domingo, 24 de enero de 2010
Abusos y secuestro de niños multiplican tragedia haitiana
Granma
PUERTO PRÍNCIPE, 23 de enero (PL).— Unido a las terribles secuelas del terremoto que destruyó a la capital de Haití, la ocurrencia de abusos y secuestros de niños por redes internacionales del crimen organizado acentúan hoy el drama que se sufre en este empobrecido país caribeño.
Las denuncias sobre la desaparición de 15 infantes de hospitales en Puerto Príncipe puso en alerta al Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y a organizaciones no gubernamentales (ONG) encargadas de la protección de menores.
Preocupa en ese sentido que las redes de tráfico humano establecidas en la región del Caribe se aprovechen de la fragilidad de los controles del Estado haitiano y de la ruptura que el potente sismo ocasionó en las familias, tras la muerte de progenitores y tutores.
El terremoto del pasado 12 de enero causó hasta el momento más de 111 mil muertos, 193 mil heridos y dejó a más de un millón de personas sin hogar.
La UNICEF corroboró en un reciente comunicado el peligro potencial que se cierne sobre los niños que permanecen sin la compañía de sus familiares porque estos murieron o no han sido localizados por las entidades de ayuda humanitaria.
Admite que las condiciones actuales de caos y de catástrofe humanitaria en la capital haitiana y sus alrededores propician el tráfico infantil.
Numerosos reportes se refieren a la presencia de menores que deambulan solos en las calles de Puerto Príncipe o se unen a otras personas desconocidas en busca de amparo.
La UNICEF ha movilizado esfuerzos para controlar la salida de niños haitianos bajo el amparo de presuntos procesos de adopción iniciados antes del seísmo.
También las ONG piden al gobierno de Puerto Príncipe cautela ante los reclamos de acelerar la legalización del traslado de los pequeños a familias en Europa y Estados Unidos.
Nos consta que al menos un bebé fue sacado de Haití sin documentación legal, dijo la jefa de protección de la UNICEF, Julie Bergeron.
Según la funcionaria de ese organismo internacional, unos 140 infantes salieron por el aeropuerto con permiso oficial, pero en circunstancias poco claras, posterior al terremoto.
Bergeron afirmó que hubo un absoluto descontrol en esas salidas, por lo que la UNICEF ha designado personal en el aeropuerto capitalino para controlar los vuelos y el traslado de menores.
Ese organismo de la ONU realiza en la actualidad labores de búsqueda de los niños que quedaron solos y habilita centros de recepción temporal, pero con condiciones de seguridad para esos menores.
La funcionaria alertó, por otra parte, que reciben llamadas desde Estados Unidos o Europa con ofrecimientos de adoptar a huérfanos haitianos, cuando en realidad debe pensarse en reinsertar a los pequeños en nuevos hogares naturales.
Tanto la UNICEF como otras ONG son partidarias de contener la prisa en las adopciones hasta una normalización de la situación en la empobrecida nación caribeña, de manera que impere la legalidad y la protección de menores y sus familias de maniobras ilegales, de conformidad con la Convención de La Haya.
Estados Unidos, cuyo gobierno advirtió que no acogerá a emigrantes haitianos despavoridos ante la catástrofe natural, anunció unas 300 adopciones para 2010, mientras Holanda envió un avión para transportar a 100 menores adoptados. España, Bélgica y Alemania tienen intenciones similares.
Al sumarse a las críticas contra las adopciones masivas, redes alternativas de comunicación por Internet deploraron los intentos de poner en marcha un proyecto llamado Pierre Pan, una copia de la operación "Peter Pan" organizada por Estados Unidos, mediante la cual 14 mil niños cubanos fueron desarraigados de sus familias y país de origen en la década del 60.
El Comité sobre Derechos de los Niños de la ONU alertó el lunes pasado sobre el riesgo de secuestros de niños bajo la apariencia de una adopción.
Para organizaciones dedicadas a la protección infantil, la prioridad hoy en Haití, sin embargo, pasa por garantizar condiciones mínimas de seguridad y de salud para los millones de niños necesitados.
Estadísticas previas al terremoto de la semana pasada indican que un 48 por ciento de la población haitiana es menor de 18 años.
Conforme a estudios de la ONU, los niños sin amparo filial en Haití ascendían a unos 15 mil, pero se estima que antes del sismo existían más de 200 mil niños trabajadores, a cargo de otros familiares, sometidos a una explotación laboral temprana.
Según la UNICEF, muchos niños que deambulan por las calles de Puerto Príncipe no son huérfanos, no todos necesariamente han sido abandonados, lo cual implica una labor de búsqueda y de comprobación sobre sus progenitores y familiares, en general.
A juzgar por las declaraciones del asesor de protección de la UNICEF, Jean Claude Legrand, las redes de tráfico infantil eran muy activas a través de Santo Domingo, antes de que ocurriera el terremoto.
República Dominicana figura en la lista de países de origen del comercio ilegal de personas y de la llamada trata de blancas en América Latina y el Caribe, cuyo negocio aumentó en las últimas décadas a causa de las crisis económica y la pobreza.
En situaciones de caos y de emergencia, los niños son lamentablemente los más vulnerables a los abusos y a la violencia, sentenció Veronique Taveau, vocera de la UNICEF.
