martes, 3 de enero de 2017

Honduras necesita mucha esperanza, dice Víctor Cámara, Párroco de Jutiapa



Llegamos a la navidad del 2016. Nuevamente nos encontramos con las luces especiales, las canciones alusivas y la publicidad arrolladora que de inmediato nos ubica que ya estamos en la navidad.

“Si la Navidad es esperanza, yo creo que Honduras necesita esperanza por las realidades que vive en el ámbito social, en el ámbito político, de seguridad, en todos los campos, en la parte económica” reflexiona el sacerdote Víctor Cámara, párroco de la iglesia Nuestra Señora del Tránsito ubicada en Jutiapa, Atlántida.

En nombre del nacimiento del hijo de Dios se realizan distintas actividades comerciales que nos alejan más de lo que Dios quiere que vivamos como cristianos y cristianas.

“Si la Navidad es alegría pues a veces encontramos un pueblo temeroso, atemorizado, encerrado. Si la Navidad es vida porque vivimos en un país donde la vida está amenazada, manifestó el Padre Víctor Cámara, que pertenece a la Comunidad sacerdotal de San Viator.

Radio Progreso (RP) dialogó con el sacerdote Víctor Cámara (VC) sobre la Navidad en la realidad hondureña. 

RP. ¿Cómo define usted la Navidad?
VC. La navidad es el nacimiento del hijo de Dios, es la encarnación. Muchas veces nos decimos “Feliz Navidad” pero lo decimos como decimos “buenos días”, pero en realidad es el nacimiento de Jesús, eso que nuestras comunidades y muchas familias ponen el nacimiento, pues eso es el ministerio de la Navidad, el ministerio de un Dios hecho hombre de una forma humilde y sencilla.
RP. ¿Cómo encuentra la Navidad a Honduras?
VC. Si la Navidad es esperanza, yo creo que Honduras necesita esperanza por las realidades que vive en el ámbito social, en el ámbito político, en el ámbito de la seguridad, pues en todos los campos, en la parte económica. Si la Navidad es alegría pues a veces encontramos un pueblo temeroso, atemorizado, encerrado. Si la Navidad es vida porque vivimos en un país donde la vida está amenazada.
RP. ¿Cómo se vive la Navidad en las comunidades que usted visita?
VC. La gente se reúne. Donde a veces hay una escases tremenda de medios materiales pues la navidad no va tanto por lo material, por lo que voy a comer, o que voy a viajar, o que me voy a la playa, o que me voy a un hotel, o que voy a beber, no, la navidad se vive sencillamente y la Navidad se vive en Iglesia, se vive en familia. La gente con humildad hace sus tamales, tiene sus gallinitas, tiene sus animalitos, los prepara, y sobre todo el sentido de compartir.
RP. ¿Es lo mismo que se refleja en las ciudades?
VC. Yo vivo más en el ámbito rural, las ciudades no las conozco tanto, pero percibo que en la ciudad la gente vive más atemorizada, más encerrada, la inseguridad ciudadana. A veces la gente tiene miedo de ir a la iglesia, a veces se refugia en un centro comercial o va donde pueda estar. En la ciudad hay más luces, hay más bulla.
RP. ¿Hay dos navidades: una urbana y una rural?
VC. No. No son dos, es la misma, solo es donde está cada uno y como la vive. Yo sé que en el fuero interno, hacia adentro, hacia las casas, hacia las familias, hacia el corazón, todo mundo está viviendo la Navidad, creyentes y no creyentes, católicos y no católicos. Son fechas memorables dentro de todo el año. La gente tiene tiempo de descanso, hay más dinerito por los que tienen la oportunidad de trabajar, se gasta más, hay más consumismo, pero bueno es parte y yo no lo voy a condenar del todo. La gente necesita disfrutar un poco de todo lo que no disfrutó durante todo el año.
RP. ¿Cuál debe ser la reflexión a lo interno en la familia?
VC. Mirarse, mirarse a la cara, mirarse a los ojos, quererse, amarse, reconocerse unos y otros con sus dificultades, con sus debilidades, tal y como somos, y fortalecer la unidad familiar. Para la Iglesia en estos últimos años ha sido un tema clave. Hay dos sínodos, tenemos un documento lindo “La alegría del amor” de parte del Papa Francisco, creo que tenemos mucho que caminar y progresar.
