jueves, 31 de marzo de 2011
La incertidumbre del régimen del humanismo cristiano
Rebelión
Por Ollantay Itzamná
El gobierno del Sr. Porfirio Lobo Sosa naufraga camino hacia la incertidumbre total. Sus mentiras y contradicciones los va envolviendo como un remolino letal. Prometió ser un gobierno de reconciliación nacional, pero hasta ahora sólo sembró un régimen de odio, con centenares de crucifijos y tumbas anónimas (que claman justicia) en el territorio nacional.
Quizás sin entender lo que decía, el Sr. Lobo se autoproclamó como gobierno de “Humanismo Cristiano” y defensor de los pobres, pero transfirió y transfiere todos los bienes comunes (recursos naturales), los servicios sociales y hasta el territorio nacional a empresas privadas y foráneas. Y así empobreció más a los pobres, y aseguró opulencia perpetua para la decena de familias más ricas de Honduras.
Cuando los sectores organizados del pueblo hondureño se movilizan en defensa de la dignidad y la soberanía del país, el gobierno recurre a la maliciosa calumnia para satanizarlos y criminalizarlos. En Honduras, todo aquel que reclama sus derechos es estigmatizado como vago, delincuente, marero, financiado por los dólares de Hugo Chávez. Si uno piensa u opina contrario al régimen actual, es catalogado como comunista y escribano ateo. Y así, en una sociedad tradicional y cristiana, son muy pocos las y los que se atreven a decir su verdad. Veamos el caso de la defensa de la educación pública.
Cuando profesores/as, padres y madres de familia, estudiantes y diferentes organizaciones, salieron a las calles para la defensa de la educación pública, el gobierno respondió con calumnias alevosas.
Acusó al sector magisterial de irresponsables y criminales por atentar contra la educación de las niñas/os. El objetivo fue poner a los padres de familia y a la ciudadanía en contra del magisterio. ¡Hasta los empresarios hicieron y hacen efusivas declaraciones en defensa de los derechos de las y los escolares!
Pero, ¿desde cuándo les interesa a ellos la educación de hondureños/as? ¿Acaso la corrupción pública con la que se enriquecieron las élites hondureñas no fue letal, no sólo para la educación de millones de niños/as, sino para la vida misma de jóvenes y adultos, ahora, analfabetos y sin oportunidades?
Después vino el otro ensayo gubernamental en el conflicto: “Tenemos identificado a cubanos, venezolanos y nicaragüenses agitando y financiando con dólares falsos al movimiento magisterial”, decían algunos ministros. Creyeron que enarbolando el fantasma de Castro y de Chávez desinflarían la popularidad del movimiento magisterial. Pasaron varios días, y la policía militarizada sólo capturó a profesores catrachos (hondureños) que llevaban piedras y pañuelos con vinagre en sus bolsos.
Odian a Hugo Chávez, pero qué bien los reciben y malversan los millones de dólares que transfirió el ALBA antes del golpe de Estado.
Ahora dice el Presidente Porfirio Lobo: “Los enemigos del país están detrás de estas movilizaciones porque no quieren que Honduras sea incorporada a la OEA”. Pero, ¿cuáles enemigos? ¿Cuántos autores y promotores del golpe de Estado han sido procesados por este delito de traición a la patria? ¡Ni uno solo! Todos fueron y son premiados con altos cargos en la Corte Suprema de Justicia, Ministerio Público y en diferentes negocios estatales. ¿Cuántos asesinatos de dirigentes sociales, periodistas y activistas fueron investigados? ¡Ni una sola investigación! Los sicarios traídos para matar siguen asesinando bajo el silencio cómplice del gobierno. ¡El ex presidente Manuel Zelaya y los cerca de 200 exiliados/as políticos no pueden retornar! ¿Quién es el responsable para que Honduras continúe fuera de la OEA?
El Presidente Lobo, del Humanismo Cristiano, dice: “Nadie me va a poner de rodillas”, refiriéndose al magisterio con el cual se niega a dialogar. Pero, acaso no llegó al sillón presidencial de rodillas. Si de rodillas lo tienen las élites políticas, militares y económicas que están terminando de repartirse el país. ¡Ni hablar de la Embajada de los EEUU o de los grupos financieros! ¿Creerá el Sr. Presidente que las y los hondureños somos tan brutos como para no darnos cuenta de estas y otras mentiras?
En su desesperación, el gobierno pide auxilio a las confederaciones de obreros del país para que medien en el “conflicto” de la educación. Las organizaciones de derechos humanos ya no cuentan. ¿Por qué será? ¿Por qué están divididas las organizaciones de los obreros, y a quiénes responden?
Por donde se mire, el régimen represor se diluye en sus contradicciones y camina a su debacle final. Y una de las razones fundamentales es: no puede mantenerse ningún gobierno sin un Estado de Derecho y anclado sólo en un Estado de Terror. En Honduras, las instituciones estatales fueron licuadas por el conflicto de intereses de las élites. Las mismas que implantaron el actual Estado Represor para garantizar sus privilegios y patrimonios mal habidos. Pero, ocurre que el pueblo comenzó a perder el miedo porque ya descubrió el “jueguito” de la gestión de miedos y deseos.
