miércoles, 15 de enero de 2020

Lo más subversivo en Honduras: El oficio de despertar



En nuestra Honduras, vivir adormecido es lo más estable. Lo más incómodo y desestabilizador es despertar. El asunto no es dormir, porque adormecidos hemos pasado por largo, largo tiempo. El asunto está en despertar. Hay personas y grupos cuyo oficio es mantener adormecida a la gente. Son los adormecedores. Su oficio no es solo adormecer. Es impedir el despertar de la gente. “El pueblo adormecido jamás estará unido” parece ser la consigna de los adormecedores.

Los adormecedores tienen como estrategia hacerle creer a la gente que no está adormecida, y por eso mismo, que nunca sienta la necesidad de despertar, porque estando dormida cree que está despierta.  A la gente se le adormece para que se trague como verdad lo que dicen los medios corporativos, y la campaña oficialista. A la gente se le adormece para que se trague, además, los sermones bulliciosos y tendenciosos de pastores y clérigos vividores sin sustento teológico auténticamente evangélico.

A la gente se le adormece para que se trague los partidos de fútbol, y hasta se pelee por ellos, sin darse cuenta que son un negocio, un somnífero para que la gente se quede dormida en sus propias angustias. El fútbol duerme, y los propietarios son expertos en adormecer.

A la gente se le adormece para que se trague el proselitismo politiquero y se deja arrastrar por discursos que endulzan y ocultan la miseria de sus contenidos. La gente se deja adormecer y queda embelesada viendo y buscando el Norte Carnicero como solución a sus hambreadas cotidianas. Se queda adormecida en esa pesadilla, creyendo que es el sueño prometido.

El oficio de adormecer lo ejercen los medios de comunicación corporativos, las iglesias bullangueras, superficiales y manipuladoras de la conciencia, los dirigentes de los partidos políticos, los manipuladores del fútbol, los empobrecedores de la sociedad con sus políticas económicas. Y la política de miedo y terror adormece a la gente porque la paraliza.

Y también ejercen el oficio de adormecedores los falsos dirigentes sociales que encerrados en una burbuja de seguridades, creen que interpretan a la gente sin mojarse en sus realidades de angustia. Hay mucha gente adormecida, y un buen puñado de adormecedores.

¿Qué es de lo que más carecemos? Sin duda de auténticos despertadores sociales, populares y espirituales. Un pueblo adormecido será siempre víctima de los intereses de los adormecedores. Solo el despertar de la gente conducirá a estremecimientos profundos de toda la estructura de la sociedad. Necesitamos hombres y mujeres que despiertos de su sueño de engaños, ejerzan el más necesario de todos los oficios: desenmascarar a los que ejercen el oficio de adormecedores al tiempo que despertar al adormecido pueblo hondureño. 

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