lunes, 2 de enero de 2017

Buzos Misquitos esperan que protocolo de atención prevenga muertes y lesiones



Después de una férrea lucha librada por varios años, por fin el Estado hondureño dio el primer paso en la atención social para los buzos lisiados de la Mosquitia, a través de la creación de un mecanismo que supervise las condiciones en la que ellos desarrollan la pesca en el mar Caribe.   

Sin embargo “si el protocolo de atención y prevención solo queda en papel de nada servirá este compromiso porque  continuará la cruel explotación de nuestros pescadores”,  indicó el presidente de la Asociación Hondureña de Buzos Lisiados (AMHBLI), Erasmo Granuel. 

El trabajo de los buzos que laboran en los botes pesqueros es mortal. De acuerdo a sus testimonios en  cada jornada de pesca en los bancos de langosta y caracol es desafiar la muerte. Cada zambullida es como jugar a la “ruleta rusa”. No se sabe en qué momento sufrirán de una embolia provocada por la falta de oxígeno en el cerebro que les causará la muerte o parálisis de por vida.

Un indicador de la cruel realidad en la que están sumergidos son los 400 buzos fallecidos y los más de 4,000 lisiados que en la actualidad viven en un total abandono. Los propietarios de los barcos langosteros, responsables del etnocidio nunca han sido proseguidos en Honduras, y las intervenciones del Estado no han pasado de amonestaciones.  

Granuel lamentó que en la actualidad los buzos misquitos sobreviven gracias a la limosna de sus propios paisanos, otros porque sus hijos los mantienen, pero la mayoría de ellos tiene que hacer pequeñas tareas para ganarse el sustento diario.

Compromiso del Estado 

Ante el proceso de demanda contra el Estado hondureño  incoado  ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se ha desprendido un compromiso del Gobierno de prevenir y  brindar ayuda social  a los buzos lisiados por el síndrome de descompresión y que ahora son personas improductivas por su discapacidad.

Es en este sentido que la Secretaría de Salud con la colaboración de la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (SESIS) presentaron esta el Protocolo de Atención a las personas con enfermedad de descompresión, mecanismo de prevención dirigido a trabajadores de la pesca por buceo en el departamento de Gracias a Dios.

La afección por descompresión, conocida también como “enfermedad del buzo” provoca parálisis transitoria, en ocasiones se produce lesiones permanentes e incluso la muerte, debido a la formación de burbujas por acumulación de nitrógeno en la sangre y tejidos.

Una buena parte de los buzos de Honduras, especialmente en el área de La Mosquitia, padecen esta enfermedad por lo que se fortalecerá la atención prestada por la Secretaría de Salud a partir del protocolo que se presentó, para beneficiar directamente a los compatriotas afectados.

“El protocolo estandarizará las medidas de prevención,  que implica a cuánto debe descender, cuánto debe permanecer y en qué condiciones está el equipo con el que desarrollan el trabajo los buzos, en fin, lo que se busca es que no se den más casos lamentables y atender los que ya están”, indicó Bredy Lara, jefe de la Unidad de Vigilancia de Secretaría de Salud. 

Erasmo Granuel, presidente de la AMHBLI, dijo que miles de personas que se dedican a esta labor esperan que el compromiso se cumpla al pie de la letra para evitar más catástrofes, a renglón seguido agregó que “la situación de los buzos lisiados de la Mosquitia se ha convertido en un drama humano que lleva a aparejadas otras implicaciones de carácter social por la enorme cantidad de niños que quedan huérfanos y abandonados, así como las mujeres que quedan al frente de los hogares y que tienen que lidiar con una persona con discapacidad”.

El protocolo es una respuesta gubernamental a la  exigencia de la población misquita por más de 25 años, que han dedicado su vida a la pesca, y que se han agremiado en la  AMHBLI. La Secretaría de Salud que a partir de ahora estandarizará las medidas de prevención, atención y rehabilitación de estos pacientes, ha venido prestando atención por medio de la clínica hiperbárica ubicada en Puerto Lempira.

Temporadas de la muerte 

Cada temporada de pesca que se realiza de agosto a marzo de cada año, si bien es cierto, trae consigo un tiempo de prosperidad y reactivación económica en el departamento de Gracias a Dios, también está marcado por el dolor y las lágrimas de decenas de familias misquitas que pierden a sus parientes en esta sacrificada actividad. 

De acuerdo a  la Asociación Misquita Hondureña de Buzos Lisiados (Amhbli),  todos los buzos que desarrollan esta actividad están expuestos en un gran porcentaje a sufrir el síndrome de descompresión medular.

Este síndrome es causado por bucear a profundidades mayores a los nueve metros, permanecer largos periodos de tiempo bajo el agua y retornar a la superficie con demasiada rapidez, lo que produce falta de oxígeno en el cerebro y dolores crónicos, desórdenes neurológicos, parálisis parcial o total e incluso la muerte. 

La pesca de langostas por buceo es la principal actividad de los jóvenes misquitos y la única fuente de ingresos y motor de la economía de la zona. A la edad de 12 y 13 años los niños se inician en la actividad como “cayuqueros”, que es el que asiste al buzo en la pesca diaria y durante la temporada de pesca.

A partir de 1970 se implementó la pesca con tanques de oxígeno y desde ese tiempo se han disparado las muertes de pescadores sin que nadie se haga responsable. Instituciones y organizaciones como la Organización Fraternal Negra de Honduras, OFRANEH, califican de etnocidio lo que enfrentan los buzos misquitos, realidad donde el Estado hondureños ha tenido gran responsabilidad. 

En este caso hay  una triple discriminación, porque son indígenas, pobres y muchos de ellos en condición de discapacidad, ante esto el Estado de Honduras está obligado a revertir la situación.

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