lunes, 29 de enero de 2018

"En el Partido Nacional hay inconformidad con JOH, pero nadie se atreve a decirlo públicamente"



Raúl Pineda es abogado y fue diputado en tres ocasiones en el Congreso Nacional por el Partido Nacional, él todavía está ligado a este instituto político y sabe que está ocurriendo a lo interno del mismo en este momento de crisis post electoral.

En el Partido Nacional hay inconformidad, inconformidad que nadie se atreve a expresarla públicamente por miedo al poder que tiene Juan Orlando Hernández, pero también por miedo a que el Partido entregue el poder a la oposición.

Pineda dice que el partido Nacional es totalmente manejado por el presidente, es un partido que ha sido manejado en base al temor porque JOH no tolera la más mínima expresión de inconformidad. En el partido hay persecución internamente.

Desde su perspectiva los liderazgos que están molestos por las decisiones de Hernández prefieren seguir bajo las órdenes del presidente que hacer caer a su partido, del que en este momento depende de su caudillo.

Para Pineda, el Partido Nacional depende exclusivamente del éxito o fracaso que tenga Hernández para seguir en pie, pero si el fracaso absorbe a Hernández, el Partido no se podrá levantar en muchos años.

En entrevista con Radio Progreso (RP), Raúl Pineda habla de la situación que vive el Partido Nacional a lo interno y también de los escenarios que se presentan en la realidad política del momento.

RP. ¿Cómo está la situación en el Partido Nacional?

Hay que separar a Juan Orlando Hernández de lo que es el partido, hay que separarlo en el sentido de que el presidente tiene su agenda que no es necesariamente la del partido, en el partido hay mucha inconformidad, pero la fortaleza del mismo para propósitos electorales es que a veces nos comportamos como zombis y aceptamos como bueno lo que hace el que representa formalmente el partido.

A veces se tiene que tragar sapos frente a la posibilidad de que la oposición nos desplace del poder y nada daña más a una institución como el exceso de democracia, en el partido Nacional hay un profundo malestar y está arraigado en el que el destino del partido está asociado al triunfo o fracaso de Hernández y si el gobierno queda mal, el partido no se podrá volver a levantar.

RP. ¿Qué tipo de incomodidad?

Se cree que las decisiones no fueron correctas, fue una torpeza haberle quitado el partido a Nasralla, sino se lo hubiesen quitado, él hubiese tenido su partido y también una posible oposición dividida que hubiese permitido que el partido Nacional ganara legalmente, sin problema alguno.

Pero por actos de soberbia quisieron sacar a Nasralla del escenario político y eso convirtió a Nasralla como la principal fuerza política o bien la segunda y eso molesta al partido.

Molesta también el autoritarismo, que todas las decisiones las tome Hernández que ha hecho del partido un instrumento acomodado a sus intereses y ha hecho concesiones a sectores que han sido enemigos del partido desplazando a otros líderes que se consideran con su derecho de asumir cargos.

El otro problema es la inconformidad que hay en el partido por los actos de corrupción en el gobierno, eso ha sido verdaderamente molesto, entonces la lealtad al partido se convierte en lealtad al presidente, pero se sobrepone el sentimiento de que el partido debe estar unido para mantenerse en el poder, o al menos aparentar estarlo, y eso desde el punto de vista táctico es positivo.

RP. ¿Por qué nadie se atreve a plantear su oposición públicamente?

Mire, el partido es totalmente manejado por el presidente, es un partido que ha sido manejado en base al temor, el presidente no tolera la más mínima expresión de inconformidad. En el partido hay persecución internamente.

Este es un partido que se maneja con dos variables interesantes; primero disciplina y temor férreo, la gente tiene miedo, y el gobierno se sostiene por empleados públicos a los que a veces llevan al Nacional de Ingenieros a vitorear al caudillo pero que las puertas están cerradas y eso molesta a la gente.

Y el otro problema es que el partido no ha logrado solventar los grandes problemas del país, cuando el presidente dice apenas hay diez muertos diarios, y se pretende presentar como gran logro, la gente se molesta.

Yo me reúno semanalmente con diputados nacionalistas y me sorprende lo drástico de sus afirmaciones y la claridad de sus conceptos, pero nadie se atreve a decirlo porque le tienen más miedo a la persecución de la oposición que a la que pueda venir por parte del sector que maneja el presidente, entonces ellos manejan la filosofía que mejor un malo de nosotros que el mejor de la oposición y eso tiene el partido Nacional totalmente controlado por el presidente.

RP. Y si alguien se sale de esa lógica y si Juan Orlando se da cuenta de quienes pueden ser una amenaza a su proyecto, ¿qué pasa?

Si tiene trabajo lo va perder, va ser objeto de detracción, su amigo va dejar de visitarlo porque sienten que usted es contaminante radioactivo, pero eso no se puede prolongar mucho tiempo y es que todo pasa, y cuando se tiene cierta edad uno empieza a ver que mucha gente está cometiendo los errores del pasado.

Los ha cometido la oposición, el partido Nacional y Liberal. Por eso dicen que solo el hombre tropieza dos veces en la misma piedra, nosotros estamos haciendo una apuesta muy grande, el partido Nacional depende de Juan Orlando y si a él le va mal el partido no se volverá a levantar, y por eso los líderes del partido no lo van a desafiar porque para ellos la opción de que los sectores radicales accedan al poder es mucho más grave.

