martes, 22 de marzo de 2011
La guerra del Club Med
Asia Times
Por Pepe Escobar
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Sería realmente edificante imaginar que la Resolución 1973 [1] del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, votada el pasado miércoles, tenía sólo por objeto apoyar al asediado movimiento anti-Muamar Gadafi mediante una zona de exclusión aérea, logística, alimentos, ayuda humanitaria y armas. Esa sería la prueba de que la “comunidad internacional” realmente “está al lado del pueblo libio en su lucha por los derechos humanos universales”, según palabras de la embajadora de Estados Unidos Susan Rice. Sin embargo, quizá sea preciso ir un poco más allá. La historia puede registrar que el punto real de inflexión se produjo este martes cuando el rey de reyes africano, en una entrevista en la televisión alemana, aseguró que las corporaciones occidentales –a menos que fueran alemanas (porque el país estaba en contra de establecer una zona de exclusión aérea)- podían irse despidiendo ya del filón energético de Libia. Gadafi dijo explícitamente: “No confiamos en sus firmas, han estado conspirando contra nosotros… Nuestros contratos de petróleo van a ser para firmas rusas, chinas e indias”. Es decir, países-miembros del BRICS.
Merece subrayarse que la Resolución 1973 de la ONU tuvo diez votos a favor, ninguno en contra y cinco abstenciones. Estas cinco abstenciones vinieron exactamente de cuatro de los países que conforman los miembros BRICS (Brasil, Rusia, India y China) más Alemania. Brasil y Alemania llevaban días manifestando su profundo escepticismo acerca de una acción militar, decantándose por una solución diplomática; pero en el caso de Rusia, India y China, quizá haya habido otras motivaciones (energía) en juego. Los cuatro miembros BRICS más importantes (el quinto es Sudáfrica, que votó a favor de la Resolución y se había unido formalmente al grupo, ampliándolo, en abril) tienden a coordinar sus votos en todas las decisiones importantes.
“Llévame hasta el petróleo” [*]
Por tanto, los cínicos tienen todo el derecho a invocar ese comprobado mantra de “es el petróleo, estúpido”.
Libia es la mayor economía petrolera de África, por delante de Nigeria y Argelia. Tiene al menos 46.500 millones de barriles de probadas reservas de petróleo (diez veces las de Egipto). Eso representa el 3,5% del total global. Libia produce entre 1,4 y 1,7 millones de barriles de petróleo al día, pero quiere llegar a los 3 millones. Su petróleo es muy apreciado, sobre todo porque tiene un coste de producción extremadamente bajo, alrededor de 1 dólar por barril.
Cuando Gadafi amenazó a las Grandes del Petróleo de Occidente, quería expresar que el show iba a terminarse pronto para la TOTAL de Francia, la ENI de Italia, la British Petroleum (BP), la española REPSOL, ExxonMobil, Chevron, Occidental Petroleum, Hess y Conoco Phillips, aunque no para la China National Petroleum Corp (CNPC). China considera esencial a Libia para su seguridad energética. China se lleva el 11% de las exportaciones de petróleo libio. La CNPC repatrió discretamente estos días atrás a sus 30.000 trabajadores chinos (comparados con los 40 de BP).
Por su parte, el gigante italiano ENI produce unos 240.000 barriles de petróleo al día, casi el 25% de las exportaciones totales de petróleo de Libia. No menos del 85% del petróleo libio se vende a países de la Unión Europea.
Así pues, un quién es quién de los especuladores de la operación militar en Libia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)/Liga Árabe, sancionada –en teoría- por las Naciones Unidas, tiene que incluir a las Grandes del Petróleo anglo-estadounidenses y de la Unión Europea. Por no mencionar a Wall Street; piensen en todos esos miles de millones de dólares de los activos financieros libios depositados en bancos occidentales y ahora confiscados; y, por supuesto, no conviene tampoco que nos olvidemos de los fabricantes de armas de EEUU y la UE.
Dependiendo de cómo se lleve a cabo y del tiempo que Gadafi resista, la Resolución 1973 de la ONU estará íntimamente ligada a una grave interrupción del suministro de petróleo hacia la UE, especialmente hacia Italia, Francia y Alemania; y eso supone todo tipo de implicaciones geopolíticas, empezando por la relación EEUU-UE. En estos momentos, todo el mundo corre que se mata para ocupar un buen puesto en el entorno energético post-Gadafi.
