viernes, 23 de diciembre de 2011

Crecimiento aditivo

Tiempo

El representante del BID en Honduras, Ian Walker, ha reparado en el hecho de que en nuestro país la cooperación internacional, especialmente la del BID, ha generado crecimiento económico, pero poco ha servido para reducir la pobreza.

Este fenómeno se conoce como crecimiento aditivo (Gert Rosenthal) de la economía, o sea que el crecimiento económico, en determinadas condiciones, deja intactas las estructuras sociales, pues la riqueza se acumula en las pocas manos del estrato dominante.

En otra dimensión y debido a la globalización, la acumulación de riqueza es ahora más colosal y opresiva, con características distintas al crecimiento aditivo, y con un efecto multiplicador, letal, de pobreza. De allí la reacción popular mundial contra la corporación financiera. 1% contra 99%, según la protesta en Estados Unidos.

El señor Walker nos explica, en lo que a Honduras importa, que esta clase de crecimiento económico tiene que ver con lo que “Los economistas hablamos de la elasticidad en crecimiento y pobreza”. “Yo creo –agrega—que el reto es como aumentar esta elasticidad y lograr transformaciones que se están dando en otros países”.

El representante del BID indica que, cuando revisó las cifras de Honduras, “lo que más me llamó la atención es que entre 2000 y 2008 el país logró un crecimiento real de 5 por ciento, (y) sin embargo, no ha logrado equilibrar el nivel de la pobreza que sigue alrededor de 65 y 66 por ciento y la tasa de pobreza extrema a niveles de 40 por ciento”.

La elasticidad o inelasticidad de que nos habla el señor Walker se acerca, a nuestro entender, al fondo de la cuestión, que es el desarrollo humano, de igual manera que lo sugiere el concepto de crecimiento aditivo.

Si reflexionamos sobre esto nos encontraremos, por un lado, con el hecho archiconocido de que crecimiento económico no significa necesariamente desarrollo. Infortunadamente, la tendencia es, en nuestro medio, a ponderar el crecimiento económico como panacea. El resultado está a la vista.

Por otro lado, pareciera que la estructura de nuestra economía ha sido pensada –y legislada—para el crecimiento aditivo, precisamente porque fortalece el sustrato político y económico elitista, políticamente antidemocrático y éticamente deshumanizante.

Es justo, entonces, dar elasticidad al crecimiento económico, pero eso requiere de cambios estructurales para los cuales, suponemos, hay que hacer acopio de mucha voluntad política, respaldada con cooperación internacional bien intencionada, incluyendo en esto una acción enérgica y sin tregua contra la corrupción. Lo que ha sucedido con la Cuenta del Desafío del Milenio es muy ilustrativo al respecto.

El representante del BID, en lo relacionado con la orientación del financiamiento para 2012 para Honduras, señala que será para infraestructura vial y eléctrica, educación primaria, seguridad social, mejora del proceso de información financiera, sectores productivos que no tienen garantías bancarias, modernización del sistema bancario y censo nacional.

En eso pareciera coincidir con Hasan Tuluy, vicepresidente del Banco Mundial (BM), quien, al referirse a Centroamérica y el Caribe, advierte: “Las políticas contracíclicas son incongruentes con las medidas a favor del crecimiento. Sin duda, algunos países pequeños, particularmente en el Caribe y América Central, no han experimentado el sólido crecimiento de algunos de sus vecinos del sur, carecen de la misma capacidad para absorber los impactos y les sería difícil encarar este tipo de inversiones. Necesitan asistencia”.
Diciembre 22, 2011

No hay comentarios: