lunes, 3 de junio de 2013

La expresión política virulenta de JOH



Por Galel Cárdenas

Hay hombres que se encuentran con la historia dos veces, la primera es trágica y la segunda es farsa, dice Hegel, cuando se refiere a individuos inescrupulosos y patibularios en la política.

Algo parecido vive el pueblo hondureño cuando el actual presidente del Congreso Nacional, Juan Orlando Hernández, ha decidido convertirse en el primer ciudadano del país, cueste lo que cueste, por sobre todas las normas, con sangre o sin ella, arrastrando el país por el camino de la diatriba, la calumnia, la falsedad, el embuste y la inquina, violando las leyes, y lo que aún queda de la vieja Constitución burguesa, haraposa, enferma y agonizante,  es decir conduciendo a la nación por la vía de la tragedia, junto a sus corifeos, adláteres, discípulos, empleados, conserjes, todos comprometidos con el pacto sangriento del golpe de Estado, pecado original, malévolo y desastroso.

Las expresiones políticas virulentas de JOH ante el pueblo hondureño, sólo avizoran un trayecto violento y mortífero  en lo que resta del año, antes y después de las elecciones, conduciendo una campaña política plena de infundios, falacias, invenciones y además, creando imágenes calumniosas para distribuirlas en los canales de radio-televisión y escritos, con toda la naturalidad propia del delincuente que comete el crimen con ventaja, alevosía y premeditación.

El Partido Libertad y Refundación y la candidatura presidencial de Xiomara Castro se enfrentará a la caja de pandora que habrá de abrir y soltar el candidato conservador opositor con todas las alimañas posibles, mismo que será acompañado por los más experimentados cuadros fascistas del país, unos vomitando el veneno de áspides coléricos, otros, manipulando con su palabra fácil todo aquello que huela a socialismo, democracia participativa, asamblea popular, asamblea constituyente y demás otras rutas electorales que conducen a la meta de la liberación nacional.

Viviremos momentos trágicos y pendencieros como nunca en otra ocasión lo habíamos experimentado, y viviremos además la farsa, el sainete, el entremés y la vulgar comedia política.

No habrá más defensa que la dignidad, la conciencia crítica, la sabiduría popular, la prudencia estratégica, la cordura filosófica, la sensatez política, en fin, la asunción de una verdadera altura democrática en la voluntad electoral de un pueblo heroico acostumbrado a la persecución, al asesinato, a la desaparición física, a la muerte accidental.

No tendremos a la mano si no nuestra convicción, nuestra certeza, nuestra seguridad, nuestra confianza en que el pueblo, el soberano, habrá de distinguir entre la meliflua palabra traidora, la compraventa de voluntades políticas, y la represión desenfrenada de una élite criminal, cínica, vil, farsante, que se ha propuesto consumar para los siglos de los siglos, su nefasto proyecto de dominio total, basado en aquella vieja metodología que Tiburcio Carías, padre del neo-fascismo actual, inventó con sus comandantes de plaza, sanguinarios y crueles,  la metodología del destierro, el encierro y el entierro, que son las columnas vertebrales de la seguridad nacional que el Departamento de Estado de los Estados Unidos, enseñó a los mílites hondureños en la famosa Escuela de las Américas, cuyo lema es y ha sido, el único comunista bueno, es el comunista muerto.

Vade retro, deberemos expresar en medio de la gran controversia política, acompañados por un soberano libre, un pueblo fortalecido por su lucha cotidiana contra las fuerzas del mal.

Veremos fantasmas cruzando la calle como si fueran seres humanos desquiciados, seres insertos en las pantallas y páginas del poder mediático provocando el espanto y el terror, todo eso veremos como si asistiéramos al caos del  fin del mundo.

Pero, nada detendrá esta poderosa conciencia popular socialista que hemos adquirido, no habrá poder sobre la faz de Honduras que nos haga retroceder: ganaremos las elecciones generales y alcanzaremos el  poder político tantas veces negado al pueblo hondureño  por las fuerzas retardatarias que comanda el dirigente nacionalista, Juan Orlando Hernández.

No hay comentarios: