Radio Progreso
La pandemia del coronavirus continúa amenazando a la humanidad, y con mayor fuerza a países como Honduras, donde el Gobierno de corte autoritario responde con malversación y desfalco de los fondos destinados a la emergencia, lo que ha provocado el colapso del sistema de salud y la zozobra para gran parte de la población que carente de salud, educación y empleo.
A esto se suma la siempre voraz intención neoliberal de privatizar los servicios y bienes públicos, con lo cual se agudiza la ya permanente crisis expresada en tres dimensiones:
1) agudización de las desigualdades; 2) deterioro y degradación ambiental y ecológica; y 3) debilidad profunda de la democracia y la institucionalidad del Estado de derecho.
Ante esta dramática realidad, y en memoria del legado del Padre Guadalupe Carney, mártir del campesinado hondureño, hoy cuando recordamos sus 37 años de desaparecimiento forzado, el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC-SJ), la Parroquia San Isidro Labrador, la Fundación San Alonso Rodríguez, la Coordinadora de Organizaciones Populares del Aguán (COPA), el Comité en Defensa de los Bienes Comunes y Públicos de Tocoa, Colón y el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) en Honduras junto a la Fundación Share en Estados Unidos- entre otras que quieran sumarse – nos proponemos unir esfuerzos en la atención y cuidado organizativo, técnico, político y psicosocial alrededor del derecho humano a la alimentación, condición fundamental para la existencia de la sociedad.
Vamos a la Milpa representa un proyecto de futuro y esperanza, que deberá concretizarse en el mediano y largo plazo, mediante la soberanía alimentaria, cultural y territorial, es decir: agroecología, diversificación de cultivos, recuperación de semillas propias, técnicas nuevas y antiguas para el cultivo y comercialización de nuestros productos, nuevas relaciones de poder y género. Formación popular e inclusiva. Diálogo y debate sobre el tipo de desarrollo que deseamos, todo en sintonía con la cosmovisión original de nuestros pueblos mesoamericanos.
Las organizaciones que promovemos y acompañamos este proceso soñamos, creemos y apostamos por la comunidad organizada como camino y proceso, no solo como fin.
La milpa es la mediación gratuita entre el trabajo de hombres y mujeres y el maíz, y todos los cultivos de la tierra para garantizar soberanía alimentaria de toda la sociedad.
Volver al maíz es volver a la fuente; a las relaciones armónicas con la Madre Tierra y con la comunidad. Es volver al fundamento de nuestra historia enriquecida ahora por la técnica y la experiencia, y solidaridad de la comunidad local y global.
Vamos a la milpa es una invitación a desandar los caminos del egoísmo humano e individual, y avanzar hacia el futuro con esperanza.
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