PUERTO PRÍNCIPE, 23 de enero (PL).— Unido a las terribles secuelas del terremoto que destruyó a la capital de Haití, la ocurrencia de abusos y secuestros de niños por redes internacionales del crimen organizado acentúan hoy el drama que se sufre en este empobrecido país caribeño.
Las denuncias sobre la desaparición de 15 infantes de hospitales en Puerto Príncipe puso en alerta al Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y a organizaciones no gubernamentales (ONG) encargadas de la protección de menores.
Preocupa en ese sentido que las redes de tráfico humano establecidas en la región del Caribe se aprovechen de la fragilidad de los controles del Estado haitiano y de la ruptura que el potente sismo ocasionó en las familias, tras la muerte de progenitores y tutores.
El terremoto del pasado 12 de enero causó hasta el momento más de 111 mil muertos, 193 mil heridos y dejó a más de un millón de personas sin hogar.
La UNICEF corroboró en un reciente comunicado el peligro potencial que se cierne sobre los niños que permanecen sin la compañía de sus familiares porque estos murieron o no han sido localizados por las entidades de ayuda humanitaria.
Admite que las condiciones actuales de caos y de catástrofe humanitaria en la capital haitiana y sus alrededores propician el tráfico infantil.
Numerosos reportes se refieren a la presencia de menores que deambulan solos en las calles de Puerto Príncipe o se unen a otras personas desconocidas en busca de amparo.
La UNICEF ha movilizado esfuerzos para controlar la salida de niños haitianos bajo el amparo de presuntos procesos de adopción iniciados antes del seísmo.
También las ONG piden al gobierno de Puerto Príncipe cautela ante los reclamos de acelerar la legalización del traslado de los pequeños a familias en Europa y Estados Unidos.
Nos consta que al menos un bebé fue sacado de Haití sin documentación legal, dijo la jefa de protección de la UNICEF, Julie Bergeron.
Según la funcionaria de ese organismo internacional, unos 140 infantes salieron por el aeropuerto con permiso oficial, pero en circunstancias poco claras, posterior al terremoto.
Bergeron afirmó que hubo un absoluto descontrol en esas salidas, por lo que la UNICEF ha designado personal en el aeropuerto capitalino para controlar los vuelos y el traslado de menores.
Ese organismo de la ONU realiza en la actualidad labores de búsqueda de los niños que quedaron solos y habilita centros de recepción temporal, pero con condiciones de seguridad para esos menores.
La funcionaria alertó, por otra parte, que reciben llamadas desde Estados Unidos o Europa con ofrecimientos de adoptar a huérfanos haitianos, cuando en realidad debe pensarse en reinsertar a los pequeños en nuevos hogares naturales.
Tanto la UNICEF como otras ONG son partidarias de contener la prisa en las adopciones hasta una normalización de la situación en la empobrecida nación caribeña, de manera que impere la legalidad y la protección de menores y sus familias de maniobras ilegales, de conformidad con la Convención de La Haya.
Estados Unidos, cuyo gobierno advirtió que no acogerá a emigrantes haitianos despavoridos ante la catástrofe natural, anunció unas 300 adopciones para 2010, mientras Holanda envió un avión para transportar a 100 menores adoptados. España, Bélgica y Alemania tienen intenciones similares.
Al sumarse a las críticas contra las adopciones masivas, redes alternativas de comunicación por Internet deploraron los intentos de poner en marcha un proyecto llamado Pierre Pan, una copia de la operación "Peter Pan" organizada por Estados Unidos, mediante la cual 14 mil niños cubanos fueron desarraigados de sus familias y país de origen en la década del 60.
El Comité sobre Derechos de los Niños de la ONU alertó el lunes pasado sobre el riesgo de secuestros de niños bajo la apariencia de una adopción.
Para organizaciones dedicadas a la protección infantil, la prioridad hoy en Haití, sin embargo, pasa por garantizar condiciones mínimas de seguridad y de salud para los millones de niños necesitados.
Estadísticas previas al terremoto de la semana pasada indican que un 48 por ciento de la población haitiana es menor de 18 años.
Conforme a estudios de la ONU, los niños sin amparo filial en Haití ascendían a unos 15 mil, pero se estima que antes del sismo existían más de 200 mil niños trabajadores, a cargo de otros familiares, sometidos a una explotación laboral temprana.
Según la UNICEF, muchos niños que deambulan por las calles de Puerto Príncipe no son huérfanos, no todos necesariamente han sido abandonados, lo cual implica una labor de búsqueda y de comprobación sobre sus progenitores y familiares, en general.
A juzgar por las declaraciones del asesor de protección de la UNICEF, Jean Claude Legrand, las redes de tráfico infantil eran muy activas a través de Santo Domingo, antes de que ocurriera el terremoto.
República Dominicana figura en la lista de países de origen del comercio ilegal de personas y de la llamada trata de blancas en América Latina y el Caribe, cuyo negocio aumentó en las últimas décadas a causa de las crisis económica y la pobreza.
En situaciones de caos y de emergencia, los niños son lamentablemente los más vulnerables a los abusos y a la violencia, sentenció Veronique Taveau, vocera de la UNICEF.
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