miércoles, 9 de septiembre de 2020

Abandono gubernamental influye en la destrucción de Punta Izopo


Radio Progreso

La cuarentena a raíz del Covid-19, no ha influido para que la destrucción de la naturaleza en el país cese. La deforestación y la quema de los bosques fomentada desde sectores económicamente poderosos en el país, está a la orden del día.

Para muestra un botón. En la zona norte del país el Parque Nacional Punta Izopo, que se ubica entre los municipios de Tela y Arizona en el departamento de Atlántida, poco a poco va agonizando. Y a pesar de las constantes denuncias que se realizan desde las comunidades y organizaciones, pareciera que a la institucionalidad poco o nada de interesa estos santuarios naturales.

Una de las organizaciones que se dedica al cuidado y conservación de los parques nacionales en el municipio de Tela y Arizona es Prolansante, fundada por la ambientalista teleña Blanca Jeannette Kawas Fernández, asesinada por su trabajo en defensa del medio ambiente en la década de 1990.

Nelbin Bustamante forma parte de Prolansate, es cuidador de los Parques Nacionales Blanca Jeannette Kawas, Punta Izopo y del Jardín Botánico Lancetilla. Explica que en el caso de Punta Izopo, gente con mucho dinero y poder está queriendo apoderarse de las tierras del parque.

“Desde la zona núcleo han estado cortando bosque, rellenando humedales, sembrando palma africana, metiendo  ganado, y a pesar que se han realizado grandes cantidades de estudios y dictámenes técnicos donde se explica la destrucción que existe en la zona, no se ha tenido respuesta de las instituciones encargadas de investigar e impartir justicia en el país”, señala.

Bustamante explica que, esa situación crea ingobernabilidad en todas las áreas protegidas, no solo de Tela, sino en todo el país. Es decir, la falta de deducción de responsabilidades es un factor para que cada vez, más personas estén contribuyendo a la destrucción del Parque Nacional, a raíz de la falta de justicia.

Según el guarda parques, desde hace varios años están pidiendo que se hagan tribunales ambientales, y que los jueces de Jurisdicción Nacional también conozcan el delito ambiental.

“Vemos que los jueces aquí tienen temor, desconocen o no quieren  participar en el tema ambiental. Queremos que se escuche a nivel nacional e internacional la situación de estas áreas protegidas, y podamos realmente tener esa gobernabilidad en las mismas. Solo así lograremos que estos ecosistemas realmente estén saludables y cumplan su función”, concluye.

Durante un recorrido por el Río Plátano, ubicado en la zona núcleo del parque, se puede observar como poco a poco las plantaciones de palma africana van ganándole terreno a las especies nativas. Es común encontrar la fruta de la palma lista para la venta.

Las comunidades

El Parque Nacional Punta Izopo, se ubica al extremo oeste del municipio de Tela, entre la comunidad garífuna Triunfo de la Cruz, Tela y la comunidad de Hicaque en Arizona, Atlántida. Durante muchos años ha servido de sustento a miles de familias que aprovechan la abundante biodiversidad para llevar alimentos a sus hogares. Sin embargo, esa situación ha ido cambiando en los últimos años a raíz de la destrucción.

César Benedith, presidente interino del patronato en la comunidad Triunfo de la Cruz, señala que es necesario que la institucionalidad ponga mayor interés en la protección de los bienes naturales en la zona. “No puede ser que a la orilla de los ríos haya tanta palma africana porque los seca. Es una situación muy preocupante, en un par de años si no se le da mantenimiento a esta zona nos vamos a quedar sin río y sin peces. Tenemos que actuar de forma inmediata”, dice el líder comunitario.

César Benedith recuerda que hace algunas décadas atrás en la zona abundaban los animales silvestres, sin embargo, debido a la caza desproporcionada, la siembra ilegal de palma africana, la tala del bosque y el dragado de los humedales, muchas especies animales y vegetales que antes eran abundantes han comenzado a desaparecer en la zona. Además, cuestiona el papel de la institucionalidad hondureña que durante décadas ha estado ausente, y poco o nada hace para dar con los responsables de la destrucción.

Por su parte, la jefa de la oficina del Instituto de Conservación Forestal (ICF), en Tela Atlántida Alba Ocampo, explicó a Radio Progreso que desde el 2019 los delitos ambientales en la zona se han intensificado. Hay un promedio de 48.47 hectáreas que han sido identificadas como afectadas, sin embargo la cifra real podría ser el triple.

La funcionaria concuerda que la mayor destrucción se realiza en las cercanías de la zona núcleo, y los terrenos mayoritariamente son utilizados para la siembra de palma africana y la ganadería.

En Honduras existen cerca de 190,000 hectáreas de palma africana sembradas sobre todo en la costa atlántica, entre los departamentos de Cortés y Colón.

Uno de los atentados más recientes ocurridos en el Parque Nacional Punta Izopo, fue un incendio que consumió varias hectáreas de humedal. Es esta zona las organizaciones ambientalistas encontraron siembra de palma africana.

En el Parque Nacional el cultivo de la palma aceitera se ha salido de control, la mayor parte de estos cultivos pertenecen a políticos y empresarios poderosos en el departamento de Atlántida. Quienes mueven los hilos de poder a su antojo para que las investigaciones y la justicia nunca llegue. Las organizaciones han identificado que, a pesar de ser un Parque Nacional, el propio Estado hondureño se ha prestado para extender títulos de propiedad en la zona.

Desde Prolansante y los patronatos de las comunidades garífunas aseguran que continuarán con las denuncias, ya que la destrucción de los parques es muerte para las comunidades que se ubican en su alrededor.


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