El punto clave de la Resolución 1973 de las Naciones Unidas es el punto cuatro: en lo relativo a “adoptar todas las medidas necesarias… para proteger a los civiles y las áreas pobladas por civiles bajo amenaza de ataque en la Al Yamahiria Árabe Libia, incluido Bengasi, aunque excluyendo, en cualquiera de sus formas, una fuerza extranjera de ocupación sobre cualquier parte del territorio libio”.
Es esencial hacer hincapié en que “adoptar todas las medidas necesarias” va más allá de una zona de exclusión aérea y en que se detiene un poco antes de una invasión terrestre. Implica sobre todo ataques aéreos o lanzamiento de misiles de crucero, por ejemplo, contra los tanques de Gadafi en la carretera a Bengasi. Pero también puede abarcar el bombardeo de las instalaciones del régimen de Gadafi en Trípoli, incluso sus cuarteles. Con Gadafi dispuesto a combatir hasta la muerte, hay que asumir que el mandato sólo termina con el cambio del régimen.
Pero, ¿qué hay de Bahrein?
Momento para la Hipocresía, Alerta número 1: ¡Qué encantador resultaba observar a Alain Juppé como nuevo ministro francés de asuntos exteriores –y encima predicando sobre valores humanitarios- en lugar del icono Chanel Michele Alliot-Marie, que pasó unas vacaciones en Túnez en medio de la batalla emprendida por el pueblo para librarse del tirano Zine al-Abidine Ben Ali.
La administración Obama –al menos en público- estaba dividida entre la Secretaria de Estado de EEUU Hillary Clinton (a favor de la exclusión aérea) y el supremo del Pentágono Robert Gates (en contra). El Presidente Obama no reveló sus cartas hasta el último minuto (además de afirmar que Gadafi debía irse). Actuando de esa manera, presionaba para que las Naciones Unidas se pusieran al frente de la resolución con el dúo anglo-francés puliendo el borrador de la misma junto a un país árabe: el Líbano.
Lo que los críticos más duros habían visto, mientras el presidente dejaba temerariamente su credibilidad en entredicho así como su “fracaso a la hora actuar decisivamente en apoyo de la libertad”, quizá deba considerarse como un astuto juego de sombras chinescas por el que se daba la impresión de que las Naciones Unidas legitimaban otra “coalición internacional de los dispuestos” –es inevitable sacar a colación ese desagradable término-, y no una intervención occidental. Algo así como un no imperialismo humanitario. ¿Qué me dicen?
Ahora todo depende de cómo la OTAN actúe fuera de las bases militares francesas a lo largo del Mediterráneo y de lo que haga la fuerza aérea italiana y las bases navales en Sicilia, a un coste de 300 millones de dólares la semana. El Gates del Pentágono ha vuelto ya a desplegar los recursos navales de EEUU junto a la costa libia. Y le aseguró a Obama que el Pentágono era muy capaz -¿cómo no?- de abrir un tercer frente de guerra.
Momento para la Hipocresía, Alerta número 2: Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Jordania pueden ser todos ellos colaboradores de la fuerza anti-Gadafi de EEUU y la OTAN. Tres son miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Como parte de la Liga Árabe votaron todos la pasada semana a favor de una zona de exclusión aérea. ¡Qué ironía cósmica ver a esas cuatro autocracias apoyando una operación militar en beneficio de la misma clase de manifestantes que quieren justicia, dignidad y democracia en sus propios patios traseros!
El gobierno militar provisional egipcio, de forma un tanto más sensible, ha dicho ya que no va a tomar parte en las operaciones militares. En su lugar, el ejército egipcio está enviando, con la aprobación de Washington, rifles de asalto y munición a los sublevados libios a través de su frontera oriental.
Bien, es inevitable hacerse la pregunta. ¿Votarán las Naciones Unidas con el mismo celo la imposición en Arabia Saudí de una zona de exclusión de transporte terrestre a fin de impedir que envíe tanques y tropas a través de la carretera elevada para reprimir al pueblo de Bahrein, un país que ya ha invadido?
