Más de 170 comunidades de Victoria en el departamento de Yoro, se organizaron para exigir que se les incluya en las ganancias anuales que obtiene la Central Hidroeléctrica “La Vegona”, de la Compañía Hondureña de Energía Renovable S.A. (Cohersa) propiedad de la familia Larach.
En cabildo abierto la ciudadanía exigió un centavo de dólar por cada kilovatio que la empresa Cohersa genera con las aguas del caudaloso río Humuya, desde 2014, donde se instaló sin consultar a las comunidades y sin tener permiso municipal para operar. Hasta la fecha Cohersa sigue generando energía y obteniendo jugosas ganancias según denuncias.
A partir del golpe de Estado de 2009 en Honduras, el gobierno puso en bandeja de plata los ríos y montañas a la empresa privada nacional y extranjera para su explotación. A eso se le suma el retroceso en materia de derechos humanos y la aprobación de un colchón de legislativo que protege la inversión privada pasando por encima de la vida en las comunidades.
Organizaciones defensoras de la madre tierra aseguran que en Honduras existen más de 300 nuevas concesiones mineras, 68 concesiones de los ríos para la instalación de hidroeléctrica y varias concesiones para la construcción de proyectos turísticos. Todas estas concesiones no fueron consultadas con las comunidades. En algunos sectores, gracias a la organización, la ciudadanía ha logrado detener los proyectos. Sin embargo, en otros lugares la explotación de los bienes naturales es una realidad.
“En 2004, don Adolfo Larach llegó a la municipalidad pidiendo permiso para realizar un estudio de factibilidad y nunca más volvió” asegura Francisco Ortega ex alcalde de Victoria, quien denunció públicamente que la empresa trabaja de forma ilegal y sin el consentimiento de los habitantes de la zona. Esta denuncia también fue hecha por la Comisión Ciudadana del Ambiente.
En la comunidad de Santa Lucía, el 22 de julio se realizó el cabildo abierto donde participaron representantes de 174 comunidades, autoridades municipales y Adolfo Larach.
Desde sillas, agua, comida, equipo técnico y hasta el sonido fue patrocinado por Cohersa, quien de entrada comenzó a levantar listados de asistencia en hojas membretadas de la empresa, mismos que minutos más tarde fueron decomisados por representantes de la Comisión Ciudadana del Ambiente, quienes consideraron dicha acción como fraudulenta.
El Ingeniero Adolfo Larach es el propietario de la Hidroeléctrica. Frente a las comunidades intentó pagar más de un millón de lempiras en concepto de impuestos municipales. Además pretendía donar 500 mil lempiras, con el objetivo de tranquilizar los ánimos de la ciudadanía que exige obtener más ingresos por la energía que se genera en el río. “Yo estoy trabajando por este municipio pobre. Mi único objetivo es traer desarrollo” dijo Larach en el cabildo mientras la población le cuestionaba su concepto de desarrollo y le rechazaba su dinero.
Por más de dos horas, el empresario expuso las bondades que la hidroeléctrica trae a las comunidades y suplicó encarecidamente que le aceptaran el pago de impuestos municipales. De lo contrario su empresa tendrá serios problemas por no pagar. Al final del cabildo la población no aceptó los impuestos de Larach, por considerar que la empresa es chantajista y opera de manera ilegal, aunque el empresario remarcó que para estos proyectos basta el visto bueno del Congreso Nacional.
“No vamos aceptar el dinero en la municipalidad porque la gente así lo decidió” afirma Sandro Martínez, alcalde de Victoria, quien además se comprometió a gestionar una reunión con el gobierno para que se les otorgue 68 millones de lempiras al año como parte de las utilidades de la empresa.
Sin embargo, José Alfredo Orellana, presidente de la Comisión Ciudadana del Ambiente, asegura que la comunidad ya cuenta con la estructura organizativa para negociar frente al gobierno. Estructura que las autoridades municipales se han encargado de ignorar.
También en cabildo abierto la población nombró a Orellana como presidente de la Comisión, con el objetivo de construir un “Plan de Seguridad Ciudadana” para mejorar las condiciones de vida de la población en el municipio Yoreño.
Tres hidroeléctricas y un río
La hidroeléctrica “La Vegona” se ubica a 2.5 kilómetros de la Central Hidroeléctrica Francisco Morazán “El Cajón” y a menos de un kilómetro se pretende instalar la tercera represa “Hidroelectricidad” de capital nacional. En otras palabras, el río que da vida a más de 300 comunidades de Yoro y Comayagua, está condenado a padecer según la ciudadanía.
El alcalde Sandro Martínez declaró en Radio Progreso, que la instalación de la tercera hidroeléctrica está en proceso. Que en cabildo abierto la ciudadanía la aprobó que sólo esperan un documento que emitirá el Congreso Nacional para comenzar los trabajos.
Sin embargo, José Alfredo Orellana presidente de la Comisión Ciudadana Ambiental, desmiente las declaraciones del edil Martínez, asegurando que cuentan con todas las actas de los cabildos realizados y en ninguna dice que la gente aprobó dicho proyecto. “No vamos a permitir otra hidroeléctrica porque eso sería el fin para nuestras comunidades” añadió José Alfredo.
Un pueblo arrecho que exige su derecho
Ulises Orellana es de Las Lajas, una comunidad cercana al parque nacional Pico Pijol, amenazado por la explotación minera. “En Guachipilín y la Peña van a explotar una mina y por eso estamos organizados”, nos dice Don Ulises quien con gran preocupación se preguntaba junto a sus compañeros “¿por qué el gobierno no entiende que las comunidades no queremos ese tipo de desarrollo que nos venden?”, sabiendo muy bien los daños que provocan los mega proyectos en las comunidades.
La población organizada en Victoria, Yoro, haciendo uso pleno de su derecho a decidir ha rechazado enérgicamente la instalación de la tercera represa hidroeléctrica en el río Humuya, y afirman seguir luchando para conseguir los 68 millones de lempiras anuales como parte de las utilidades que genera la empresa Cohersa en el río de la comunidad. Además desde las comunidades han elaborado un plan de vida sostenible, basado en la agricultura y la ganadería viviendo en armonía con sus bienes naturales.
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