La tendencia de incumplimiento salarial del gobierno con los trabajadores públicos se mantiene en la temporada navideña. Los empleados del Registro Nacional de las Personas (RNP), del Instituto Nacional Agrario (INA) y Hospital Leonardo Martínez en San Pedro Sula, son algunos de los ejemplos de esa situación.
El 2016 se caracterizó por una política de ataque a los sectores obreros, que incluyó despidos, moras salariales y cierres de instituciones públicas, la situación se agudiza cada vez más y la capacidad de respuesta de los trabajadores es nula.
Al ambiente de crisis se suman empleados de varias alcaldías del norte de Honduras, solo los trabajadores de la municipalidad de Tela, Atlántida llevan ocho meses sin recibir su salario.
“Es lamentable que el gobierno nos apuñale de esa forma, nosotros vamos a tener una navidad triste, sin dinero para comprar comida ni compartir con nuestras familias, esto es una injusticia”, declaró Darío Cáceres integrante del Sindicato de Trabajadores del Registro Nacional de las Personas.
Cáceres aseguró que el gobierno acaba de cumplir con el pago del aguinaldo, pero no del bono que se les había prometido, ni el salario del mes de diciembre. Por su parte Gloria Vásquez empleada del RNP, dijo que las autoridades no han colaborado para solucionar la situación de los trabajadores, incluso hay una política marcada contra los sindicalistas, porque a los activistas del partido de gobierno sí les han resuelto las exigencias.
El bono que reclaman los trabajadores es de 2,400 Lempiras, la cifra todavía no es depositada en sus cuentas. “Son injusticias, es cierto que nos acreditaron el aguinaldo, pero ya está comprometido, por eso el gobierno debe cumplirnos los acuerdos de contrato y en este caso es justo y necesario que nos den el bono”, afirmó Iris Vigil, otra de las trabajadoras del RNP.
Parecida situación viven los empleados del Instituto Nacional Agrario, José Domínguez presidente del sindicato aseguró que hasta la fecha no les han pagado el mes de diciembre ni el aguinaldo. Los trabajadores del INA estuvieron por más de una semana en asambleas informativas pidiendo el pago de noviembre, diciembre y aguinaldo.
“Todo el año ha sido la misma historia, el gobierno cuesta que pague, las autoridades no se acercan para solucionar la situación y el golpe es directo a la economía de los trabajadores y trabajadoras”, detalló Domínguez.
Y de esa forma se extiende la precariedad en las entidades públicas, la última semana trabajadores y trabajadoras del Hospital Leonardo Martínez implementaron asambleas informativas para demandar al gobierno el pago de aguinaldos.
“Nos prometieron pagarnos la semana pasada, incluso nos dijeron que el dinero ya estaba depositado, pero nos han mentido y por ahora ni las autoridades de Finanzas nos responden cuando nos pagarán”, explicó Janette Martínez secretaria del Sindicato de Trabajadores de la Medicina, Hospitales y Similares (SITRAMEDHYS).
Las autoridades gubernamentales manifestaron que están trabajando para depositar cuanto antes los salarios de los trabajadores con los que mantienen mora, promesa que tiene en zozobra a los empleados públicos.
Pero la situación no solo se presenta en las instituciones públicas, también se da en las municipalidades, una de ellas es la alcaldía de Tela, Atlántida en la que el conflicto es más agudo porque desde hace ocho meses los trabajadores no reciben pagos.
David Álvarez empleado de la municipalidad lamenta que desde la alcaldía se incurra en irresponsabilidades y que producto de la mala administración de las autoridades, los trabajadores tengan que pagar los platos rotos.
Álvarez aseguró que agudizarán las medidas de presión contra el alcalde Mario Fuentes, para que de una vez por todas les pague los salarios y así cubrir con los compromisos adquiridos durante el tiempo sin sueldos.
Sin capacidad de respuesta
En los últimos años los trabajadores y trabajadoras en Honduras han recibido duros golpes de parte del gobierno, a pesar de los ataques las organizaciones obreras han sido incapaces de organizarse y reclamar sus derechos.
Los despidos, los cierres de instituciones, los incumplimientos y precarios salarios han pasado ante la vista y paciencia de las estructuras sindicales y centrales obreras, organizaciones débiles que han perdido toda su beligerancia, lo que mantiene en el abandono a la clase obrera hondureña.
“La beligerancia de las organizaciones obreras son cosas del pasado, antes podíamos esperar a sindicatos luchar en la calle contra despidos, procesos de privatización, incrementos salariales y hasta por incrementos a la canasta básica, ahora eso ya no es posible porque por una parte todo está burocratizado y por otra, el gobierno las ha destruido con su política de persecución”, dijo el analista Efraín Fajardo.
Para Fajardo hace falta una conducción clara políticamente que articule y movilice a los sectores afectados, mientras la burocracia dirija a las bases sindicales el futuro será peor que la realidad actual.
“La única salida que les queda a los trabajadores es organizarse desde las bases, iniciar procesos de lucha permanente para evitar la privatización, exigir sus derechos laborales y presionar al gobierno para que no siga aplicando su política neoliberal”, siguió argumentando Fajardo.
Por el momento las centrales obreras se han hecho un llamado al silencio sobre los incumplimientos salariales, sin importar la realidad que en este momento están atravesando los trabajadores y trabajadoras.
Paulatinamente el sector privado, gobierno y centrales obreras se reunieron preliminarmente para acordar un nuevo salario mínimo, consenso que fue suspendido por la época navideña y se trasladó para inicios del próximo 2017.
La realidad es poco prometedora para los trabajadores y trabajadoras, en un contexto donde impera la precariedad y la pasividad ante los ataques gubernamentales.
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