lunes, 8 de agosto de 2016

Desde la Sociedad Civil



Como en Honduras se está comenzando a socializar el Nuevo Código Tributario es bueno recoger lo que nos viene desde la “sociedad civil” dejando a un lado la visión gubernamental que, como ya nos tiene acostumbrados, solo nos habla de las bondades, beneficios y todo lo que empuja su “proyecto de país” que no coincide para nada con la realidad social y cotidiana de los ciudadanos.

Los medios de prensa nos dicen lo siguiente a propósito del Nuevo Código Tributario: “a nivel latinoamericano, Honduras aparece como uno de los países con los mayores niveles de evasión y elusión fiscal.  Un informe reciente de Oxfam Internacional y de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), muestra que una de las características tributarias del país es la inequidad.  Señala la persistencia de exenciones fiscales, regalías, depreciación acelerada de activos.  También zonas francas y régimen de maquila, entre otros, como descuentos de intereses por créditos internacionales”.

Nuevamente en esta ocasión vamos a seguir de cerca al FOSDEH en las puntualizaciones que señala respecto al Nuevo Código Tributario: Primero: es imprescindible que haya un “nuevo pacto fiscal” basado en consensos y en principios universales de política fiscal.

Segundo: el Nuevo Código Tributario debe tener como objetivo principal disminuir de manera gradual la “regresividad fiscal” es decir no gravar tanto el impuesto sobre ventas como el impuesto al capital y la propiedad.

Tercero: es desfasado adoptar el Principio de Renta Territorial en vez de la Renta Universal, adoptado por la mayoría de los países, porque favorece la deslocalización de los capitales nacionales que se trasladan a otros países donde se pagan menos impuestos.

Cuarto: aunque el Nuevo Código favorece, por un lado, las inversiones extranjeras, al mismo tiempo, favorece la fuga de capitales nacionales hacia países o territorios con menos impuestos fiscales.  Diera la impresión que está pensado para favorecer el Plan 20/20 para atraer la inversión extranjera.

Quinto: en el Nuevo Código no prevalece el “principio de equidad” puesto que las exoneraciones fiscales siguen beneficiando a los sectores que históricamente han sido favorecidos: industria extractiva, maquila, turismo y otras actividades de exportación.  Todo ellos se hacen en detrimento de la “economía de consumo interno” que es quien soporta la mayor parte de la carga fiscal.

Sexto: el Nuevo Código Tributario en vez de reducir tributos crea el “mono tributo” para gravar la actividad del sector social de la economía, otro sectores económicos y profesionales.

Séptimo: no se afrontan directamente las prácticas anti evasión y elusión fiscal.

Como contraste, la Convención Demócrata de los EUA, incluye como puntos clave de su “plan de gobierno” los siguientes: atacar frontalmente la mala distribución de la riqueza que favoreciendo al 1% fomenta la desigualdad en ingreso y riqueza; restablecer la justicia económica luchando contra la ambición y la irresponsabilidad de la banca y las finanzas; trasparencia en las donaciones millonarias al mundo de la política y sus campañas.

Oxfam Internacional nos recordaba que: “la desigualdad extrema en el mundo está alcanzando cuotas insoportables. Actualmente, el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99% restante de las personas del planeta. El poder y los privilegios se están utilizando para manipular el sistema económico y así ampliar la brecha, dejando sin esperanza a cientos de millones de personas pobres. Para combatir con éxito la pobreza, es ineludible hacer frente a la crisis de desigualdad”.

En resumidas cuentas, tanto los aportes que nos vienen desde la sociedad civil como desde la sociedad internacional ponen al descubierto que el Nuevo Código Tributario no va a fomentar la justicia fiscal, revertir la regresividad fiscal o luchar contra la evasión y/o elusión fiscal que el país necesita para poder luchar contra la desigualdad.

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