Por Juan Almendares
“Desde la última década del siglo XX, el Comando Conjunto de las fuerzas de seguridad estadounidense, como figura representativa del sujeto hegemónico, echó a andar una iniciativa que se ha ido refinando sobre la marcha llamada dominación de espectro completo…La pretensión consiste ni mas ni menos , en controlar cielos, mares, tierra y subsuelo en todos los lugares , abarcando en un panóptico todos los habitantes del planeta. El espectro es geográfico, espacial y cultural simultáneamente, y cuenta para con ello con el trabajo de al …NASA y del Departamento de Defensa con sus laboratorios tecnológicos.” Ana Esther Ceceña:La Contrainsurgencia del Siglo XXI
El enfoque se centra en la formación social concreta de Honduras en el siglo XXI, país donde se dan todas las formas sociales de relación: precapitalistas, capitalistas e imperialistas (globalización neoliberal) que se articulan en el bloque histórico hegemónico de la clase dominante y dirigente: oligarquía, burguesía parasitaria desnacionalizada, jerarquías religiosas fundamentalistas, cuerpos policiales, militares, seguridad privada, sicarios, filibusteros intelectuales; aparato jurídico y legislativo con sus sicarios judiciales y la guerra mediática manipulativas y perversa articuladas al capital financiero internacional.
Hay tres formas de considerar el análisis : histórico, reduccionista y la totalidad real y concreta.
La historia apegada a la verdad está ausente; se caracteriza más bien por la abolición de la memoria o la construcción de la seudo-historia (creada por el colonialismo, neocolonialismo y el coloniaje del poder en las relaciones históricas hegemónicas del Norte con respecto al Sur).
La tendencia dominante es desconocer la cultura, amordazar y aplastar las lenguas originarias y la cosmovisión ancestral para imponer las creencias religiosas y avasallar, condenar y ridiculizar la sabidurías los pueblos con respecto en relación a los derechos de la Madre Tierra; secuestrar las plantas medicinales para imponer los negocios de las multinacionales farmacéuticas.
Hemos sido el país favorito de las invasiones tecnológicas, militares e ideológicas de marines, mercenarios y de filibusteros intelectuales. Las empresa mineras, bananeras, transgénicos, agro-combustibles del capital financiero internacional han impuesto los gobiernos o han patrocinado los golpes de Estado.
En nombre de la seguridad y la democracia se han cometido los peores crímenes de lesa humanidad. El aparato de seguridad policial y militar han sido entrenados en la Escuela de las Américas, en los regímenes dictatoriales de America Latina.
El Tratado militar de Colombia-Honduras, después del golpe de Estado, ha creado condiciones para la proliferación del sicariato, el incremento de la seguridad privada (mas de sesenta mil guardias privados). Indicadores de estas políticas es la presencia frecuente del Ex presidente Uribe, asesores militares colombianos y estadounidenses; así como la compra de aviones tucanos valorados en 40 millones de dólares, en uno de los países más pobres y endeudados de la tierra.
La presencia e incremento de bases militares estadounidenses en Honduras son el indicador de que las raíces de la violencia y los planes guerreristas contra nuestro pueblo hay que buscarles en los países responsables de la invasión de Irak y Libia en el negocio del petróleo y de las armas.
El ensayo y (t)error ha sido la forma experimental de operar históricamente en Honduras; con la complicidad o la sumisión de los gobiernos que negocian los principios y practican las violaciones de los derechos humanos con el objetivo de satisfacer los intereses oligárquicos vinculados al capitalismo multinacional neoliberal.
En materia ecológica y de salud se destacan: ensayos virales transgénicos del tabaco, banano, maíz. Esterilizaciones masivas de mujeres. Experimentos con drogas (depoprovera), utilización de plaguicidas prohibidos en EUA y Europa, monocultivos de plantas y camarones. Biotecnología de agro-combustibles, semillas hibridas y transgénicas por la empresa Monsanto y otras multinacionales
En el campo de la psicología de guerra: el desarrollo y aplicación del Manual de Tortura de la CIA, que fue puesto en práctica primero en Honduras y después en Irak, Guantánamo y actualmente se sigue empleando en nuestro suelo patrio.