RP. ¿Qué escenarios se dibujan en el país?

El de la incertidumbre, Honduras empieza a perfilar lo que llamamos puntos de anclaje, uno de ellos es que se ocupa una nueva forma de gobernar, más que un cambio de gobierno.

Hemos visto que en los últimos seis años el país, ha ido hacia atrás, la pobreza según los datos del Instituto Nacional de Estadística anda en un 60.9 y en el 2010 era del 60%. El desempleo se ha duplicado, entonces la protesta de la gente no es solo por los eventos del día de las elecciones, sino porque los presidentes se han dedicado a mantener esa situación de pobreza.

Honduras necesita un cambio en ese sistema de gobierno y no hablo de democracia, porque ella siempre ha existido mediatizada, lo que se necesita es el fortalecimiento del Estado de derecho.

Se requiere fundamentalmente una negociación de corto plazo que genere un modelo de recuperación económica y de perfeccionamiento de reformas políticas.

Un escenario es la intervención de agentes exógenos: si está crisis sigue van a intervenir los gringos, si los militares se cansan, el gobierno va tener serias dificultades, el otro es el comportamiento de Manuel Zelaya que ha asumido el liderazgo de las protestas y si lo compran, lo alinean o lo atemorizan el gobierno se va consolidar, habrán algunas reformas pero la oposición es la que marca la agenda, si la oposición se mantiene activa y actúa con inteligencia puede llegar a un buen puerto, pero si cae en debilitamiento o corrupción o falta de inteligencia, entonces vamos a tener a Juan Orlando no para 4 años, a los dos años van a volver a reformar la ley y se va quedar hasta que San Juan baje el dedo y eso toma mucho tiempo.

RP. ¿Y esto, que destino le daría al país?

El abismo, el país no está siendo gobernable, nosotros no estamos dándole comida a la gente, trabajo, dignidad y yo me sorprendo cuando voy a los mercados y veo que los huesos de pollo los venden y veo a gente haciendo sopas con bolsas de churros y eso es porque el dinero cada vez le rinde menos, y eso es peligroso porque puede aparecer un líder mesiánico populista.

El problema de este gobierno es que no hay dinero y cuando no lo hay no se puede comprar conciencias, y aunque algunos diputados de la oposición se despatarren esperando que les paguen por sus votos va llegar un momento en que el gobierno deberá elegir entre pagar la deuda o pagar empleados o programas de ese tipo.

Si seguimos como vamos, vamos a perder todos y vamos a caer en lo que llamamos el régimen de autodefensa en el que usted va tener que defender sus bienes porque la violencia incrementará.

RP. ¿Qué tipo de negociación, ¿el Partido Nacional quiere continuar con Juan Orlando en el poder y la Alianza con Nasralla, cómo se puede negociar eso?

Hay dos escenarios, y es que los líderes políticos ante la crisis de gobernabilidad se sienten y negocien dentro de la máxima gama de posibilidades que incluye que el presidente renuncie y se repitan las elecciones, o que la oposición impulse un gobierno de transición donde el presidente sea el mismo, pero con un nuevo estilo de gobernar y donde la parte operativa de la administración pública sea orientada por comportamientos democráticos a cargo de la oposición.

Lo que es inadmisible es que pequeñas facciones políticas que son apéndices del partido de gobierno ocupen los lugares que le corresponden a los que obtuvieron la mayoría en las elecciones, me refiero a los partidos pequeños que desde su origen tenían compromiso con el Partido Nacional.

Esto solo los perfila como personas dotadas de una gran cantidad de cinismo y una muy pequeña moral política, la gente demanda coherencia en sus líderes, pero muchos sabíamos que esto estaba arreglado desde el momento en que la Corte Suprema de Justicia se los permitió resucitándolos para mal. Entonces el futuro del país en el orden político tendrá el recrudecimiento de la represión, si eso no funciona no habrá más que seguir la agenda de la oposición que es la protesta y ella se va imponer.

Este es un gobierno que tiene un grave problema, depende de los militares, y el día que ellos no quieran salir a las calles entonces no se podrá estabilizar, entonces un gobierno que se sostiene sobre la fuerza militar se vuelve dependiente de las mismas, y está sujeto que el día de los militares se le acuartelen y no salgan a las calles y eso no es bueno para la democracia.

Hoy tenemos un país en crisis económica, social y política, el presidente le apuesta al agotamiento de las fuerzas de oposición, piensa que la gente se va cansar, los que están en la protesta creen que no se va a dar ese fenómeno de resignación y ya lo estamos empezando a ver y si eso se da fortalece a Hernández y su gobierno.

Yo no puedo asegurarle que el señor Nasralla ganó las elecciones, pero todos los símbolos externos, todo el manejo del proceso parece indicar que sí, si hubiera duda se arregla repitiendo el proceso a nivel presidencial, pero no hay voluntad para eso, le están apostando a que la oposición se desgaste y que el tiempo los destruya y eso no va pasar.

Sí puede pasar que la gente deje de tomarse calles, pero la inconformidad allí va estar y un presidente no puede gobernar con el pueblo en contra.

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