viernes, 3 de enero de 2020

Blindaje de los corruptos



Tremenda polémica está causando la decisión del Congreso Nacional, primero, de investigar la actuación de la Maccih, segundo, que aprobara un informe casi exprés de dicha investigación, tercero, pedirle al ejecutivo que no apruebe la ampliación de su periodo, y para rematar, ya introdujeron una iniciativa que busca eliminar el decreto que da vida a la Maccih.

Los expertos opinan que al Congreso no le compete investigar a la Maccih y sus actuaciones cuando es un convenio entre el Poder Ejecutivo y la Organización de Estados Americanos, OEA, y en dicho convenio no está establecido que el Congreso está facultado para hacerlo. Quienes promovieron dicha evaluación, incluido el propio presidente del Legislativo, Mauricio Oliva, alega que constitucionalmente pueden hacer cualquier investigación sobre cualquier tema siempre y cuando se necesite hacerla.

Sin duda, y de sobra está decirlo, que no es una investigación objetiva cuando los principales involucrados, en varios casos presentados por la Maccih, son diputados liberales y nacionalistas, los mismos que aprobaron demandar que no siga la Misión en el país. Es decir, sus respuestas y su análisis siempre serán en contra de quien los acusa y los expone públicamente como los corruptos del país. La Maccih, con todas sus limitaciones, le ha puesto rostro a los corruptos y ha llevado los casos, junto a la Ufecic, ante los órganos impartidores de la justicia en Honduras.

El cuestionado y señalado ciudadano Juan Orlando Hernández ha dicho que no se va a referir más al tema de la Maccih y su presencia en el país hasta en el mes de enero, cuando estará próxima la fecha de finalización del convenio. En el aire han quedado resonando las palabras de JOH cuando dijo que desde su gobierno ya se está diseñando un plan de trabajo contra la Corrupción y la Impunidad que servirá incluso de ejemplo para el resto de países de América Latina. Se puede interpretar esa declaración como un NO a la continuidad de la Maccih en el país.

Recordemos que la Misión vino a Honduras por la demanda ciudadana en las calles, hartos de la corrupción y la impunidad sobre todo después del escándalo del saqueo al Instituto Hondureño de Seguridad Social, aunque la demanda social y generalizada era la llegada de una instancia muy similar a la ya desaparecida Comisión Contra la Corrupción y la Impunidad en Guatemala, Cicig, y que también fuera comandada por la Organización de Naciones Unidas, ONU.

Pero Juan Orlando Hernández en contubernio con el Secretario General de la Organización de Estados Americanos, OEA, Luís Almagro, salieron con la Maccih y así bajaron los ánimos populares que, amenazaban con sus propuestas, con la caída de JOH del poder, y bajo acuerdos por debajo de la mesa con el fin de no tocar a los grandes corruptos que ostentan el poder en el país, se instaló la Maccih bajo el calificativo ciudadano de que se había gestado lo que bautizó como un nuevo pacto de impunidad.

El gobierno y su Partido Nacional, con muchos miembros señalados en los casos de corrupción, esperaban menos de la Maccih pero han sido sorprendido con unos cuantos casos y buscan blindarse para que no se conozcan más casos y más involucrados. Y la ciudadanía, por el contrario, esperaba más de la Misión, esperaban que pudiera destapar las verdaderas cloacas de la corrupción, pero, aun así, el 65% del pueblo hondureño, de acuerdo a las encuestas de Cespad, demandan que la Maccih siga en el país.

Hasta ahora diversos sectores demandan que la ciudadanía salga y defienda a la Maccih. Esta historia no ha terminado, sin duda se espera un mes de enero muy agitado y con la disputa, en la palestra pública, del Sí o el No a la continuidad de la Maccih en el país.

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