viernes, 26 de agosto de 2016

"El Globo" y los golpistas hunden a Brasil en el abismo



Por Jeferson Miola

Traducido del portugués para Rebelión por Alfredo Iglesias Diéguez

Dos acontecimientos políticos de relevancia olímpica fueron olímpicamente ocultados por la Rede Globo en el Jornal Nacional de este lunes olímpico, 8 de agosto de 2016. El Globo esconde a los brasileños las delaciones que tienen potencia explosiva suficiente para hacer caer al gobierno usurpador y mandar a sus integrantes a la cárcel.

El primer hecho: la decisión de Gilmar Mendes, juez tucán del Supremo Tribunal Federal, de abrir un proceso para disolver el Partido dos Trabalhadores. Animado por el espíritu fascista de la dictadura golpista de 1964 [1], Gilmar quiere eliminar del sistema de partidos  brasileño el Partido que tiene cerca de 2 millones de afiliados y recibió 54.501.318 votos en la última elección presidencial. Un hecho de tal gravedad jamás se podría esconder.

El segundo hecho que se ocultó fue la filtración de la delación que desveló que Michel Temer obligó a Odebrecht a entregar una coima de 10 millones de reales (R$) a sus socios golpistas Eliseu Padilha, jefe del gabinete del Presidente, que se embolsó 4 millones de R$ en efectivo, y Paulo Skaff, presidente de la Federação das Indústrias do Estado de São Paulo (FIESP), que se llevó a 6 millones de R$ también en efectivo. La delación también reveló la cantidad recibida por el canciller usurpador José Serra, 34,5 millones de R$.

Quién descubrió  el escándalo de estos sobornos multimillonarios pagados a los golpistas no fue ningún medio de la prensa no hegemónica. La divulgación salió de la nada sospechosa de antigolpismo revista Veja, a menudo beneficiaria de numerosas filtraciones realizadas por agentes de la Policía Federal, fiscales y poder judicial.

Es evidente que este escándalo, con el potencial explosivo suficiente para derrocar al gobierno usurpador y enviar a sus miembros a la cárcel –si estuviésemos, por supuesto, en un momento de normalidad democrática e institucional-,  tan sólo se filtró porque sus autores están seguros de que ejercen un control total de la situación y de las instituciones políticas, policiales y judiciales.

Es absurdo pensar que esta denuncia tenga algo que ver con principios éticos o morales o con el ideal de "regeneración" de la política proclamado por los fiscales de la operación Lava Jato, que actúan como verdaderos predicadores del nuevo orden, puro y libre de pecado.

La filtración es una operación calculada; es parte del juego de disputas, chantajes y conciliación de intereses dentro del bloque golpista.

Quiénes se benefician de las filtraciones son conscientes de que la divulgación de este escándalo monumental no va a revertir el curso del golpe y no va a hacer caer al gobierno usurpador de Michel Temer. En otras palabras: el golpe se consolida y el nuevo régimen golpista, que se asienta sobre una base criminal y en la solidaridad delictiva, ya empieza a administrar las tensiones internas.

A esta etapa "orwelliana" de la realidad brasileña no se hubiese sido  posible llegar sin la participación de la Red Globo, implicada en cuerpo y alma en el golpe.

El Globo juega un papel decisivo en la consolidación del golpe, como ya lo hizo en el año 1964. El papel nocivo del Globo para la democracia se manifiesta cuando manipula y tergiversa la realidad que publica, pero especialmente cuando oculta criminalmente la realidad.

Estos acontecimientos son la manifestación olímpica de que Brasil, nuevamente, se está sumiendo en el abismo de la arbitrariedad y el oscurantismo.

* Jeferson Miola es miembro del Instituto de Debates, Estudos e Alternativas de Porto Alegre (IDEA) y coordinador ejecutivo del 5º Foro Social Mundial.

Notas del traductor

[1] El golpe de Estado de 1964 puso fin al gobierno democrático de João Goulart y dio paso a una larga dictadura que se prolongó hasta 1985.

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