miércoles, 13 de marzo de 2013

Hugo Chávez: “La revolución bolivariana va a seguir avanzando, de batalla en batalla y de victoria en victoria”




Fotografía de Chávez utilizada por El País en marzo de 2010 y por ABC en enero de 2013.
“El caso más claro, más escandaloso de manipulación de la opinión pública mundial es, hoy por hoy, el caso de Venezuela. En el teatro, en el gran teatro del Bien y del Mal, hay una distribución de funciones entre los ángeles y los demonios, y Hugo Chávez es uno de los principales demonios. Es un dictador desde el punto de vista de la fábrica de la opinión pública mundial (…) es un extraño dictador sin embargo: ganó 8 elecciones en 5 años”.

Con estas palabras nos recordaba Eduardo Galeano en 2010 cómo los medios de comunicación consiguieron poner otra vez patas arriba la realidad en Venezuela. Precisó cómo el único medio de comunicación clausurado en este país fue el Canal 8, pero no por Chávez, sino por “estos demócratas que tomaron el poder a través de un golpe de estado durante 48 horas” en 2002. “Y en esas 48 horas lo cerraron todo”.

“¿Y cual es la es la explicación de esto? Muy sencillamente les explico que en Venezuela había 5 millones de personas sin derechos civiles, sin documentos. Y los hijos no podían ir a las escuelas porque no tenían partida de nacimiento. Eso es lo que Chávez les está cambiando, porque en pleno paraíso petrolero, en lo que se llama la Venezuela Saudí, había 1 millón y medio de analfabetos que ahora se están alfabetizando. Y esto explica la furia de los grandes medios llamados de comunicación que incomunican a la gente”.


Manipulación mediante selección de fotografía: una imagen de Hugo Chávez nada casual, seleccionada del archivo de la agencia Reuters (12 de Febrero de 2009) con el fin de consolidar la falacia del dictador. La pose y el gesto -mentón alto- son casi idénticos a la célebre foto de Mussolini, cuando no podrían relacionarse en nuestro subconsciente con cualquier otro fascista.
Coincido en que la historia condenará a esta gentuza que se dicen periodistas, que han recurrido a todas las técnicas posibles de manipulación para hundir el ejemplo de Venezuela y alejar cualquier alternativa ocultando los datos objetivos de la revolución bolivariana. La historia les pasará factura, pero eso sí, siempre y cuando no la escriban ellos. Mientras en Venezuela Chávez batía su record de popularidad en febrero de 2013 -el 70 por ciento respaldaba la gestión de su mandato y el 75 por ciento consideraba que el presidente había hecho todo lo posible para solucionar los problemas del país- en España gran parte de la población sigue creyendo que Venezuela es una dictadura hasta ayer dirigida por el dictador Hugo Chávez. Una dictadura o algo parecido en su defecto. Los españoles creen que la economía de ese país es un desastre y que se vive en el caos y la completa inestabilidad. Sólo escuchan hablar de inseguridad ciudadana, de crímenes y de ausencia de libertad de expresión. La unanimidad de los mass media y la repetición de argumentos junto con la emisión de estúpidas anécdotas que ocultaban el trasfondo del discurso o la personalización de todos los males en la figura de Chávez consiguieron que fuese considerado por los españoles como el presidente peor valorado a escala internacional (nota de 1,7 sobre 10) mientras se ocultaban las cifras reales de sus políticas.


ABC insiste en usar la misma foto en la mañana del 6 de Marzo mientras que La Razón recurre a la fórmula de ensombrecer la cara, como El Mundo.
En octubre de 2012, Vicenç Navarro nos recordaba que “según el Gabinete de Estudios de América Latina del Center for Economic and Policy Research (CEPR), la pobreza en aquel país había descendido durante el mandato de Chávez un 50% (y la pobreza extrema un 70%), un hecho único en América Latina. Tales datos fueron también documentados por la conocida publicación del mundo empresarial de EEUU, la Bloomberg BusinessWeek, que en un informe sobre Latinoamérica concluyó: “Bajo Chávez, la pobreza pasó de representar el 50% de la población cuando ganó sus primeras elecciones, a un 31,6% en 2011. Y la pobreza extrema pasó de un 20% a un 8,5% durante el mismo periodo. Venezuela tiene el nivel de desigualdades más bajo de América Latina y el Caribe, según las Naciones Unidas” (07.10.12).