RP. ¿Qué nos distrae de esta Navidad?
VC. A veces querer escapar de la dura realidad que vivimos, unos lo harán con la droga, otros con la bebida, otros lo harán de otra manera, escapándose a otro lugar. Nos distrae ese consumismo, todas esas luces, esa bulla, creer que Navidad es solamente una fiesta social, y para nosotros es lo que ha cambiado la historia, que Cristo Jesús, el hijo de Dios, se haya encarnado y lo sintamos cercano, que esté con nosotros, Dios con nosotros, Emanuel, eso lo cambia todo.
RP. ¿Qué espera la Iglesia Católica de parte de su feligresía?
VC. Pues que participe de las celebraciones que haya en las iglesias, que lo viva con gozo, con intensidad, y de la misma forma que el Señor se encarna en nuestra historia, nosotros nos sigamos encarnando en las realidades que nos toca vivir y con la misma actitud que asumió Jesucristo, con todas las consecuencias, y luchemos por ese mundo de justicia y de paz que es el reino de Dios. 
RP. ¿Qué mensaje debe dar la jerarquía católica a este pueblo sufrido de Honduras?
VC. A veces los mensajes no sólo vienen con las palabras, vienen por los gestos, por los signos, por los compromisos y por los hechos. Yo creo que el mejor mensaje sería estar allí insertos, estamos encarnados, estamos caminando con este pueblo, con todas las situaciones que está viviendo, con todas las carencias. Esperamos de la Conferencia Episcopal una palabra de aliento, una palabra de esperanza, una palabra iluminadora, una palabra profética.
RP. ¿Qué temas son los que debería reflexionar la Iglesia?
VC. El compromiso de todos los bautizados a favor del pueblo, a favor de nuestras comunidades, el espíritu de la Navidad, lo que significa y compartir, acompañar a los que más nos necesitan, estar allí a lado de los enfermos, y dar un mensaje de esperanza.
RP. ¿Dónde le gustaría a usted que naciera Jesús en este departamento de Atlántida?
VC. Nace en el corazón de las personas sencillas, eso lo tengo muy claro, pero también me gustaría que naciera fuertemente, se enraizara y se encarnara, en el corazón de las autoridades y en todos aquellos que tienen en sus manos decisiones y tienen el poder político, económico, judicial y del tipo que sea, para que pensemos no tanto en nuestros intereses sino en el interés común de todo un pueblo que lucha por la vida y que merece mejores condiciones para vivir. 
RP. ¿Éste es el tiempo de evaluación y de cambio?
VC. Sí, es final de año. Es un buen momento para echar una miradita a todo lo que pasó, a todo lo que se vivió. Seguramente hay muchos logros, muchas cosas positivas. Por ejemplo en nuestra Diócesis de Atlántida, el 05 de junio tuvimos un hermoso festival de la Misericordia de la Madre Tierra, en La Ceiba más de dos mil personas caminamos en tres columnas, nos juntamos en un parque céntrico y se lanzó un mensaje fuerte en defensa de los bienes naturales.
RP. ¿Cómo acompaña la Iglesia a las comunidades de Atlántida que defienden los bienes comunes de la Naturaleza?
VC. Bueno un claro ejemplo fue el 10 de diciembre en nuestro municipio (Jutiapa, Atlántida) logramos la declaratoria de municipio libre de la minería. Fue un compromiso de todas las comunidades después de un proceso de sensibilización. Esto se ha logrado también el municipio de El Porvenir, en Arizona, hay lucha por el sector de Tela, sector de Mezapa. Creemos que tenemos que seguir adelante hasta que los ocho municipios del departamento de Atlántida se declaren libre de la minería y de esta manera se declare a todo el departamento libre de minería que está en nuestro Plan Pastoral Diocesano.
RP. Muchas gracias Padre Víctor Cámara.
VC. Muchas gracias, que Dios lo bendiga. Feliz Navidad, y no es sólo por decirlo, sino Feliz Navidad porque en sus corazones nace Jesucristo, el hijo de Dios encarnado, Dios creador, Dios liberador.

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