martes, 26 de junio de 2012

Camille Chalmers: Minustah no es una forma de cooperación, sino de dominación que está destruyendo la cultura del país


Adital

Por Natasha Pitts
Periodista de Adital

En la mañana del pasado martes 19, tuvo lugar en la Cumbre de los Pueblos la actividad ‘Haití: Los desafíos de la solidaridad' para dar visibilidad a la lucha del pueblo haitiano contra la ocupación de las tropas militares de la Minustah y por la reconstrucción del país, teniendo como actores principales a los haitianos y haitianas. Para hablar mejor sobre éstos y otros temas, Adital, en directo desde el Aterro de Flamengo, en Río de Janeiro, conversó con Camille Chalmers, de la Haitian Platforn to Advocate Alternative Development (PAPDA).

Adital: ¿De qué forma la militarización afecta negativamente la vida cotidiana de la población haitiana?
Camille Chalmers: La lista de daños es muy larga. En el sector económico, la permanencia de la Minustah causó una desestabilización del mercado de alquileres de casas. Ahora los precios de los alquileres están triplicados. En Puerto Príncipe, alquilar una casa puede salir hasta cuatro o cinco veces más caro que antes de la instalación de la Minustah. También fue vulnerado el mercado de trabajo, pues están ofreciendo salarios mucho más altos que lo que normalmente se paga en Haití. Ocurrió una migración de profesionales de Haití para trabajar como personal de apoyo logístico y administrativo de la Minustah. Y esa pérdida del cuadro de profesionales afecta también a la economía.
A nivel de derechos humanos es muy grave la cuestión de violaciones de mujeres y estamos hablando de cientos, cientos de mujeres. Fue comprobado que 104 soldados de Sri Lanka estaban practicando violaciones casi todos los días durante meses y fue necesario sacarlos del país. Y eso quedó en la más completa impunidad, sin ningún proceso. Es amplia la cultura de la impunidad, que ya era un problema.
Existe también escasez de infraestructura para la formación de la juventud por la ocupación de los campus universitarios y también de las escuelas secundarias. Los militares de Brasil ocuparon un campus nuevo que estaba siendo construido. También está la cuestión de la salud, con la introducción, por parte de los soldados de la Minustah, del cólera, enfermedad que ya mató a más de 7.500 personas. 
La Misión todavía no reconoció su culpa, que ya está confirmada por varios laboratorios del mundo. En este momento hay una nueva epidemia de cólera. Y nosotros queremos no sólo que ellos pidan perdón oficialmente, sino que inviertan 1.000 millones de dólares para terminar la infraestructura universal de acceso al agua potable y acceso al saneamiento para que logremos erradicar completamente el cólera. Entonces es importante que sepamos que la Minustah no es una forma de ayuda, no es una forma de colaboración humanitaria, es una forma de ocupación, que afecta directamente la vida de cada ciudadano de Haití.

Adital: Actualmente, ¿cómo están las movilizaciones por el retiro de las tropas de la Minustah?
Camille Chalmers: Hubo un alza de movilizaciones cuando la Minustah llevó el cólera, pero ahora paró un poco. Creo que en los próximos meses de julio, agosto y septiembre vamos a tener movimientos importantes para que las personas del mundo se den cuenta que la Minustah no es una forma de cooperación, sino de dominación y que está destruyendo la cultura del país. Para el 28 de julio están agendadas acciones globales por el retiro de las tropas militares del país.

Adital: ¿Cree usted que sin las tropas militares sería más fácil para la sociedad civil haitiana encaminar la reconstrucción del país?
Camille Chalmers: La presencia de los militares debilita todos los cuerpos de movilización social, inclusive por la represión que opera. Ellos imponen mucho miedo; las personas temen la muerte y temen movilizarse. Con la militarización se impidió que el pueblo haitiano fuese actor de la reconstrucción, pues ellos [Minustah] quieren que no haya reconstrucción y esto está muy claro para nosotros.

Adital: ¿Cómo evalúa el gobierno del actual presidente? 
Camille Chalmers: El Gobierno actual es de derecha. Es un gobierno autoritario que está muy sometido a los mandos de Estados Unidos y que está abriendo cada vez más al país para la explotación. Por ejemplo, firmaron un acuerdo con República Dominicana que abre totalmente la entrada de productos de ese país a Haití. Esto impide la creación de empleos en el país. Hoy Haití no es más un país autosuficiente, sino un país que importa el 82% de sus alimentos. 

Adital: ¿Un nuevo Haití aún es posible?
Camille Chalmers: Sí, creo que ahora estamos en un momento de lucha y reconstrucción política y también trabajando para crear una fuerza unitaria. Es un paso muy importante. También teniendo en cuenta la posición clara de los primeros dirigentes electos de Haití por la revolución antiesclavista, debemos hacer la revolución en conexión con las luchas internacionalistas. Y la revolución haitiana tenía una vocación clara internacionalista y, por eso, apoyamos a Bolívar. Entonces, éste es el momento de seguir luchando contra otras formas de esclavitud, la esclavitud impuesta por el capital transnacional.
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com

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