Hace 19 años pasó el huracán Mitch por la región centroamericana, y particularmente se ancló con toda su furia en Honduras. De aquella fecha a nuestros días, en lugar de mejorar, el paisaje ambiental ha empeorado. Los testimonios de la gente viviendo en zonas de alto riesgo y los principales estudios sobre el tema, confirman este deterioro con el paso de los años. Llueve una hora en San Pedro Sula, El Progreso o Tegucigalpa y las ciudades muestran sus penurias.
Hasta este viernes 27 de octubre, el paso de un frente frío ha dejado inundaciones en todas las regiones del país, teniendo más impacto en la zona norte: La Lima, San Pedro Sula, el departamento de Colón, Santa Bárbara, Copán y hasta Olancho. Las inundaciones dejaron damnificadas a muchas familias que habitan en sectores vulnerables.
Yanci López jefa de operaciones de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), informó que siete mil 457 familias han sido afectadas por las inundaciones, de las que 16 mil 343 personas han sido albergadas, producto de esta situación cuatro personas han perdido la vida: Michael Gómez de 15 años, Marlon Herrera de 27 años, José Solís de 45 y Jostin Ramos de 4 años.
En Islas de la Bahía se reportó la inundación del aeropuerto Juan Manuel Gálvez y el Hospital público de Roatán, de la misma forma en Tocoa el paso entre este municipio y Sabá quedo interrumpido por el desbordamiento del río Aguán y en La Ceiba se desbordó el río Lean dejando daños en barrios y colonias vulnerables.
La carretera que conduce de El Progreso a San Pedro Sula está adornada por inundaciones al extremo derecho que pertenece a La Lima y al izquierdo a San Manuel. La colonia Reyes Caballero se inundó obligando a la gente a salir al bulevar con sus pertenencias, el sector conocido como La Sabana también se inundó limitando el paso solo a vehículos pesados. Por su parte en San Pedro Sula la Colonia Jerusalén se vio afectada en su totalidad, mismo escenario vivió la Colonia Vida Mejor, Armenta, Paraíso, Flor de Cuba y sector Rivera Hernández.
Daños
“Perdí todo, el televisor, la cama, la estufa, la refri. Todo lo perdí. Cuando regresé de mi trabajo ya era muy tarde, todo estaba inundado”, dijo un vecino de la Colonia Jerusalén en San Pedro Sula.
“Acá no vemos políticos que nos vengan a ayudar, es lamentable esta situación que se da siempre que hay lluvias, somos demasiado vulnerables”, denunció otro vecino del mismo sector.
Damnificados
La vulnerabilidad está tan presente ahora en el 2017, como lo estuvo en 1998 con el paso del huracán Mitch, todos los años la discusión es la misma: falta de políticas de mitigación y planes habitacionales. Uno de los factores que se mantiene desde hace 19 años es la construcción de viviendas en zonas no aptas para habitar, específicamente en bordos y regiones con riesgos de derrumbes.
La pobreza, la falta de acceso a la tierra y a una vivienda hace que la población de escasos recursos busque donde construir una vivienda y poder habitar, este fenómeno se da a nivel nacional. Según Hábitat para la Humanidad el déficit habitacional supera el millón de viviendas, siendo este un problema fundamental que los gobiernos no han podido solventar.
“Seremos un país vulnerable si no solucionamos el factor social, no podemos esperar zonas sin riesgo, si la gente está habitando por necesidad, entonces el gobierno debe hacer algo, si en realidad les interesa poner punto final a esta situación”, arrancó su valoración el físico y experto en fenómenos naturales Ruy Díaz.
Un ejemplo de esa situación es lo que se vive justo en este momento en la Colonia Flor de Cuba en el sector Rivera Hernández, una zona históricamente vulnerable y que en cada temporal lluvioso registra inundaciones. La misma tensión se vive en la Colonia El Paraíso siempre en San Pedro Sula, ambas zonas están a las puertas de quedar incomunicadas y la gente está obligada a salirse porque caso contrario sus vidas corren peligro.
La gente que tiene pocos recursos y no tiene acceso a una vivienda tienen que salir a buscar donde habitar, mismo escenario se da en San Pedro Sula, por ejemplo en la Colonia Juan Orlando Hernández, ubicada contiguo al Estadio Olímpico, zona que también se vio afectada por las inundaciones en el temporal lluvioso del 2017.
“El Huracán Mitch nos mostró que tan vulnerables somos y hasta la fecha seguimos igual, hace falta una política distinta que nos permita brindar seguridad a la gente, este problema de la vulnerabilidad también es de pobreza, hay que entenderlo así para poder solucionarlo”, siguió ampliando Díaz.
Históricamente en Honduras las emergencias se convirtieron en una oportunidad para hacer negocio, y sacar provecho político. Desde 1998 se han hecho varios estudios de estrategia, vulnerabilidad e incluso se ha invertido en construcciones de bordos, canales de alivio, pero esto no ha sido suficiente ni en presupuesto ni en proyectos para terminar con el problema.
Por el momento la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) emitió en horas de la mañana de este viernes alerta roja y amarilla para nueve departamentos del país. Producto de este frente frio los departamentos en alerta roja son: Cortés, Atlántida, Yoro, Colón y Gracias a Dios, mientras que Olancho, Santa Bárbara, Francisco Morazán y El Paraíso permanecen en alerta amarilla.
Desde Copeco, el subcomisionado regional Rony Rodríguez dijo que están trabajando en labores de mitigación y también de emergencia para atender a la gente en riesgo. El gobierno asegura año tras año que los presupuestos para mitigación y atención son prioridad.
Los pronosticadores de Copeco aseguran que las lluvias continuarán por 24 horas más, manteniéndose las temperaturas frescas. Los niveles de los ríos siguen altos y en el caso de El Progreso y La Lima ya están siendo víctimas de filtraciones y rupturas de los bordos de contención.
Menos de una semana de lluvia continua dejan en evidencia la vulnerabilidad ante los fenómenos climatológicos los retos y tareas gubernamentales para dar un abordaje distinto al tema de la vulnerabilidad siguen pendientes en un país que por el momento está diluido en el plano electoral.
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