Más aún, según el último estudio del Instituto Nacional de Estadística -los datos del INE suelen coincidir con las mediciones de la ONU- la pobreza extrema en Venezuela se ubicó por debajo del 7% por primera vez en la historia reciente de Venezuela en enero de 2013. Antes de llegar la revolución comandada por el presidente Hugo Chávez la tasa de pobreza extrema se encontraba por encima del 25%.


Especial de la web de El Mundo el día de la muerte de Hugo Chávez. Compárese la foto elegida, con un Chávez ensombrecido como cualquier malvado de película. A la derecha Silas, el malo de “El Código da Vinci”
Acalladas las alternativas y las cifras, la mejora de la educación y la sanidad, dos de los pilares fudamentales del bienestar, sólo nos queda la mediocridad y la visión dirigida hacia cinco pestañas del especial de El Mundo tituladas “Santo y satán, Las fechas del chavismo, la prensa, “¿Por qué no te callas?” y después de Chávez. Y a eso lo llaman periodismo. A eso y a los añadidos: populismo, autoritarismo, profeta de Bolívar y demás insultos mezclados en ABC con un repugnante sensacionalismo y en El País con el golpismo, la desestabilización y la insistencia en el uso de términos como “caudillo bolivariano” en el día de su muerte. El editorial de despedida de El País se coloca a la altura de su acostumbrada bajeza moral, haciendo uso de todas las técnicas de manipulación antes mencionadas;

“(…) Un presidente sui generis que consiguió permanecer en el cargo casi catorce años y ganar sucesivas elecciones con una mezcla de carisma personal, largueza en el uso del dinero del petróleo, retórica populista y habilidad para convencer a muchos de que sus vidas serían mejores gracias a la revolución bolivariana (…) copaba de forma paulatina las instituciones y virtualmente cualquier palanca del poder, hasta convertir en unipersonal su régimen socialista (…) Este caudillismo sin duda alentará ahora la emergencia de facciones del chavismo, oscurecidas por el brillo del líder (…) Las urnas, en las que presumiblemente el antagonista de Maduro será el centrista Henrique Capriles, derrotado en octubre, darán en el plazo de un mes la medida de si la revolución bolivariana puede sobrevivir sin su inventor al timón (…) parece más que improbable que su sucesor, el que fuere, concite el apoyo suficiente para hacer tolerables por mucho tiempo a los ciudadanos los enormes desequilibrios económicos, la escasez cotidiana, la extendida corrupción o la violencia urbana rampante que afligen al país caribeño y que permanecen intactos o agravados tras el largo reinado del presidente desaparecido”.


¿Cabe imaginarse semejante titular cuando muera el rey? “La enfermedad derrota a Juan Carlos I”. La compararemos, llegado el momento.
Nos quedamos con la última frase de Galeano para olvidarnos de la bazofia que mastica el babeante editorialista El País. Concluía el genial escritor uruguayo repitiendo palabras de un ciudadano anónimo entrevistado en Venezuela;

“Yo no quiero que Chávez se vaya porque no quiero volver a ser invisible“.

El reto para los venezolanos es ahora el empoderamiento de su propia revolución y la superación de la figura del guía carismático que tanto hizo por la convergencia de los países socialistas en Latinoamérica, por la erradicación de la miseria, de la ignorancia y por el bienestar de los pueblos bolivarianos. Aprender a colectivizar también el liderazgo. Sirva una de las últimas reflexiones de Hugo Chávez como respuesta a ese ciudadano anónimo;


“A los que me desean a mí la muerte yo les deseo mucha vida para que sigan viendo cómo la Revolución Bolivariana va a seguir avanzando de batalla en batalla y de victoria en victoria“.

-



No hay comentarios: