lunes, 25 de enero de 2010

Mujeres en resistencia, un ejemplo de valentía en Honduras



Por Indira Flamenco

En muchas ocasiones se ha etiquetado a las mujeres como los seres más sentimentales y endebles de la sociedad; equívocamente se nos asocia con iconografía del hogar, con la pasividad extrema y en forma indignante, con la semiología comercial; por consiguiente, es muy habitual, que sean los cuerpos extravagantes de las féminas, los que publiciten cualquier cantidad de artículos.

Este paradigma de segregación, ha cambiado radicalmente con el golpe de estado en Honduras, a partir de ese fatídico 28 de junio; han sido justamente las mujeres, las protagonistas de diversas acciones para contrarrestar el ultraje al orden constitucional y la violación de los derechos del pueblo.

Las mujeres han estado día tras día en la calle, gritando consignas, soportando toletazos, insultos y en casos extremos hasta violaciones por parte del cuerpo militar-opresor.

No las ha detenido el sol, la lluvia, las tanquetas y el salvajismo, las amenazas de los jefes, los despidos, las humillaciones, la economía de subsistencia, las enfermedades, el dolor ni las lagrimas…por el contrario, han irrumpido con fuerza descomunal, con su puño en alto, sonando sus manos, alzando nuestra mejor arma: la voz y la esperanza.

Este lunes, 25 de enero, Día de la Mujer Hondureña, se reviste de una trascendencia sin precedente, porque ahora nos une, algo más que el vínculo del género, nos une, la lucha consecuente por edificar una patria basada en la equidad y la justicia, donde, nunca más, un grupúsculo de poderosos, se invente una avalancha de terror para soterrar nuestros ideales, los ideales de todo este pueblo, que grita desde la vastedad hasta el silencio: Resistencia.

Sin ninguna duda, seguimos siendo las hilvanadoras de palabras nuevas, las constructoras de sonrisas, las que podemos derribar las nubes con el alma, porque somos patria, somos las campesinas, las empresarias, las feministas en resistencia que desafiaron a los gorilas apostados en el INAM, somos umálali garífuna personificada en Miriam Miranda y la bravura de OFRANEH somos las maracas lencas sacudidas por las manos de la emancipación en Bertha Cáceres, somos la palabra iluminada y multiplicada de Helen Umaña, somos la entereza y el amor incorruptible de Xiomara Castro de Zelaya y su hija, la popular Pichu; somos las maestras heroínas de esta lucha sin final, somos el lienzo de humanidad de Bertha Oliva, la poesía compartida de la Asociación Nacional de Escritoras de Honduras, somos las intelectuales silenciosas pero no silenciadas, somos los pulmones mutilados de Wendy Ávila, quien murió como consecuencia de los gases lacrimógenos arrojados por los opresores, somos el relato doloroso de Sor Reina del Carmen, mujer golpeadas salvajemente por la jauría de militares, somos el grito ensordecedor de Sara Elisa Rosales, la piedra lanzada por la Tía Rosa y sus compañeras de lucha del SITRAINA, mientras corrían escapando de los tentáculos de la inmundicia golpista; también somos, la tristeza de Rachel ante la impotencia e intimidación provocada por las armas, somos la nueva socidad que propugna Leticia Salomón, somos todas, mujer, hombre y pueblo.

Somos mi madre, mi hija, yo y todos mis ancestros.

Y como dice, Juana Pavón (mujer de toda una vida en resistencia): “ Somos las que estamos paradas en el tiempo, y latimos...latimos...latimos! somos río, mar, jungla, ¡somos patria! “.

¡VIVAN LAS MUJERES EN RESISTENCIA DE ESTA PATRIA QUE NOS COBIJA!

San Pedro Sula, 25 de enero de 2010

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