Momento para la Hipocresía, Alerta número 3: Washington, de acuerdo con la nueva doctrina-marca de la administración Obama, consagra la “ayuda estadounidense” a los rebeldes cuando se trata de dictadores “diabólicos” como Gadafi. Y los rebeldes consiguen finalmente el pleno apoyo de la ONU. Seguidamente, Washington predica la “alteración de ese régimen” cuando se trata de “nuestros” bastardos, todos esos de los al-Jalifa de Bahrein y la Casa de los Saud. Y esos dictadores se salen con la suya.
La bola (de fuego) en el Mediterráneo está ahora en el campo de Gadafi. Su ministro de defensa ha advertido ya que está en peligro el tráfico naval y aéreo por el Mediterráneo, y que todos los objetivos civiles y militares son válidos. Gadafi, por su parte, dijo en el canal RTP de la televisión portuguesa “Si el mundo se ha vuelto loco con respecto a nosotros, también nosotros nos vamos a volver locos. Vamos a responder. Haremos de sus vidas un infierno porque eso es lo que pretenden hacer también con las nuestras. No van a tener paz nunca”.
Por tanto, ¡tengan cuidado! La gran revolución árabe 2011 está a punto de enloquecer. Esta guerra del Club Med [**] puede provocar una explosión, o un enfurecido caos sangriento.
Nota:
[1] Estos son los puntos clave de la resolución que autoriza las acciones para proteger a los civiles libios frente a Muamar Gadafi:
Expresa la grave preocupación de la ONU ante el deterioro de la situación, la escalada de la violencia y las numerosas víctimas civiles, condena la grave y sistemática violación de los derechos humanos, incluidas las detenciones arbitrarias, las desapariciones forzosas, la tortura y las ejecuciones sumarias, y manifiesta que los ataques contra los civiles pueden suponer crímenes contra la humanidad y son una amenaza para la paz y seguridad internacionales.
Expone también que una zona de exclusión aérea es un elemento importante para proteger a los civiles, así como para la seguridad de la entrega de ayuda humanitaria y un paso decisivo para el cese de hostilidades.
Pide el inmediato establecimiento de un alto el fuego y el fin de la violencia y de todos los ataques y abusos contra civiles, y que las autoridades libias acaten sus obligaciones en virtud del derecho internacional… y adopten todas las medidas necesarias para proteger a los civiles y satisfacer sus necesidades básicas y para asegurar el paso rápido, y sin impedimentos, de la ayuda humanitaria.
Autoriza a los estados miembros de la ONU a adoptar todas las medidas necesarias, a pesar del embargo previo de armas, para proteger a los civiles y las zonas pobladas por civiles bajo amenaza de ataque en la Al Yamahiria Árabe Libia, incluido Bengasi, aunque excluyendo, en cualquiera de sus formas, una fuerza extranjera de ocupación sobre cualquier parte del territorio libio”.
Requiere la cooperación de los estados-miembros de la Liga Árabe en ese aspecto.
Decide establecer una prohibición de todos los vuelos en el espacio aéreo de la Al Yamahiria Árabe Libia para ayudar a proteger a los civiles, excepto los vuelos humanitarios, y autoriza a los estados-miembros y a las naciones de la Liga Árabe a actuar a nivel nacional o mediante organizaciones o acuerdos regionales, para adoptar todas las medidas necesarias a fin de reforzar el cumplimiento de la prohibición de volar.
Llama a los estados miembros a interceptar los buques y aviones que se crea pueden llevar armas y otros productos prohibidos bajo el anterior embargo aprobado por Naciones Unidas, e incluye en esa categoría al personal mercenario, pidiendo a los estados miembros que cumplan estrictamente con sus obligaciones… para impedir que puedan llegarle mercenarios a la Al Yamahiria Árabe Libia.
Los estados miembros deberán garantizar que sus empresas nacionales se mantengan vigilantes al hacer negocios con entidades incorporadas en Libia si los Estados tienen información que proporcione una base razonable para creer que esos negocios pueden contribuir a la violencia y uso de la fuerza contra los civiles.
Se pide al Secretario General de la ONU que cree un grupo de hasta ocho expertos para supervisar el cumplimiento de la Resolución.
Notas de la T.:
[*] En ese epígrafe, el autor juega con el título de la famosa canción de Frank Sinatra “Fly me to the moon” [Llévame hasta la luna], ironizando y sustituyendo luna por petróleo.
[**] El autor ironiza con el término Club Med, que es como se conoce habitualmente el Club Méditerranée, una corporación francesa de lugares vacacionales establecidos en diversas zonas exóticas del planeta.
