sábado, 12 de septiembre de 2020

"Necesito encontrar a mi hijo vivo o muerto, quiero que esta pesadilla acabe"


Radio Progreso

José Daniel Mendoza Jiménez salió del barrio Medina de San Pedro Sula, Cortés en octubre de 2010. La última vez que llamó a su madre fue en diciembre de ese mismo año, diciendo que estaba en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Luego no volvió a comunicarse. Desde entonces está desaparecido.

Su caso está entre los más de 600 expedientes que tiene el Comité de Familiares Migrantes Desparecidos de El Progreso, Yoro, COFAMIRPO, donde llegan las madres pidiendo apoyo para buscar a sus hijos e hijas desaparecidos en la ruta migratoria.

Guadalupe Jiménez Mendoza, de 50 años de edad, es la madre de Josué Daniel, su rostro refleja el dolor y las lágrimas que no han cesado desde el día que su hijo salió de Honduras en búsqueda de empleo y oportunidades, que en tantas ocasiones se le negaron en el país. “Él era el amor de mi vida. Allí habían caricias, allí había amor. Mi Josué Daniel soñaba con una vida mejor, se fue prometiéndome que me construiría una casa, en ese entonces yo alquilaba”.

Guadalupe sabe que una década después del desaparecimiento de Josué Daniel hay muy pocas posibilidades de que esté vivo, sobre todo por la llamada que recibió de un grupo criminal pidiendo dinero por su rescate, de lo contrario lo asesinarían. “Yo sé que mi hijo no vive, pero uno de madre se resiste, se niega a creer, yo lo quiere ver, aunque sea muerto, sino esta pesadilla no acabará nunca”, nos dijo entre lágrimas.

Cada vez que piensa y habla de su hijo, el dolor en el pecho vine y le cuesta respirar, no hay noche que no llore por su hijo, no sabe dónde está, lo que sufrió y siempre se pregunta por qué pasó todo esto, porqué Daniel, porqué su hijo.  

Las organizaciones defensoras de migrantes, estiman que cerca de cuatro de cada diez migrantes centroamericanos que cruzan México en su recorrido hacia Estados Unidos desaparece. Podrían estar vivos, muertos o ser víctimas de trata de personas.

Para Guadalupe el tiempo no ha amortiguado el dolor por la ausencia de su hijo. Los días pesan sin ver el resto de Josué Daniel, pero aun con tanto sufrimiento aún guarda en lo más profundo de su corazón la esperanza del encuentro.



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