sábado, 2 de enero de 2010
Propuesta de Resolución de la Asociación Americana de Antropología en apoyo a la Resistencia
Quotha
Se puede ver el original en inglés junto con los comentarios aquí
CONSIDERANDO que el 28 de junio de 2009 el presidente democráticamente electo de Honduras, Manuel Zelaya, fue derrocado y exiliado por medio de un golpe de estado militar en un operativo dirigido por un general del ejército capacitado por la llamada Escuela de las Américas (SOA/WHINSEC);
CONSIDERANDO que desde la fecha antes mencionada un movimiento de resistencia compuesto por cientos de miles de ciudadanos hondureños ha protestado diaria y públicamente contra la usurpación de la democracia hondureña; y
CONSIDERANDO que cada uno de los informes rendidos por Amnistía Internacional y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y de los organismos hondureños de Derechos Humanos CIPRODEH y COFADEH detallan numerosos asesinatos políticos extrajudiciales, cientos de ciudadanos inermes heridos por la policía y el ejército y miles de detenciones arbitrarias; y
CONSIDERANDO que la represión violenta ejercida por el estado se ha dirigido particularmente contra grupos de población marginados como son indígenas, garifunas, mujeres, transgénero, maestros de escuelas públicas y otros trabajadores, y los pobres, que en conjunto componen la enorme mayoría del pueblo hondureño; y
CONSIDERANDO que la antropología tiene una relación prolongada e histórica con los derechos humanos y las experiencias vividas por dichos grupos humanos, y la obligación de dar testimonio de los mismos; y
CONSIDERANDO que se ha restringido gravemente la libertad de expresión a través del asesinato de periodistas, el sabotaje y clausura de medios de comunicación, la revocación de los derechos constitucionales de libertad de expresión, de asamblea y de prensa; y
CONSIDERANDO que el régimen impuesto por los elementos golpistas ha amenazado y atacado físicamente a universitarios, a miembros de facultades, incluyendo la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, a investigadores y a instituciones independientes, entre ellos el Instituto Hondureño de Antropología e Historia; y
CONSIDERANDO que las elecciones vigiladas por las mismas fuerzas armadas que han cometido un gran número de las atrocidades antes mencionadas no constituyen recurso suficiente para resolver el daño vastísimo infligido a la democracia y la infraestructura hondureñas; y
CONSIDERANDO que el gobierno de los Estados Unidos de América se ha negado a reconocer oficialmente los actos del 28 de junio de 2009 como un golpe militar, y no ha reconocido ni condenado las violaciones de derechos humanos cometidas por el gobierno de facto; y
CONSIDERANDO que la violencia permanente patrocinada por el estado (hondureño) desestabiliza la región entera; y
CONSIDERANDO, en consecuencia, que la desestabilización y la hostilidad oficial hacia los esfuerzos o misiones intelectuales de cualquier tipo y especialmente los que atañen a grupos humanos marginados, vuelven más difícil y peligroso para los antropólogos realizar sus investigaciones en Honduras;
Sea, pues, resuelto que la Asociación Estadounidense de Antropólogos (American Anthropologists Association, AAA) apoya a los hondureños que se han resistido y continúan resistiéndose contra el golpe militar del 28 de junio de 2009 así como a la represión y explotación económicas llevadas a cabo por el régimen de facto; condena el papel desempeñado por las fuerzas armadas hondureñas tanto en el mismo golpe de estado como en sus secuelas y el financiamiento, entrenamiento y capacitación impartidos por los E.U.A. a tales fuerzas armadas; apoya la convocatoria hondureña a eliminar dichas fuerzas armadas hondureños; e insta con urgencia al Presidente Barack Obama y a los miembros del Congreso de los Estados Unidos de América a:
Reconocer y condenar las violaciones de derechos humanos que el gobierno de facto ha cometido en Honduras desde que se llevó a cabo el golpe de estado del 28 de junio de 2009; y
Dar apoyo y sostener a las fuerzas progresistas que en Honduras están esforzándose por crear una democracia auténtica y son merecedoras del apoyo y sostén que no han recibido de la comunidad internacional; y
Colaborar con países aliados para encontrar y llevar a la práctica una solución pacífica y diplomática a la crisis continua en Honduras.
Unirse a la mayoría de las naciones Latinoamericanas en la negación del reconocimiento y/o en el desconocimiento de los individuos que resultaron seleccionados en las elecciones celebradas el 29 de noviembre de 2009, en vista de que el régimen de facto fue omiso en restaurar la democracia en Honduras antes de la fecha antes mencionada, lo cual provocó condiciones que impidieron unas elecciones libres y justas.