Por Pepe Escobar
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Sería realmente edificante imaginar que la Resolución 1973 [1] del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, votada el pasado miércoles, tenía sólo por objeto apoyar al asediado movimiento anti-Muamar Gadafi mediante una zona de exclusión aérea, logística, alimentos, ayuda humanitaria y armas. Esa sería la prueba de que la “comunidad internacional” realmente “está al lado del pueblo libio en su lucha por los derechos humanos universales”, según palabras de la embajadora de Estados Unidos Susan Rice. Sin embargo, quizá sea preciso ir un poco más allá. La historia puede registrar que el punto real de inflexión se produjo este martes cuando el rey de reyes africano, en una entrevista en la televisión alemana, aseguró que las corporaciones occidentales –a menos que fueran alemanas (porque el país estaba en contra de establecer una zona de exclusión aérea)- podían irse despidiendo ya del filón energético de Libia. Gadafi dijo explícitamente: “No confiamos en sus firmas, han estado conspirando contra nosotros… Nuestros contratos de petróleo van a ser para firmas rusas, chinas e indias”. Es decir, países-miembros del BRICS.
Merece subrayarse que la Resolución 1973 de la ONU tuvo diez votos a favor, ninguno en contra y cinco abstenciones. Estas cinco abstenciones vinieron exactamente de cuatro de los países que conforman los miembros BRICS (Brasil, Rusia, India y China) más Alemania. Brasil y Alemania llevaban días manifestando su profundo escepticismo acerca de una acción militar, decantándose por una solución diplomática; pero en el caso de Rusia, India y China, quizá haya habido otras motivaciones (energía) en juego. Los cuatro miembros BRICS más importantes (el quinto es Sudáfrica, que votó a favor de la Resolución y se había unido formalmente al grupo, ampliándolo, en abril) tienden a coordinar sus votos en todas las decisiones importantes.
“Llévame hasta el petróleo” [*]
Por tanto, los cínicos tienen todo el derecho a invocar ese comprobado mantra de “es el petróleo, estúpido”.
Libia es la mayor economía petrolera de África, por delante de Nigeria y Argelia. Tiene al menos 46.500 millones de barriles de probadas reservas de petróleo (diez veces las de Egipto). Eso representa el 3,5% del total global. Libia produce entre 1,4 y 1,7 millones de barriles de petróleo al día, pero quiere llegar a los 3 millones. Su petróleo es muy apreciado, sobre todo porque tiene un coste de producción extremadamente bajo, alrededor de 1 dólar por barril.
Cuando Gadafi amenazó a las Grandes del Petróleo de Occidente, quería expresar que el show iba a terminarse pronto para la TOTAL de Francia, la ENI de Italia, la British Petroleum (BP), la española REPSOL, ExxonMobil, Chevron, Occidental Petroleum, Hess y Conoco Phillips, aunque no para la China National Petroleum Corp (CNPC). China considera esencial a Libia para su seguridad energética. China se lleva el 11% de las exportaciones de petróleo libio. La CNPC repatrió discretamente estos días atrás a sus 30.000 trabajadores chinos (comparados con los 40 de BP).
Por su parte, el gigante italiano ENI produce unos 240.000 barriles de petróleo al día, casi el 25% de las exportaciones totales de petróleo de Libia. No menos del 85% del petróleo libio se vende a países de la Unión Europea.
Así pues, un quién es quién de los especuladores de la operación militar en Libia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)/Liga Árabe, sancionada –en teoría- por las Naciones Unidas, tiene que incluir a las Grandes del Petróleo anglo-estadounidenses y de la Unión Europea. Por no mencionar a Wall Street; piensen en todos esos miles de millones de dólares de los activos financieros libios depositados en bancos occidentales y ahora confiscados; y, por supuesto, no conviene tampoco que nos olvidemos de los fabricantes de armas de EEUU y la UE.
Dependiendo de cómo se lleve a cabo y del tiempo que Gadafi resista, la Resolución 1973 de la ONU estará íntimamente ligada a una grave interrupción del suministro de petróleo hacia la UE, especialmente hacia Italia, Francia y Alemania; y eso supone todo tipo de implicaciones geopolíticas, empezando por la relación EEUU-UE. En estos momentos, todo el mundo corre que se mata para ocupar un buen puesto en el entorno energético post-Gadafi.
El punto clave de la Resolución 1973 de las Naciones Unidas es el punto cuatro: en lo relativo a “adoptar todas las medidas necesarias… para proteger a los civiles y las áreas pobladas por civiles bajo amenaza de ataque en la Al Yamahiria Árabe Libia, incluido Bengasi, aunque excluyendo, en cualquiera de sus formas, una fuerza extranjera de ocupación sobre cualquier parte del territorio libio”.
Es esencial hacer hincapié en que “adoptar todas las medidas necesarias” va más allá de una zona de exclusión aérea y en que se detiene un poco antes de una invasión terrestre. Implica sobre todo ataques aéreos o lanzamiento de misiles de crucero, por ejemplo, contra los tanques de Gadafi en la carretera a Bengasi. Pero también puede abarcar el bombardeo de las instalaciones del régimen de Gadafi en Trípoli, incluso sus cuarteles. Con Gadafi dispuesto a combatir hasta la muerte, hay que asumir que el mandato sólo termina con el cambio del régimen.
Pero, ¿qué hay de Bahrein?
Momento para la Hipocresía, Alerta número 1: ¡Qué encantador resultaba observar a Alain Juppé como nuevo ministro francés de asuntos exteriores –y encima predicando sobre valores humanitarios- en lugar del icono Chanel Michele Alliot-Marie, que pasó unas vacaciones en Túnez en medio de la batalla emprendida por el pueblo para librarse del tirano Zine al-Abidine Ben Ali.
La administración Obama –al menos en público- estaba dividida entre la Secretaria de Estado de EEUU Hillary Clinton (a favor de la exclusión aérea) y el supremo del Pentágono Robert Gates (en contra). El Presidente Obama no reveló sus cartas hasta el último minuto (además de afirmar que Gadafi debía irse). Actuando de esa manera, presionaba para que las Naciones Unidas se pusieran al frente de la resolución con el dúo anglo-francés puliendo el borrador de la misma junto a un país árabe: el Líbano.
Lo que los críticos más duros habían visto, mientras el presidente dejaba temerariamente su credibilidad en entredicho así como su “fracaso a la hora actuar decisivamente en apoyo de la libertad”, quizá deba considerarse como un astuto juego de sombras chinescas por el que se daba la impresión de que las Naciones Unidas legitimaban otra “coalición internacional de los dispuestos” –es inevitable sacar a colación ese desagradable término-, y no una intervención occidental. Algo así como un no imperialismo humanitario. ¿Qué me dicen?
Ahora todo depende de cómo la OTAN actúe fuera de las bases militares francesas a lo largo del Mediterráneo y de lo que haga la fuerza aérea italiana y las bases navales en Sicilia, a un coste de 300 millones de dólares la semana. El Gates del Pentágono ha vuelto ya a desplegar los recursos navales de EEUU junto a la costa libia. Y le aseguró a Obama que el Pentágono era muy capaz -¿cómo no?- de abrir un tercer frente de guerra.
Momento para la Hipocresía, Alerta número 2: Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Jordania pueden ser todos ellos colaboradores de la fuerza anti-Gadafi de EEUU y la OTAN. Tres son miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Como parte de la Liga Árabe votaron todos la pasada semana a favor de una zona de exclusión aérea. ¡Qué ironía cósmica ver a esas cuatro autocracias apoyando una operación militar en beneficio de la misma clase de manifestantes que quieren justicia, dignidad y democracia en sus propios patios traseros!
El gobierno militar provisional egipcio, de forma un tanto más sensible, ha dicho ya que no va a tomar parte en las operaciones militares. En su lugar, el ejército egipcio está enviando, con la aprobación de Washington, rifles de asalto y munición a los sublevados libios a través de su frontera oriental.
Bien, es inevitable hacerse la pregunta. ¿Votarán las Naciones Unidas con el mismo celo la imposición en Arabia Saudí de una zona de exclusión de transporte terrestre a fin de impedir que envíe tanques y tropas a través de la carretera elevada para reprimir al pueblo de Bahrein, un país que ya ha invadido?
Momento para la Hipocresía, Alerta número 3: Washington, de acuerdo con la nueva doctrina-marca de la administración Obama, consagra la “ayuda estadounidense” a los rebeldes cuando se trata de dictadores “diabólicos” como Gadafi. Y los rebeldes consiguen finalmente el pleno apoyo de la ONU. Seguidamente, Washington predica la “alteración de ese régimen” cuando se trata de “nuestros” bastardos, todos esos de los al-Jalifa de Bahrein y la Casa de los Saud. Y esos dictadores se salen con la suya.
