Por Mario Casasús
En entrevista telefónica desde Tegucigalpa, Yolanda Chavarría (1928) la abuela de la resistencia hondureña, denuncia los efectos del gas lacrimógeno lanzado por el régimen de Lobo desde 2010, recrudecido el jueves 17 de marzo durante la represión al magisterio en Comayagua y Tegucigalpa, ciudad donde fue asesinada la profesora Ilse Ivania Velásquez por intoxicación de gas lacrimógeno y el atropellamiento de una patrulla de la policía.
La represión del régimen de Lobo comenzó en la ciudad de Comayagua, con un manifestante herido de bala por parte de la Policía Nacional, al medio día el epicentro golpista se trasladó a Tegucigalpa con una veintena de detenidos, una bebita intoxicada –que casi pierde la vida cuando la policía le impidió a sus padres la atención médica de urgencias- y el fallecimiento de la profesora Ilse Ivania Velásquez al ser atropellada por la patrulla de la policía. Ante el recrudecimiento de la represión, Yolanda Chavarría opina: “Los policías no respetan la vida, no les imparta quién esté al frente: sea una bebita, una abuela, un niño, jóvenes menores de edad, mujeres embarazadas, todas las víctimas pertenecemos a diferentes edades y sin distinción nos golpean con los toletes y las tanquetas, nos torturan con las lacrimógenas y nos reprimen a bala viva”
MC.- El 17 de marzo una bebita estuvo a punto de morir por la intoxicación de los gases lacrimógenos que lanzó la policía; abuela Yolanda, ¿cómo le han afectado las lacrimógenas del régimen de Lobo?
YC.- Posterior a la represión sentí las asfixias, se me desarrolló una alergia en la piel, ya los dermatólogos no saben qué hacer conmigo, dicen que es un problema de envenenamiento de la piel y la sangre, ambos padecimientos son secuelas de las bombas lacrimógenas. Al principio creí que era una alergia por la contaminación de Tegucigalpa, o por el sol, pero no, las infecciones son las secuelas al respirar por la boca las lacrimógenas, porque las fosas nasales son obstruidas. He padecido crisis respiratorias, de tipo pulmonar, el diagnóstico médico dice que es por envenenamiento de gas lacrimógeno.
MC.- Usted es una persona de la tercera edad, ¿qué opina de la policía cuando no permite separar a los ancianos de la represión y le niegan la atención médica a una bebita intoxicada por gas lacrimógeno?
YC.- Es una brutalidad la que están haciendo, los policías son cosas inhumanas, yo creo que ni los animales carnívoros son tan despiadados y asesinos, desde el golpe de Estado de Micheletti me he fijado que los policías no respetan la vida, no les imparta quién esté al frente: sea una bebita, una abuela, un niño, jóvenes menores de edad, mujeres embarazadas, todas las víctimas pertenecemos a diferentes edades y sin distinción nos golpean con los toletes y tanquetas, nos torturan con las lacrimógenas y nos reprimen a bala viva. Haría un llamado al régimen de Lobo para que se ponga la mano en el corazón, que haga conciencia, porque está asesinando al pueblo sin piedad, es indignante ver cómo una patrulla de la policía atropelló a la profesora Ilse Ivania Velásquez que no se pudo recuperar del gas lacrimógeno, durante la represión al Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (INPREMA), el pasado jueves 17 de marzo.
MC.- Las lacrimógenas que utiliza la policía hondureña son fabricadas en Israel y Norteamérica y todas dicen que “no deben ser disparadas al cuerpo y rostro de las personas”, en Tegucigalpa los proyectiles van directo al rostro y a los cuerpos de los ciudadanos; ¿por qué la policía no respeta el reglamento de los fabricantes y autores intelectuales norteamericanos?
YC.- Yo nunca había visto semejante represión de la policía, había visto al ejército en la guerra sucia. Ahora vivimos la barbarie por partida doble, si los fabricantes del golpe de Estado y de las bombas de gas lacrimógeno prohíben sean lanzadas directamente a los rostros y cuerpos ¿por qué lo hacen? Están asesinando a seres humanos; yo he recibido bombas lacrimógenas a lo largo de mi historia personal, pero antes eran como si te fumaras un cigarro, incluso las lacrimógenas del 28 de junio (2009) no eran letales, yo me acerqué al portón de Casa Presidencial las recibí cerquita, pero lavé mi cara y punto; las bombas de Micheletti y Lobo pertenecen a un nuevo lote de fabricación.
MC.- ¿Qué piensa al ver el dinero de sus impuestos invertido en gas lacrimógeno, represión y asesinatos?
YC.- Está muy mal, es el negocio de la muerte que implantó la oligarquía con el golpe de Estado: mientras más bombas lacrimógenas disparan más venden y experimentan con su letalidad. No creo que Israel o Norteamérica sean benévolos y compartan una dádiva de su ingeniería química con Porfirio Lobo, es un gran negocio, debemos exigir la cancelación del contrato mercantil entre los golpistas hondureños y los armamentistas del Imperio.
MC.- ¿Las bombas lacrimógenas deberían ser consideradas armas letales?, lo pregunto porque COFADEH documentó 3 casos de muerte por asfixia de lacrimógena: Wendy Ávila, Efraín López y Olga Uclés…
YC.- Yo le di los primeros auxilios a un compañero de la UD, le tiraron una bomba al cuerpo y lo patearon hasta perder el conocimiento, lo llevamos de emergencia al Hospital Escuela. Pero qué están pasando en realidad con los compañeros que últimamente han muerto de paros cardiacos, personas que se hicieron exámenes médicos antes del golpe de Estado y salieron bien o qué pasa con el 90% de las mujeres que están abortando por las secuelas del gas lacrimógeno, imagínese los crímenes de lesa humanidad que cometen los golpistas al punto de asesinar a bebes en los vientres de las compañeras de la resistencia, el régimen de Lobo debe ser enjuiciado por todos los delitos que impunemente perpetran los militares y policía.
MC.- ¿Por qué confía en COFADEH y no el Ombudsman del Lobo y Micheletti?
YC.- Las leyes en Honduras existen, pero no se cumplen; acudo al COFADEH porque es el movimiento de defensa de derechos humanos en Honduras con mayor prestigio nacional e internacional desde hace 28 años, aquí venimos a pedir auxilio, levantar denuncias y expresar nuestras preocupaciones, si perdemos la vida el COFADEH tendrá nuestro testimonio y los precedentes para futuras querellas.
MC.- Usted y doña Dionisia Díaz son las abuelas de la Resistencia, ¿qué le diría a sus contemporáneas en Honduras?
YC.- Que nos acompañen todas las abuelas de Honduras, me gustaría que nos reuniéramos en una plaza cada semana, como las Madres y Abuelas de la Argentina, para marchar y exigir la Justicia que el país necesita, tenemos que hacerlo por nuestros hijos y nietos.
MC.- Finalmente y a pesar de las alergias, del asma y de la edad, ¿por qué la abuela Yolanda continúa en la Resistencia?
YC.- Desde que era una niña mis padres se preocupaban por mí porque era una revolucionaria, esos ideales los tengo desde los 11 años; cuando miraba las noticias de los crímenes en contra de los campesinos yo deseaba acompañarlos en las bananeras y en las calles. Ahora tengo 82 años y ando en las calles por principios e ideales, por fin el pueblo hondureño se quitó la venda de los ojos, es una Resistencia que protesta por las injusticias que hacen los golpistas, es una Resistencia que propone una Asamblea Constituyente, es una Resistencia pacífica ante un régimen de facto débil porque no cuenta con el respaldo popular ni internacional, el Lobo y su séquito caerán.
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