jueves, 9 de noviembre de 2017
"Honduras debe buscar un nuevo modelo democrático", sostiene el sociólogo Eugenio Sosa
Para el sociólogo y analista político, Eugenio Sosa, en términos de modelo, la democracia en Honduras está colapsada. “Hay que buscar un nuevo modelo democrático. Dentro de su modelo colapsado de profundos retrocesos o en todo caso estancamientos”, analizó Sosa.
Según Sosa, la democracia es la capacidad de los pueblos de nombrar y quitar a sus autoridades y de exigirles transparencia, rendición de cuentas y que cumplan con sus promesas porque es a partir de las promesas que fueron electos.
“Creemos que una buena sociedad necesita una democracia profunda con una justicia social profunda. Una justicia social, aunque haya comida, educación y salud, pero que haya dictadura y autoritarismos no va a tener al ser humano satisfecho”, aseguró el sociólogo.
Radio Progreso (RP) dialogó con el analista político Eugenio Sosa (ES) sobre los 35 años de democracia que tiene Honduras tras las elecciones de 1981 después de varios años de regímenes militares.
RP. ¿Qué es la democracia, cómo la definen los sociólogos?
ES. Democracia, en esencia, lo más conocido es el origen de una democracia para el pueblo, sin embargo, en una sociedad compleja como la sociedad nuestra hoy en día, e históricamente, la idea de que todo el pueblo decide es una utopía política, una búsqueda que nunca debe renunciarse pero que hay miles de factores para que no se pueda dar de manera plena.
RP. ¿Qué se da entender cuando se habla de poliarquía?
ES. La poliarquía lo que quiere decir es que la democracia, en el fondo, lo que hace y permite es que las élites se roten, que las élites ejercen el poder y que estas élites busquen contactos con el pueblo, unas más profundas que otras. Ese concepto es importante porque aun cuando a veces se usan categorías como partidos que están más vinculados a los ciudadanos, más vinculados al pueblo, y aún los movimientos sociales a la hora de tomar decisiones cuando van a las asambleas, nunca las toman todos los miembros, finalmente siempre es un sector.
RP. ¿Para fortalecer esa democracia qué necesitamos?
ES. Para acercar una democracia hoy en día, moderna, debe ser altamente representativa, calidad de representación, y altamente participativa. Es difícil irse al extremo de sólo lo participativo o sólo lo representativo como un ideal democrático. Pero yo creo que, en el fondo, la democracia, de una manera más sencilla, podemos decir que es la capacidad de los pueblos de nombrar y quitar a sus autoridades y de exigirles transparencia, rendición de cuentas y que cumplan con sus promesas porque es a partir de ellas que fueron electos.
RP. ¿El modelo democrático es la mejor manera para la convivencia ciudadana?
ES. La democracia normalmente siempre ha estado asociada al capitalismo, y la democracia se ha asociado a libertades políticas, es decir, es en el discurso de la democracia y de la democracia burguesa liberal donde emergieron los grandes paradigmas de los derechos civiles, de los derechos políticos, de la libertad de movilización, de la libertad de expresión, de la libertad de ejercicio del sufragio. Y luego, cuando aparecieron paradigmas como los socialistas reivindicaron la justicia que es la parte social, que la gente esté con salud, con educación. Creemos que una buena sociedad necesita juntar las dos cosas: una democracia profunda con una justicia social. Una justicia social, aunque haya comida, educación y salud, pero que haya dictadura y autoritarismos no va a tener al ser humano satisfecho.
RP. La actual democracia de Honduras, ¿es responsabilidad únicamente de los partidos y sus políticos?
