viernes, 26 de agosto de 2016

En las Escuelas de Formación se construyen nuevas relaciones de género antipatriarcales



"En mi familia me enseñaron que un hombre no puede lavar platos ni hacer comida porque ese es trabajo para mujeres”. “Desde pequeño me dijeron que los hombres juegan fútbol y las mujeres  juegan a las muñecas  y a la cocina”, “Me gusta el color azul porque es el color de los hombres” estas son algunas frases que salen en los grupos al hablar de lo femenino y lo masculino, en fin, de los roles de género. Un grupo de chavos que participan en la Escuela de Formación Política y Ciudadana que se impulsa desde el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC) con el objetivo de la formación de una nueva generación comprometida con la ética y la política, participaron activamente ante la dinámica para entrarle a este tema que fue central en el sexto módulo de la escuela.  

El facilitador del tema de género fue indígena guatemalteco Fernando Us, quien además de tener experiencia académica, cuenta con las enseñanzas de la escuela de la vida. 

Para ir entrando en el tema, Fernando Us, dijo a los chavos y chavas que es muy importante entender las palabras como: Sexo, que se refiere a la diferencia biológica entre un hombre y una mujer. La palabra Género que es la identidad, las funciones y los ámbitos construidos socialmente de la mujer y el hombre y el significado social que se atribuyen a esas diferencias biológicas. Asimismo explicó que la palabra orientación sexual es la capacidad de cada persona de sentir una profunda atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un género diferente al suyo o de su mismo género. Así como a la capacidad de tener relaciones íntimas y sexuales con esas personas.

Habló también de los roles de las mujeres y los hombres y sobre esto indicó que hay una visión sexual del trabajo en la que los hombres se dedican a la producción y las mujeres a la reproducción. “Nos han dicho qué cosas debemos hacer  los hombres y qué cosas deben hacer las mujeres, cómo deben hacerlas. A los hombres se les ha negado dar afecto a otros hombres, a usar los colores que desean".

Para este especialista en género, el sistema  patriarcal en el que vivimos nos pone agentes socializadores de género y uno de esos  agentes es la familia, donde se dictan una serie de reglas específicas para las mujeres y para los hombres. Las mujeres son las que hacen la comida, la que cuida a sus hermanitos y   los hombres son los que chapean y dejan lista la leña. Las mujeres son las que menos tienen acceso a la educación, son las que más cargas tienen en la casa. Los privilegios son mayores para los hombres desde su nacimiento.  Nos enseñan cómo ser hombre y como ser mujer en un mundo de dominio. Otro agente es la escuela, decían que era para prepararnos para la vida, pero no es así, sino que es para mantener el sistema patriarcal.  Otro agente socializador de género es la Iglesia en general y los medios de comunicación.

“El sistema capitalista está basado en los pobres y los ricos, el modelo hegemónico nos plantea un mundo de dos, mujer y hombre, rico y pobre.  Este modelo también crea un mundo desigual y asimétrico, es decir que no encajamos. Entonces el sistema cuando uno se sale de la norma nos corrige y la forma de corregir es exterminándolo”, agrega Fernando Us.

El módulo de Género desarrollado en las tres regiones de Honduras: Valle de Sula,  Atlántida y Aguán, sirvió también para que los y las participantes compartieran sus historias de vida, muchas de ellas cargadas de violencia y resentimientos. Varias jóvenes  contaron la manera en la que han sido formados y formadas. Hablaron también de los aprendizajes y de lo que les ha tocado pasar para sobrevivir en un sistema patriarcal y de dominio como el hondureño.

El facilitador explicó que lo más importante para ir entendiendo el tema es que no hay que describir las consecuencias sino que  debemos  hacernos la pregunta: ¿por qué validamos lo que el sistema nos da? ¿Estoy del lado del exterminio o estoy del lado de la vida? ¿Por qué no estamos viviendo el amor? Eso de tantos asesinatos que se ven a diario en Honduras, eso no es la idea del amor. 

Para ir poniendo en práctica lo aprendido en el módulo de Género, los y las participantes hicieron compromisos de vida, como por ejemplo, darse a respetar y promover el respeto a las demás personas, enseñar a sus hijos e hijas  que hombres y mujeres somos iguales, respetar la diversidad sexual, ir rompiendo paradigmas y poner en práctica los valores que nos ayudan a ser seres con amor


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