lunes, 11 de junio de 2012
Una fuerza represiva e ineficiente, aseguran expertos
“¿Qué se imagina en su cabeza cuando alguien no atiende un llamado a detenerse?”, la pregunta fue lanzada por el más alto jefe militar de Honduras, René Osorio Canales, en medio de un debate público que vuelve a poner en perspectiva el papel de las Fuerzas Armadas en tareas policiales.
En Honduras, un proceso de involución empieza a gestarse en torno al papel militar. La muerte violenta de un niño de 15 años, presuntamente a manos del Ejército, vuelve a poner en tela de dudas el papel de los militares en tareas de seguridad ciudadana.
Pero la presión ciudadana ha obligado a las autoridades a poner a disposición de la Fiscalía a siete elementos de las Fuerzas Armadas.
El lamentable suceso da cuenta que el niño Eved Yasiel Yanes Cáceres, quien según testimonio de su padre Wilfredo Yanes fue asesinado a manos de militares, el 29 este mayo. Versiones de testigos aseguran que el joven no obedeció una orden de parada efectuada por los militares y el hecho propició que le dispararan.
Todo ocurrió en un retén en el sector de Villa Vieja, salida al oriente de la capital hondureña.
La muerte del joven ha conmocionado a la sociedad hondureña, que ha saltado de apreciar como los policías están enmarañados en una bola de mafias y corrupción que atrapa a una parte de sus mandos, así como de sus cuadros bases, según se ha reconocido desde el poder, para girar a la esfera verde olivo, donde la muerte de Eved Yasiel alerta sobre la preponderancia que el Ejército ha tomado en tareas de seguridad ciudadana.
El ministro Marlon Pascua se reunió con el Fiscal General, Luis Alberto Rubí y puso a disposición del Ministerio Público a los siete militares que ese día realizaban el retén, así como el vehículo y las armas que portaban los uniformados.
Añadió que los siete militares se presentarán ante el Ministerio Público para que rindan su declaración y serán los fiscales los que determinen las acciones necesarias al respecto.
“Esto es parte de la colaboración que la institución está realizando para el esclarecimiento de los hechos, para que realicen las investigaciones del caso”, manifestó el ministro.
Un par de días antes, el máximo jerarca militar, René Osorio Canales, dijo a la radio Globo que “las Fuerzas Armadas están abiertas para averiguar si se ha cometido algún delito. Nosotros no tenemos ninguna información sobre este incidente, desconozco los detalles, pero ya están averiguando al interior de la institución”.
¿Qué pasa por la cabeza de un militar?
A renglón seguido afirmó que “el incidente de ese joven fue el sábado a la 1:30 de la madrugada y una de las preguntas es, -¿qué anda haciendo un joven a esa altura de la noche, sin control de la familia?- pero bueno, son cosas particulares, pero sí estamos investigando todo eso. Lógicamente, si hay gente culpable hay que proceder con apego a la ley”.
En su perspectiva, el alto mando castrense reflexionó “recuerde que si usted es soldado y hay un retén y ya hicimos una parada y un ciudadano no atiende el llamado a detenerse, -¿qué se imagina en su cabeza?- , que es un delincuente, porque no está atendiendo a las autoridades. Alguna gente, por la situación que está pasando el país, tiene miedo, pero en todos los retenes que hacemos ponemos los conos, a la gente se le pone el chaleco. Los ciudadanos tienen que respetar, lo que pasa es que este es un país en donde nadie quiere respetar las leyes y después de los incidentes es que vienen los reclamos, pero si somos disciplinados y atendemos a lo que manda la autoridad no habrá incidentes. Y ese es el problema que está pasando en este país”, justificó Osorio.
A las puertas de una fuerza “reactiva, represiva e inefectiva”
Para la experta investigadora Mirna Flores, el problema a nivel de la región es el crecimiento del delito y las fuerzas policiales, especialmente las de Honduras que no han podido dar respuesta y frente a ello se ha recurrido a la vieja práctica de sacar los militares a las calles, un hecho en el que la ciudadanía busca ampararse frente a la ausencia de respuestas.
Para Flores en la actualidad a los militares “se les delegan funciones policiales en temas de seguridad ciudadana. Las consecuencias ya las estamos viendo. La muerte de ese muchacho podría ser recurrente. Los militares no están preparados. En el pasado vimos las consecuencias nefastas que podrían retornar, con la excusa de enfrentar el delito”.
Consternada la investigadora comentó que “ese muchacho (Eved Yasiel Yanes Cáceres), fue compañero de mis hijas y como madre uno ve la vulnerabilidad de sus hijos”.
En tono preocupante advirtió, “todos los jóvenes del país están en riesgo frente y frente al delito y frente a la instituciones de seguridad. Este hecho demuestra que si siguen saliendo a las calles se pueden seguir cometiendo más violaciones a los derechos humanos.
En torno a la propuesta del Congreso Nacional de crear una Policía Intermedia dijo es una idea “muy ambigua que podría derivar en volver a una estructura reactiva, represiva e inefectiva”.
Caminar en círculo
Entre tanto, la periodista experta investigadora, Thelma Mejía, expresó que la creación de una Policía Intermedia es una medida desesperada. Es caminar en círculos para llegar al mismo lugar, nos quieren dar más de lo mismo.
“Lo que urgimos -prosiguió- es una Policía que prevenga el delito y no que los cometa. Un cuerpo de seguridad con formación profesional que respete los derechos humanos”.
Una Policía con formación militar no es la solución, debe ser con espíritu civil y con características basadas en una profesionalización de la misma, propuso Mejía.
Por su parte, la rectora universitaria, Julieta Castellanos, se refirió a la Policía Intermedia y calificó que el término militar es muy sensible para una ciudadanía que duda de los cuerpos de seguridad del Estado.
Sobre el incidente donde un joven de quince años perdió la vida presuntamente a manos de efectivos militares, manifestó que “era una barbaridad” y que tenía que investigarse hasta las últimas consecuencias.
“Hoy me vino a buscar el papá del muchacho y lastimosamente no lo pude atender porque estaban en otra reunión. Creo que es algo delicado que tiene de profundizarse en la investigación y lamentamos de todo corazón lo sucedido”, explicó Castellanos.
La regresión
La inseguridad y la imparable violencia que sacude Honduras no han encontrado respuestas tangibles. Si bien la voz de la ciudadanía ha tomado una dimensión que se escucha en las tribunas públicas, las acciones gubernamentales han girado en torno a la creación de comisiones y organismos que hasta el momento no ha mostrado resultado alguno.
Al par, propuestas como la creación de una fuerza “intermedia” que combina militares y policías es propuesta desde el Congreso Nacional, lo que para expertos representa un retroceso en una sociedad que recién superó una dura época de poder castrense, en la que prevaleció la violación a los derechos humanos y la doctrina de la seguridad nacional.
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