miércoles, 24 de enero de 2018

Derrotar el fraude de JOH depende de usted



Por Por: Rodolfo Cortés Calderón

Ante la crisis post electoral que vive actualmente Honduras acentuada con los asesinatos políticos, represión, persecución y criminalización de parte del poder establecido por el nacionalista Juan Orlando Hernández, JOH, con el que pretende reelegirse para un nuevo periodo (2018-2021) el movimiento popular, político y organizado está llamado al pueblo en general a una movilización permanente, a la insurrección y a la desobediencia civil dentro del método de la No Violencia Activa (NVA).

Pero que significan estos términos en nuestra limitada e inculta práctica y conciencia ciudadanas de reclamo de nuestros derechos:

Insurrección, según el Diccionario Jurídico Mexicano significa: movimiento popular que tiende hacia un cambio político y social. Es conveniente no confundirla con la revolución o con el golpe de Estado, ya que la primera implica el cambio de las estructuras fundamentales, llevado a cabo a través de hechos violentos directamente por el pueblo; por otro lado, el golpe de Estado, a su vez, es organizado desde la cúpula del poder. No debemos olvidar que en el caso de la ciudadanía hondureña la Constitución de la República en su artículo No 3 nos otorga el derecho a la insurrección.

Desobediencia Civil, Wikipedia la define como: "cualquier acto o proceso de oposición pública a una ley o una política adoptada por un gobierno establecido, cuando el autor tiene conciencia de que sus actos son ilegales o de discutible legalidad, y es llevada a cabo y mantenida para conseguir unos fines sociales concretos". La desobediencia civil se caracteriza por ser pública, no violenta, consciente y política.

No Violencia Activa, “es un instrumento organizado de lucha y movilización social de los sectores populares, que brega pacíficamente para reemplazar sistemas de dominación, opresión y dependencia diversos, por estructuras basadas en la participación, cooperación y organización de las comunidades, al ejercer una presión social y política intensa y continua sobre el Estado o cualquier entidad violenta.” Se considera al hindú Mahatma Gandhi, al estadounidense Martín Luther King y al sudafricano Nelson Mandela unos de sus exponentes. Es un concepto que se relaciona con la desobediencia civil.

El movimiento Occupy Wall Street es una de las mejores muestras de desobediencia civil y de no violencia activa que a partir de 2011 se hizo sentir con mucha fuerza en varias ciudades de EE.UU, entre ellas Nueva York, Washington, Seattle, San Francisco, Los Ángeles, Raleigh, Boston, Filadelfia, Chicago y otras ciudades que se plantaban en lugares estratégicos contra los poderes financieros y hegemónicos mundiales y contra la guerra de Afganistán.

En un gesto de solidaridad con el Movimiento Occupy, Noam Chomsky escribió lo siguiente: “Cualquiera que tenga los ojos abiertos sabe que el gangsterismo de Wall Street -y de las instituciones financieras en general- ha causado daños severos al pueblo norteamericano y al mundo. Y también deben saber que eso es algo que vienen haciendo desde hace 30 años. En este tiempo, su poder económico y político han aumentado radicalmente y en un círculo vicioso un 1 por ciento de la sociedad amasó una inmensa fortuna mientras el resto (99 por ciento) se precarizó, y todo con total impunidad: no sólo son lo suficientemente grandes como para caer, sino también para ser apresados”.

En el caso de Honduras, después del golpe de Estado 2009, hubo durante dos años sendas movilizaciones a nivel nacional contra el régimen usurpador de los cachurecos Roberto Micheletti y Porfirio Lobo Sosa y lo mismo sucedió el año 2013 cuando los mismos del partido Nacional de manera fraudulenta se hicieron del gobierno con Juan Orlando Hernández a la cabeza. Pero los tres últimos años han estado muy concurridos y sonados con el Movimiento de los Indignados o de la Antorchas y del MEU en las principales ciudades de Honduras que son una esperanza para la democracia y la institucionalidad.

Pero los cachurecos del partido Nacional no aprendieron la elección, el pasado 26 de noviembre 2017 repitieron su vil conducta con el escandaloso fraude que hicieron en contra de la Alianza Opositora liderada por Salvador Alejandro César Nasralla, lo que el pueblo está determinado a no perdonarles y defender con entereza su precaria democracia.

También es oportuno recordar el Movimiento Ciudadano Contra la Corrupción que por casi dos años movilizó al pueblo guatemalteco en el caso La Línea que implicó la destitución, juicio y cárcel del presidente y la vice presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti Elías, respectivamente, donde el pueblo supo con hidalguía defender sus intereses con el apoyo de la CICIG.

Concluimos esta reflexión con un escrito de Vaios Triantafyllou titulado  “El Capitalismo se basa en supuestos Despiadados, Inhumanos” donde hace un análisis de una entrevista con el estadounidense, filósofo y lingüista Noam Chomsky, que a sus casi noventa años es tan brillante en su forma de ser y pensar que opaca a jóvenes de 20 y 30 años que no usan la materia gris cerebral para nada, nos dice parte del escrito: Conforme Donald Trump completa la designación de su gabinete, Chomsky reconoce que el futuro podría depararnos intolerancia y culpabilidad. Sin embargo, la decisión sigue dependiendo de nosotros: “Que logren su propósito”, opina Chomsky sobre la táctica de divide y vencerás, “depende de la resistencia que oponga gente como usted”

Así que ni la OEA, ni la ONU, ni la Unión Europea, mucho menos los hijos de don Sam de la Embajada de Estados Unidos o cualquier tipo de delegaciones extranjeras vendrán a resolverle sus problemas, es usted, querido amigo o amiga hondureños. Somos nosotras y nosotros los únicos que podemos resolver nuestros diferentes problemas sociales, políticos o económicos. ¡Así de claro!

Hacemos un llamado a la Policía Militar del Orden Público de las Fuerzas Armadas; a la Policía Nacional y a los Altos Mandos Militares que reflexionen sobre el daño que le hacen a la ciudadanía y entiendan que la represión y los asesinatos contra el pueblo son delitos de Lesa Humanidad que nunca prescriben.

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