Traducción hecha por María Soledad Cervantes Ramírez
Se puede ver el original en inglés junto con los comentarios aquí
CONSIDERANDO que el 28 de junio de 2009 el presidente democráticamente electo de Honduras, Manuel Zelaya, fue derrocado y exiliado por medio de un golpe de estado militar en un operativo dirigido por un general del ejército capacitado por la llamada Escuela de las Américas (SOA/WHINSEC);
CONSIDERANDO que desde la fecha antes mencionada un movimiento de resistencia compuesto por cientos de miles de ciudadanos hondureños ha protestado diaria y públicamente contra la usurpación de la democracia hondureña; y
CONSIDERANDO que cada uno de los informes rendidos por Amnistía Internacional y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y de los organismos hondureños de Derechos Humanos CIPRODEH y COFADEH detallan numerosos asesinatos políticos extrajudiciales, cientos de ciudadanos inermes heridos por la policía y el ejército y miles de detenciones arbitrarias; y
CONSIDERANDO que la represión violenta ejercida por el estado se ha dirigido particularmente contra grupos de población marginados como son indígenas, garifunas, mujeres, transgénero, maestros de escuelas públicas y otros trabajadores, y los pobres, que en conjunto componen la enorme mayoría del pueblo hondureño; y
CONSIDERANDO que la antropología tiene una relación prolongada e histórica con los derechos humanos y las experiencias vividas por dichos grupos humanos, y la obligación de dar testimonio de los mismos; y
CONSIDERANDO que se ha restringido gravemente la libertad de expresión a través del asesinato de periodistas, el sabotaje y clausura de medios de comunicación, la revocación de los derechos constitucionales de libertad de expresión, de asamblea y de prensa; y
CONSIDERANDO que el régimen impuesto por los elementos golpistas ha amenazado y atacado físicamente a universitarios, a miembros de facultades, incluyendo la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, a investigadores y a instituciones independientes, entre ellos el Instituto Hondureño de Antropología e Historia; y
CONSIDERANDO que las elecciones vigiladas por las mismas fuerzas armadas que han cometido un gran número de las atrocidades antes mencionadas no constituyen recurso suficiente para resolver el daño vastísimo infligido a la democracia y la infraestructura hondureñas; y
CONSIDERANDO que el gobierno de los Estados Unidos de América se ha negado a reconocer oficialmente los actos del 28 de junio de 2009 como un golpe militar, y no ha reconocido ni condenado las violaciones de derechos humanos cometidas por el gobierno de facto; y
CONSIDERANDO que la violencia permanente patrocinada por el estado (hondureño) desestabiliza la región entera; y
CONSIDERANDO, en consecuencia, que la desestabilización y la hostilidad oficial hacia los esfuerzos o misiones intelectuales de cualquier tipo y especialmente los que atañen a grupos humanos marginados, vuelven más difícil y peligroso para los antropólogos realizar sus investigaciones en Honduras;
Sea, pues, resuelto que la Asociación Estadounidense de Antropólogos (American Anthropologists Association, AAA) apoya a los hondureños que se han resistido y continúan resistiéndose contra el golpe militar del 28 de junio de 2009 así como a la represión y explotación económicas llevadas a cabo por el régimen de facto; condena el papel desempeñado por las fuerzas armadas hondureñas tanto en el mismo golpe de estado como en sus secuelas y el financiamiento, entrenamiento y capacitación impartidos por los E.U.A. a tales fuerzas armadas; apoya la convocatoria hondureña a eliminar dichas fuerzas armadas hondureños; e insta con urgencia al Presidente Barack Obama y a los miembros del Congreso de los Estados Unidos de América a:
Reconocer y condenar las violaciones de derechos humanos que el gobierno de facto ha cometido en Honduras desde que se llevó a cabo el golpe de estado del 28 de junio de 2009; y
Dar apoyo y sostener a las fuerzas progresistas que en Honduras están esforzándose por crear una democracia auténtica y son merecedoras del apoyo y sostén que no han recibido de la comunidad internacional; y
Colaborar con países aliados para encontrar y llevar a la práctica una solución pacífica y diplomática a la crisis continua en Honduras.
Unirse a la mayoría de las naciones Latinoamericanas en la negación del reconocimiento y/o en el desconocimiento de los individuos que resultaron seleccionados en las elecciones celebradas el 29 de noviembre de 2009, en vista de que el régimen de facto fue omiso en restaurar la democracia en Honduras antes de la fecha antes mencionada, lo cual provocó condiciones que impidieron unas elecciones libres y justas.
Traducción hecha por María Soledad Cervantes Ramírez
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