Por Víctor J. Sanz
En la cadena televisiva 7 Región de Murcia, en el habitual tono torticero y manipulador, iniciaban las noticias del día 21 de febrero con el siguiente texto: “Hoy hemos conocido a alguien que sí supo prever la crisis: el Banco de España.”
En solo dos apuntes se destapa la clara tendencia de esta noticia y la nula habilidad de quien redactó el texto:
1) El hecho de que lo hayamos conocido “hoy” deja en clara evidencia al Banco de España, o bien por falta de esa supuesta capacidad de previsión a la que se alude, o bien por la falta de reacción ante la crisis.
2) Cuando dice “…que sí supo prever…”, lo más seguro es que el redactor no estuviera pensando en el presidente de la Región Autónoma de Murcia, Ramón Luis Valcárcel. La citada cadena de televisión agrede a su audiencia con todo tipo de desinformaciones imaginables y le invita a creer prácticamente cualquier cosa del quasi divino e infalible líder panocho, que ha conseguido situar la deuda de su región en más de 2.000 millones de euros, después de un fuerte aumento del 51% en el tercer trimestre de 2.010. Sin olvidar que desde que preside el gobierno autónomo ha permitido (y comandado) incontables desmanes, sin adjetivo posible, en el ámbito urbanístico y social.
No se me enfaden en la cadena, pero les propongo que cambien su nombre por el de “7 Risión de Murcia”, al menos haría más justicia a sus métodos de ocultación, distorsión y extorsión de la realidad.
También el día 21 de febrero, en Radio Nacional de España y comentando las noticias de actualidad en el programa de Juan Ramón Lucas, se pronunció la frase “monarquía hereditaria no declarada”, para referirse al liderazgo de un dictador que pretende hacer heredable su trono. No, no estaban hablando de España, sino de Libia. Es notable la habilidad que tienen algunos periodistas para desvirtuar la realidad, resaltando con su marcador mágico los infortunios ajenos y tachando los propios. Además, el hecho de que la monarquía española pueda considerarse “declarada” no la hace ni más legítima (ya que la declaró un dictador), ni más deseable (ya que la declaró un dictador), ni más heredable (ya que la declaró un dictador). Sustituir la palabra “dictador” por “rey” tampoco la convierte en más legítima, ni en más deseable, ni en más heredable. Quienes todavía defienden la figura y la institución de la monarquía, lo hacen llevados en ciegas volandas por la incansable legión de periodistas que observan escrupulosamente las normas de cualquier medio de comunicación de masas, cuyos libros de (mal) estilo solo les permiten contar aquello que realza la supuesta grandeza de la monarquía y de las personas que interpretan sus distintos roles. Al mismo tiempo, esos libros de (mal) estilo les recomiendan omitir todo aquello que nos daría un imagen más real y exacta de tan anacrónica institución.
El día 22 de febrero, en la misma emisora de radio, pero en el informativo de las 15:00 horas, en el apartado de economía se hace un repaso a la bolsa y se dice de Repsol que: “la situación en Libia ha teñido de rojo el parqué”. ¿Será coincidencia con el color del suelo libio con más de 300 muertos a estas alturas?, ¿será que importa más (y da más miedo) un parqué teñido rojo que un país teñido de rojo? La entradilla de la sección económica perfectamente podría haber sido: “Paren la revolución en Libia, Repsol se desangra.”
En la edición digital del diario El País del día 22 de febrero, se lee “El temor a una oleada de inmigrantes refuerza el apoyo de la UE al cambio”. Está visto que un acontecimiento más o menos grave o trascendental puede tener lugar en cualquier parte del mundo…, siempre que esté lejos de la UE. La alarma que hace una semana se intentó disparar por todos los medios (de comunicación) previendo, previniendo y predisponiendo contra una oleada de inmigrantes procedentes del norte de África, como consecuencia de las revueltas sociales, es lo que causa verdadera alarma. A la UE no le preocupa si en los países del norte de África se vive una situación de acentuada pobreza, ni si la propia UE o las grandes corporaciones europeas tienen algo que ver en las causas de esa pobreza, la alarma salta cuando los pobres intentan llegar hasta territorio europeo. En resumen, la alarma la produce lo cerca que está el pobre, no lo pobre que sea, ni quien sea el culpable de su situación.
Puede que solo sean impresiones mías, pero creo que todo depende del color del cristal con el que nos obligan a mirar.
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