o políticos, la concentración de propiedad de medios de prensa con consorcios económicos y prácticas monopólicas y oligopólicas, el escaso apoyo a medios públicos y comunitarios, el uso de la seguridad nacional como excusa para violar el derecho a la libre expresión, el acceso a medios electrónicos e internet y a medios tecnológicos.
El debate es amplio y de todas estas materias hay abusos claros en Honduras, solo como ejemplos en el derecho a información transparente del Estado con las acciones de esta administración como: Las ciudades modelo, COALIANZA, la seguridad pública, la justicia, el presupuesto del Congreso y el combate a la corrupción. Por otra parte, no hay mecanismos de lograr desentrañar cómo se maneja en la mayoría de casos la publicidad pública, y se convierte en una ventaja política para los que están en el gobierno.
Muchos países discuten ampliamente que la libertad de expresión debe fomentarse, protegerse y mantenerse. Pero también debe haber parámetros en los cuales el llamado “cuarto poder” no es un poder que está al servicio de pocos. Para ello se han creado observadores de medios u ombudsman de la libertad de expresión, de esa forma se previenen abusos en contra de personas o de la población en general. Por ahora pareciera más que la administración Hernández-Lobo lo que busca con este tema y las exoneraciones es favorecer a ciertos grupos económicos o chantajear a otros para que apoyen. En cualquier caso, la libre expresión no debe restringirse o manipularse y hay que ser consistentes con la defensa de los principios, derechos y libertades. En eso debemos estar claros.
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