miércoles, 8 de noviembre de 2017
Desde la unión de la política y la técnica, mirando a lo Blade Runner
El Viejo Topo
Por Salvador López Arnal
Breve presentación del autor, poco conocido entre nosotros (creo que es el primer libro de él que se traduce a una lengua hispánica): Giorgio Griziotti [GG], ingeniero informático, es un investigador de las tecnologías contemporáneas de lo que él mismo llama en el libro capitalismo cognitivo. Tiene una experiencia de más de treinta años de asesoramiento en el campo de las TIC, de las tecnologías de la información. Activista del movimiento autónomo italiano en los años setenta, tuvo que emigrar a Francia en ese período. Reside en París desde entonces.
La estructura de Neurocapitalismo puede resumirse así: tras el prefacio de Tiziana Terranova, la premisa de partida y la introducción, tres largos capítulos sobre Producir, Vivir y Organizarse. Se incluye una bibliografía sucinta que no abruma y un más que oportuno glosario que el lector/a hará bien en consultar en algunos momentos. Una páginas de siglas abre el volumen.
Es muy probable que algunas -no digo todas- las referencias filosófico-políticas del autor puedan no ser de nuestro agrado y que, en ocasiones, la cerrada terminología usada puede echar para atrás. Haríamos mal, en mi opinión, si ello provocará desinterés o abandono. Hay muchas cosas de interés en este ensayo que alcanza grandes cimas en algunos momentos.
Una de sus virtudes es anunciada por la prologuista, Tiziana Terranova. La siguiente: "En medio de la desmesurada producción de textos, estudios y análisis acerca de las redes informáticas y los medios digitales, no es común toparse con un libro, como el escrito por GG, que sea capaz de conjugar una competente mirada técnica con una coherente perspectiva teórica y una evidente pasión político". Puede decirse con otras palabras pero ese es precisamente el punto, la excelente conjugación de información científico-técnica con una perspectiva filosófica-crítica que no olvida cosas básicas sobre economía, sociedad y clases sociales. Es decir, se habla de lo que se sabe y se siente. El autor lo expresa con estas palabras: "Desde un punto de vista subjetivo, el deseo de sumergirse en el proyecto de redacción de este ensayo nace de la unión de dos intereses que para mí son vitales -la política y la técnica- y se alimenta de las experiencias ligadas a dichas inclinaciones" (p. 19). Sus tres tipos de experiencia, de su relación subjetiva con la innovación tecnológica, se expone en las páginas 20-21.
Algunas de sus preguntas claves se exponen en la introducción. Estas por ejemplo: "¿disponemos hoy de las herramientas conceptuales adecuadas para analizar y actuar políticamente en este contexto? Por ejemplo ¿pueden las categorías marxianas de subsunción formal y real funcionar de manera inmutable en un mundo en el que sujetos, procedimientos, relaciones y contenidos cambian de naturaleza?" (p. 28).
Cabe aquí algunos comentarios críticos y destacar algunos desarrollos y argumentos. Empiezo por lo primero:
El apartado "Innovación y general intellect", del primer capítulo, es de lo mejor del libro sobre todo cuando explica, con detalle pero pensando siempre en el lector no especialista, el desarrollo de la informática en estas últimas décadas. Lo señalado sobre "Unix/Linux" como "motores de la economía del conocimiento" es de enorme interés. También lo comentado críticamente sobre Apple en el apartado "Apple: la innovación según el capitalismo cognitivo", al igual que el desarrollo contenido en "Fin de los tiempos modernos".
Es aguda la crítica a las nuevas proclamas publicitarias sobre el colaboracionismo del capitalismo de vanguardia. Un ejemplo: "Los códigos éticos de las corporaciones del trabajo digital mencionan, exaltan e intentan encorsetar el espíritu por naturaleza colaborativo de los equipos que conforman los proyectos. A pesar de las apariencias, el sufrimiento, la precariedad y las psicopatologías aumentan precisamente a causa de un just in time compulsivo y obsesivo que alimenta la competitividad" (p. 73). Lo mismo puede afirmarse del apartado "Marketing y ética de empresa" (pp. 96-99).
Hay también interesantes criticas sobre el uso del software libre por parte de corporaciones como Google o Apple (pp. 154-155). Tampoco las críticas políticas a Amazon por sus políticas antiobreras merecen nuestra desatención.
Lo que el autor llama "evasiones", breves desarrollos complementarios, abren reflexiones filosóficas (sobre espacio y tiempo por ejemplo) y político-filosóficas más que sustantivas.
Queda la parte crítica.
El lenguaje echa en ocasiones para atrás. Es demasiado negrista, demasiado deleuziano. Usa demasiadas nociones no siempre definidas con precisión y fácil comprensión.
En futuras reediciones, un índice analítico-nominal sería más que conveniente y deberían incluirse algunas nociones complementarias, que en ocasiones ya aparecen en notas a pie de página, en el glosario (otras, en cambio, podrían eliminarse) que acaso sea, en ocasiones, demasiado wikipédico.
Algunos gráficos son de interés indudable. Pero exigen un microscopio electrónico y mucha atención para interpretarlos. Por ejemplo, los de las páginas 50-51.
Me olvidaba. Hay una reivindicación de la obra musical Fabrizio de André (Faber) en nota (p. 271) que es justo destacar: "Uno de los mayores cantautores de todos los tiempos". Una de sus canciones:Canzone del maggio.
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