lunes, 13 de noviembre de 2017

Los once principios de la propaganda de Goebbels aplicados por los mass media españoles


Rebelión

Por Jose Hernández

Principio de simplificación y del enemigo único.
Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo (el Populismo como idea abstracta. Cuando no es el populismo, el terrorismo islámico también funciona bien)

Principio del método de contagio.

Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada. (ETA, Podemos, Venezuela, Nazismo, Maduro, Otegi, "golpismo catalán"... Todo es lo mismo).

Principio de la transposición.

Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan. (Podemos es un partido corrupto, que nos roba a todos los españoles y que se financia a través de dictaduras bolivarianas).

Principio de la exageración y desfiguración.

Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave. (Las dos Coca-Colas que se bebió el portavoz de Unidos Podemos en el Senado, Ramón Espinar).

Principio de la vulgarización.

Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar. (Podemos es ETA y Maduro juntos)

Principio de orquestación.

La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad". (Hay que hacer recortes porque hay crisis. Todos hemos contribuido a la crisis. Hemos vivido por encima de nuestras necesidades).

Principio de renovación.

Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones. (Trapero, Yihad, elecciones amañadas en Venezuela, crisis en el F.C. Barcelona, "Neymar se queda", calentamiento global, los misiles de Corea del Norte, declaraciones de Trump, etc.).

Principio de la verosimilitud.

Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias. (Podría haber más atentados yihadistas en Europa).

Principio de la silenciación.

Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines. (Que los políticos de Podemos se bajen el sueldo no existió en los mass media españoles. Tampoco existe que Cuba sea el país de Latinoamérica con menos desnutrición infantil según la FAO).

Principio de la transfusión.

Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas. (El comunismo genera pobreza).

Principio de la unanimidad.

Llegar a convencer a mucha gente de que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad. (Las ideologías son algo del pasado, algo trasnochado).

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