La bola (de fuego) en el Mediterráneo está ahora en el campo de Gadafi. Su ministro de defensa ha advertido ya que está en peligro el tráfico naval y aéreo por el Mediterráneo, y que todos los objetivos civiles y militares son válidos. Gadafi, por su parte, dijo en el canal RTP de la televisión portuguesa “Si el mundo se ha vuelto loco con respecto a nosotros, también nosotros nos vamos a volver locos. Vamos a responder. Haremos de sus vidas un infierno porque eso es lo que pretenden hacer también con las nuestras. No van a tener paz nunca”.
Por tanto, ¡tengan cuidado! La gran revolución árabe 2011 está a punto de enloquecer. Esta guerra del Club Med [**] puede provocar una explosión, o un enfurecido caos sangriento.
Nota:
[1] Estos son los puntos clave de la resolución que autoriza las acciones para proteger a los civiles libios frente a Muamar Gadafi:
Expresa la grave preocupación de la ONU ante el deterioro de la situación, la escalada de la violencia y las numerosas víctimas civiles, condena la grave y sistemática violación de los derechos humanos, incluidas las detenciones arbitrarias, las desapariciones forzosas, la tortura y las ejecuciones sumarias, y manifiesta que los ataques contra los civiles pueden suponer crímenes contra la humanidad y son una amenaza para la paz y seguridad internacionales.
Expone también que una zona de exclusión aérea es un elemento importante para proteger a los civiles, así como para la seguridad de la entrega de ayuda humanitaria y un paso decisivo para el cese de hostilidades.
Pide el inmediato establecimiento de un alto el fuego y el fin de la violencia y de todos los ataques y abusos contra civiles, y que las autoridades libias acaten sus obligaciones en virtud del derecho internacional… y adopten todas las medidas necesarias para proteger a los civiles y satisfacer sus necesidades básicas y para asegurar el paso rápido, y sin impedimentos, de la ayuda humanitaria.
Autoriza a los estados miembros de la ONU a adoptar todas las medidas necesarias, a pesar del embargo previo de armas, para proteger a los civiles y las zonas pobladas por civiles bajo amenaza de ataque en la Al Yamahiria Árabe Libia, incluido Bengasi, aunque excluyendo, en cualquiera de sus formas, una fuerza extranjera de ocupación sobre cualquier parte del territorio libio”.
Requiere la cooperación de los estados-miembros de la Liga Árabe en ese aspecto.
Decide establecer una prohibición de todos los vuelos en el espacio aéreo de la Al Yamahiria Árabe Libia para ayudar a proteger a los civiles, excepto los vuelos humanitarios, y autoriza a los estados-miembros y a las naciones de la Liga Árabe a actuar a nivel nacional o mediante organizaciones o acuerdos regionales, para adoptar todas las medidas necesarias a fin de reforzar el cumplimiento de la prohibición de volar.
Llama a los estados miembros a interceptar los buques y aviones que se crea pueden llevar armas y otros productos prohibidos bajo el anterior embargo aprobado por Naciones Unidas, e incluye en esa categoría al personal mercenario, pidiendo a los estados miembros que cumplan estrictamente con sus obligaciones… para impedir que puedan llegarle mercenarios a la Al Yamahiria Árabe Libia.
Los estados miembros deberán garantizar que sus empresas nacionales se mantengan vigilantes al hacer negocios con entidades incorporadas en Libia si los Estados tienen información que proporcione una base razonable para creer que esos negocios pueden contribuir a la violencia y uso de la fuerza contra los civiles.
Se pide al Secretario General de la ONU que cree un grupo de hasta ocho expertos para supervisar el cumplimiento de la Resolución.
Notas de la T.:
[*] En ese epígrafe, el autor juega con el título de la famosa canción de Frank Sinatra “Fly me to the moon” [Llévame hasta la luna], ironizando y sustituyendo luna por petróleo.
[**] El autor ironiza con el término Club Med, que es como se conoce habitualmente el Club Méditerranée, una corporación francesa de lugares vacacionales establecidos en diversas zonas exóticas del planeta.
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