Al ser espacio de ocupación militar, nos han convertido en territorio de entrenamiento de tropas invasoras contra los procesos de liberación de Guatemala, El Salvador, Nicaragua, República Dominicana e Irak y constituir un portaaviones político militar e ideológico del Pentágono que en marco de la red de proyectos: Plan Puebla–Panamá (Plan Mesoamérica), Plan Colombia, Plan Mérida, Plan Honduras Colombia y la Cuarta Flota del Comando Sur que son una amenaza permanente contra Cuba, Venezuela, Bolivia y toda América Latina
Para colmo de males también se ha ensayado la falsa democracia; la estrategia de dividir e infiltrar los movimientos sociales; el fraude electoral garantizado por las fuerzas militares.
Se trata de la estrategia de la guerra que aparenta ser primero entre nosotros o entre nuestros pueblos. Sin embargo los objetivos y fines son diseñados y planificados por los países dominantes y las clases opresoras locales.
La estrategia de la guerra en el siglo XXI en Honduras tiene diversas formas de presentarse.
La primera es dar la idea de que no existe guerra. Se trata de un problema delincuencial o de el enfrentamiento entre grupos en conflicto: maras y policías, campesinos y militares, narcotraficantes y policías; cuerpos represivos y estudiantes.
Sin embargo, es la guerra real con sus muertos, tortura, trauma y terror. Guerra irregular que invisibiliza las tropas de ocupación estadounidenses, colombianas, mercenarios y sicarios
Es una guerra con múltiples caras. Es preventiva porque elimina los potenciales de la oposición. Práctica la limpieza social de niños, niñas, jóvenes, reprime la libertad y la organización juvenil; militariza los colegios y universidades públicas y erradica los núcleos de la protesta social.
La ocupación y venta vergonzosa del territorio se refleja en la política concesionaria minera de represas y con el proyecto neo-colonial de “Ciudades Charter” que se fundamenta en el racismo, exclusión social; donde el capital foráneo carece de control, se viola la constitución y la soberanía y autodeterminación.
Los gastos militares, policiales y la construcción de cárceles de máxima seguridad se incrementan y las descargas de múltiples bombas lacrimógenas y balas contra las poblaciones indefensas. Este negocio monstruoso de las armas y la depredación ambiental aumenta la miseria, el hambre y la enfermedad.
Es la guerra donde todo se vuelve sospechoso sobre todo lo que manifiesta oposición al sistema dominante. Guerra disuasiva, sinérgica con la guerra mediática que se caracterizan por exhibir las fuerzas militares y policiales con su arsenal de alto poder destructivo que genera terror colectivo y en el imaginario social construye la idea de ser una maquinaria infernal imposible de derrotar.
Es la “guerra de máscaras” con contenido ideológico cuya finalidad es militarizar y neocolonizar la mentalidad de los hondureños para aceptar el autoritarismo, la verticalidad patriarcal y ser objeto de violación de los derechos humanos, e invadir territorios, violar la soberanía bajo la “máscara de la guerra contra las drogas”.
Es la “mascara de la democracia” al presentar a las Fuerzas Armadas como garantes del proceso electoral; salvadores de la patria o bien la “máscara de la contrainsurgencia” utilizando el anzuelo de brigadas de salud cívico-militares o bien como educadores de 75 mil niños y niñas en el proyecto “Guardianes de la Patria” por su alto riesgo social serán rescatados por el ejército que está educado para torturar y matar.
Honduras con su alta tasa de homicidios que exceden a más de 70 por cien mil habitantes y la impunidad es un testimonio de la desigualdad e injusticia social generada por la acumulación histórica del capital y los Tratados de Comercio que lejos de ser libres aprisionan el hambre de los pueblos.
Frente a esta opresión real vigente e histórica deben unirse todas las fuerzas sociales no solo para resistir sino para transformar esta guerra contra nosotros que se ha acrecentado después del golpe militar del 28 de junio 2009 y que el pueblo paga a través del “Impuesto de Guerra” que ahora se llama “Tasa de Seguridad”
Solo con la unidad concreta de la conciencia y praxis social será posible abrazar el camino de la vida, la libertad y dignidad histórica de nuestros pueblos.
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