Por Marc Allas
A finales de agosto de este año, el ministro de defensa, Fredy Santiago Díaz Zelaya, General en situación de retiro y ex jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (FFAA) interpuso dos querellas por 15 delitos de calumnias contra el capitán Santos Rodríguez Orellana.
Según el ministro de defensa, Rodríguez Orellana lo ha calumniado al vincularlo con el crimen organizado y el narcotráfico.
Asimismo, los abogados afirman que el capitán Rodríguez Orellana, no ha presentado pruebas que vinculen a su defendido con cárteles de la droga, por lo que han señalado que sus declaraciones, han “manchado, el honor, la imagen y vida privada” de Díaz Zelaya.Los representantes legales del General Díaz Zelaya, sostuvieron que han procedido contra el capitán, ya que éste en reiteradas ocasiones ha brindado declaraciones a distintos medios alternativos de comunicación, en las que se ha mancillado el nombre del general.
El lunes 7 de septiembre, fecha programada para ventilar en los tribunales de justicia, la audiencia de conciliación, trascendió que el querellado Santos Rodríguez Orellana, no se presentó a la misma, por lo que el juez ordenó la publicación de edictos con el fin de programar nuevamente la audiencia de conciliación,
El capitán Santos Rodríguez Orellana se desempeñó en operaciones antinarcóticos en Honduras, junto a efectivos de la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos.
En noviembre de 2017, el noticiero Univisión publicó un reportaje sobre las operaciones de narcotráfico en la mosquita hondureña. El capitán Rodríguez Orellana fue uno de los entrevistados.
En aquella oportunidad y al referirse al tema de pistas clandestinas utilizadas para el narcotráfico, Rodríguez Orellana dijo: “Imagínese usted en una selva, en una jungla cómo hizo para llegar un tractor y que uno reportaba y a nadie le interesaba”.
“Comenzamos a tener problemas con uno de los generales, y me empezó a llamar para decirme que estaba involucrado”, denunció al noticiero, el oficial que posteriormente fue separado del instituto castrense.
Rodríguez Orellana sostuvo que el general le advirtió que se había metido en donde no lo habían llamado, en referencia al decomiso que hizo de un helicóptero que al parecer, transportaba 600 kilos de cocaína y que había aterrizado en la mosquita, para reabastecerse de combustible.
“Me llamó alguien encargado de la red del narcotráfico y me dice: Capitán vamos a ser claros y pelados, te vamos a dar 500 mil dólares y entréganos 10 barriles de combustible que vos decomisaste”, narró el oficial.
Rodríguez Orellana le comentó a un superior sobre el supuesto soborno, pero a las pocas horas le ofrecieron un millón de dólares.
“Podía arreglar mi vida con eso y salir de tantos problemas que uno tiene, pero los principios que uno tiene, no le permiten eso”, aseguró.
Sobre este espinoso caso, un informante le advirtió al capitán que se había metido en problemas, porque el helicóptero era de Juan Antonio Hernández, hermano del que usurpa el poder en Honduras, Juan Orlando Hernández.
Juan Antonio Hernández fue acusado por narcotráfico “a gran escala” en una Corte del Distrito Sur de New York, y está a la espera de su sentencia, el próximo 16 de septiembre de 2020. Juan Antonio Hernández podría permanecer encerrado de por vida; en una celda estadounidense.
Después del incidente, el capitán Santos Rodríguez Orellana, fue retirado de las operaciones contra narcóticos en la mosquitia y se le abrió un expediente en el que se le acusó de torturar a detenidos.
“Desde ese momento me suspendieron, me llevaron a una base militar para preguntarme que qué sabía de ese helicóptero, y yo les decía que era del hermano del presidente”, comentó.
Después de ser dado de baja, el capitán narró que el 10 de octubre de 2016, fue persuadido por un supuesto agente de la DEA, el que sólo se identificó como “Matew”. Este quería información del hermano del presidente Hernández y de Venezuela.
Para tratar de que Rodríguez Orellana cooperara, el agente lo presionaba a través de mensajes de whatsapp. En cierta ocasión, Rodríguez Orellana fue citado a la embajada estadounidense en Tegucigalpa.
Ahí el oficial conoció a Matew, quien junto a otros agentes, le pidieron que se declarara “culpable” de estar vinculado en un plan de narcotraficantes, para asesinar al embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, James Nealon.
Además, que debía involucrar a Juan Antonio Hernández en dicha conspiración. En respuesta, el capitán les dijo que no podía declarar sobre algo que no existía, pero que sí podía declarar que el hermano del presidente Hernández es narcotraficante.
Luego, el agente Matew le advirtió que si no hacía lo que ellos le pedían, entregarían su historia a los medios de comunicación.
Rodríguez Orellana se negó rotundamente al requerimiento y en respuesta, al día siguiente la embajada de Estados Unidos difundió un comunicado en el que se afirmaba, que el capitán era objeto de investigación debido a sus presuntos vínculos en actividades de narcotráfico y corrupción.
Debido a sus denuncias, el capitán, que fue separado de las Fuerzas Armadas (FFAA), ha denunciado seguimientos, persecución y amenazas a muerte en su contra.
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