ES. Tienen una enorme responsabilidad porque los partidos aspiran siempre y están conectados con la maquinaria estatal, los que gobiernan y los de la oposición, de alguna manera, están en ese juego. Sin embargo, la posibilidad de la democracia tiene que ver más con una pregunta que se coloca del otro lado: qué tan democrático es la sociedad. Entonces una sociedad que no tiene muchos valores democráticos, que no tiene muchos valores ciudadanos, que no tiene muchos valores constitucionales, termina fácilmente dando el voto a regímenes que son demagogos, que son manipuladores, que son populistas y que son irrespetuosos de las leyes, y Honduras está lleno de esos ejemplos.
RP. ¿Qué caracteriza a un Estado democrático?
ES. Primero, un alto respeto a la ley, hoy en día nuestras democracias son democracias constitucionales, es la constitución el núcleo duro de la ley y el núcleo de la normativa democrática. Segundo, tiene que ver con un Estado donde los recursos, que son importantes para la inversión social, se manejan de una manera transparente y con rendición de cuentas. Tercero, el Estado transparente y un Estado que rinde cuenta, por eso se habla de un Estado Democrático de Derecho, como tres cosas que van juntas. Y por último todo el ámbito de los derechos de la ciudadanía, el goce mayor posible.
RP. ¿Cómo definiría estos 35 años de democracia?
ES. En términos de modelo: colapsada. Hay que buscar un nuevo modelo democrático. Dentro de su modelo colapsado de profundos retrocesos o en todo caso estancamientos, y tibios, casi mínimos, casi inexistentes avances en algunas rendijas que se puedan ver.
RP. ¿Cuál ha sido el comportamiento del movimiento social en estos 35 años de democracia?
ES. El movimiento social ha dado su contribución. En los años 80´s fue fundamental para el respeto a los derechos humanos, se salvaron vidas. En los 90´s, para resistir al neoliberalismo, también fue importante, para impulsar algunas reformas que si bien es cierto había apertura en las élites, para el caso el servicio militar obligatorio en el gobierno de Reina, también fue importante el movimiento desde abajo. Hoy en día todo mundo habla más recientemente del movimiento de las antorchas, pero eso tuvo un antecedente importante que fue la huelga de los fiscales, la movilización de resistencia contra el golpe de Estado fue fundamental. El movimiento social, o ha empujado los pequeños cambios democráticos o ha resistido para que no se deterioren más de lo que ya están.
RP. ¿Es cierto que, a más participación de partidos políticos, más democracia?
ES. No, no, yo creo que es una de las enormes falacias, incluso un bipartidismo puede ser muy democrático, pero no como el bipartidismo que nosotros teníamos que era una especie de monopartidismo porque los intereses de las élites convergían en los dos partidos. Nosotros hoy tenemos más partidos como nunca, pero la forma de constituir partidos en Honduras se ha prostituido, se ha degenerado. Mucho se ha apelado a la judicialización de la política. Hay, por lo menos, dos partidos que van a una segunda contienda que no deberían estar allí porque fueron partidos que no sacaron ni un diputado, fueron partidos que no obtuvieron los votos que manda la ley, que son mínimos, el 2%, sin embargo, por la vía de la Corte Suprema de Justicia se les habilitó para que continúen.
RP. ¿Quiénes se han beneficiado con la democracia que tiene Honduras?
ES. Esta es una oligo-democracia, es una democracia que ha funcionado muy bien para las élites, ha generado mayor concentración de poder. Estos grupos del comercio importado son los grandes ganadores de un modelo que tiene una fachada democrática pero que está muy lejos de la utopía democrática y el mercado ha terminado capturando, subsumiendo, engullendo la democracia.
RP. ¿Cómo construir una verdadera democracia?
ES. La verdadera democracia sólo va a surgir de un trabajo paciente, de un trabajo largo, desde abajo, desde la ciudadanía, desde las comunidades, desde los territorios, recordando aquella frase de Martín Fierros de que el fuego para que caliente tiene que venir desde abajo, pues pareciera que la democracia para que encienda también tiene que venir desde abajo.
RP. ¿La gente cree en la democracia?
ES. La gente cree en las elecciones, le gustan las elecciones, pareciera que es parte de nuestra cultura folclórica.
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