Por Ollantay Itzamná
El gobierno del Sr. Porfirio Lobo Sosa naufraga camino hacia la incertidumbre total. Sus mentiras y contradicciones los va envolviendo como un remolino letal. Prometió ser un gobierno de reconciliación nacional, pero hasta ahora sólo sembró un régimen de odio, con centenares de crucifijos y tumbas anónimas (que claman justicia) en el territorio nacional.
Quizás sin entender lo que decía, el Sr. Lobo se autoproclamó como gobierno de “Humanismo Cristiano” y defensor de los pobres, pero transfirió y transfiere todos los bienes comunes (recursos naturales), los servicios sociales y hasta el territorio nacional a empresas privadas y foráneas. Y así empobreció más a los pobres, y aseguró opulencia perpetua para la decena de familias más ricas de Honduras.
Cuando los sectores organizados del pueblo hondureño se movilizan en defensa de la dignidad y la soberanía del país, el gobierno recurre a la maliciosa calumnia para satanizarlos y criminalizarlos. En Honduras, todo aquel que reclama sus derechos es estigmatizado como vago, delincuente, marero, financiado por los dólares de Hugo Chávez. Si uno piensa u opina contrario al régimen actual, es catalogado como comunista y escribano ateo. Y así, en una sociedad tradicional y cristiana, son muy pocos las y los que se atreven a decir su verdad. Veamos el caso de la defensa de la educación pública.
Cuando profesores/as, padres y madres de familia, estudiantes y diferentes organizaciones, salieron a las calles para la defensa de la educación pública, el gobierno respondió con calumnias alevosas.
Acusó al sector magisterial de irresponsables y criminales por atentar contra la educación de las niñas/os. El objetivo fue poner a los padres de familia y a la ciudadanía en contra del magisterio. ¡Hasta los empresarios hicieron y hacen efusivas declaraciones en defensa de los derechos de las y los escolares!
Pero, ¿desde cuándo les interesa a ellos la educación de hondureños/as? ¿Acaso la corrupción pública con la que se enriquecieron las élites hondureñas no fue letal, no sólo para la educación de millones de niños/as, sino para la vida misma de jóvenes y adultos, ahora, analfabetos y sin oportunidades?
Después vino el otro ensayo gubernamental en el conflicto: “Tenemos identificado a cubanos, venezolanos y nicaragüenses agitando y financiando con dólares falsos al movimiento magisterial”, decían algunos ministros. Creyeron que enarbolando el fantasma de Castro y de Chávez desinflarían la popularidad del movimiento magisterial. Pasaron varios días, y la policía militarizada sólo capturó a profesores catrachos (hondureños) que llevaban piedras y pañuelos con vinagre en sus bolsos.
Odian a Hugo Chávez, pero qué bien los reciben y malversan los millones de dólares que transfirió el ALBA antes del golpe de Estado.
Ahora dice el Presidente Porfirio Lobo: “Los enemigos del país están detrás de estas movilizaciones porque no quieren que Honduras sea incorporada a la OEA”. Pero, ¿cuáles enemigos? ¿Cuántos autores y promotores del golpe de Estado han sido procesados por este delito de traición a la patria? ¡Ni uno solo! Todos fueron y son premiados con altos cargos en la Corte Suprema de Justicia, Ministerio Público y en diferentes negocios estatales. ¿Cuántos asesinatos de dirigentes sociales, periodistas y activistas fueron investigados? ¡Ni una sola investigación! Los sicarios traídos para matar siguen asesinando bajo el silencio cómplice del gobierno. ¡El ex presidente Manuel Zelaya y los cerca de 200 exiliados/as políticos no pueden retornar! ¿Quién es el responsable para que Honduras continúe fuera de la OEA?
El Presidente Lobo, del Humanismo Cristiano, dice: “Nadie me va a poner de rodillas”, refiriéndose al magisterio con el cual se niega a dialogar. Pero, acaso no llegó al sillón presidencial de rodillas. Si de rodillas lo tienen las élites políticas, militares y económicas que están terminando de repartirse el país. ¡Ni hablar de la Embajada de los EEUU o de los grupos financieros! ¿Creerá el Sr. Presidente que las y los hondureños somos tan brutos como para no darnos cuenta de estas y otras mentiras?
En su desesperación, el gobierno pide auxilio a las confederaciones de obreros del país para que medien en el “conflicto” de la educación. Las organizaciones de derechos humanos ya no cuentan. ¿Por qué será? ¿Por qué están divididas las organizaciones de los obreros, y a quiénes responden?
Por donde se mire, el régimen represor se diluye en sus contradicciones y camina a su debacle final. Y una de las razones fundamentales es: no puede mantenerse ningún gobierno sin un Estado de Derecho y anclado sólo en un Estado de Terror. En Honduras, las instituciones estatales fueron licuadas por el conflicto de intereses de las élites. Las mismas que implantaron el actual Estado Represor para garantizar sus privilegios y patrimonios mal habidos. Pero, ocurre que el pueblo comenzó a perder el miedo porque ya descubrió el “jueguito” de la gestión de miedos y deseos.
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