jueves, 28 de enero de 2010

"Juan Bosch y Zelaya enfrentaron los poderes económicos de las trasnacionales petroleras"

TeleSur

Por Mario Casasús



En entrevista exclusiva con teleSUR, Matías Bosch (1977), Vicepresidente Ejecutivo de la Fundación Juan Bosch, anunció la I Jornada Internacional en Derecho, Justicia y Solidaridad:

"Queremos que sea una instancia de diálogo y generación de iniciativas en estos temas. Juan Bosch fue un hombre conciente y practicante del internacionalismo, de la defensa de los pueblos en instancias como el Tribunal Russell, y un promotor del desarrollo del derecho a favor de la dignidad y plenitud social. Han confirmado su asistencia al Foro en República Dominicana: Atilio Borón, Bertha Oliva, Xavier Garaicoa, Rafael Anglada y Magaly Llort"

"Todo cuanto hay de Juan Bosch está representado por su viuda doña Carmen y sus herederos, para lo cual la Fundación es un canal de comunicación". (Foto: Mario Casasús)



Matías Bosch Carcuro nació en La Habana, de padre dominicano y madre chilena; por esa razón, ha realizado sus estudios de posgrado en Chile y actualmente radica en Santo Domingo, entre el trabajo académico y administrativo de la Fundación Bosch. Por la cercanía y solidaridad con Haití, Matías comparte con los lectores de teleSUR algunos apuntes del reciente viaje a Puerto Príncipe: "Ver ese país admirable sacudido por un verdadero cataclismo es muy doloroso. Juan Bosch escribió sobre la gran Revolución haitiana, vivió en Haití de niño. Uno de sus cuentos más reconocidos es Luis Pie, la historia de un haitiano inmigrante en tierra dominicana, trabajador de la caña, lleno de bondad y desesperación por proteger a sus hijos de un destino despiadado que lo acosa, un destino lleno de abusos al cual él parece no poder sobreponerse. Hemos visto notables esfuerzos de los pobladores de Puerto Príncipe por organizarse en sus calles"

MC.- ¿Qué acervo resguarda la Fundación Bosch?, ¿continúan en la búsqueda de los ideales del Presidente Juan Bosch?
MB.- La Fundación Juan Bosch, presidida por su viuda, resguarda el cúmulo de obras literarias, trabajo intelectual, archivos y documentos, así como otro tipo de bienes patrimoniales, que conforman la base de la herencia física y espiritual de Juan Bosch. En todo caso, como sucede con este tipo de figuras históricas, lo esencial de esa herencia reside en el seno de su pueblo, de los hombres y mujeres que junto a él idearon y lucharon por una sociedad mejor y son la encarnación de ese ideal todavía vigente, como sujetos históricos. Los ideales de Bosch se encuentran justificados en los grandes problemas de nuestros pueblos, y están latentes en la posibilidad de conectar esa realidad social con proyectos de genuina emancipación que convoquen a los sujetos a modificar esa realidad. Ese es, estrictamente, un trabajo político y educativo. Digo político en el sentido gramsciano de llevar la política allí donde no está secuestrada por las menudencias de la llamada "sociedad política" ni estancada en la repartición de poder, sino en la construcción de éste como herramienta de salto histórico. Bosch entendió siempre que la posibilidad del cambio dependía del desarrollo de la conciencia y de la capacidad de articular en el tiempo condiciones objetivas y subjetivas, digamos, momentos distintos de construcción y emergencia de una voluntad popular de cambio.

MC.- ¿Por qué reeditaron en México: El Pentagonismo sustituto del imperialismo; Cuba la isla fascinante; y De Cristobal Colón a Fidel Castro?, ¿existen otros proyectos editoriales de la Fundación Bosch en diferentes países de la región?
MB.- Ese es el resultado del trabajo de personas muy valiosas y esforzadas, como ha sido el Embajador Pablo Maríñez, sumado a la voluntad de dirigentes políticos, como las autoridades parlamentarias en México, que ven en los textos de Juan Bosch un caudal formativo, concientizador sobre la historia de nuestros países y sus avatares. Ha sido estimulante ver el interés de los Diputados de México y de personalidades como la Senadora Yeidckol Polevnsky. Y así como en México, permanentemente surge el interés de publicar libros de Bosch en otros países. En este año del Centenario, recién pasado, se publicaron en España, Cuba, Puerto Rico, Costa Rica, Perú, Chile, entre otros. Hasta un cuento en una compilación hecha en la India. Para la República Dominicana, Bosch es un estandarte ante el mundo porque resume los mejores valores de su historia, y en el mundo reconocen en él un ejemplo de capacidad intelectual, literaria y un ejemplo de ciudadano.

MC.- ¿Cuál es el programa y objetivo de la I Jornada Juan Bosch en Derecho, Justicia y Solidaridad Internacional?, ¿quiénes han confirmado su participación?
MB.- Esta idea surge de la sucesión de hechos a nivel local e internacional que nos llevan a tomar conciencia de la importancia extrema de cómo están funcionando las normas de convivencia y las instituciones globales. Se asiste al renacimiento de una ética compartida de que las cosas en América y el mundo no van bien; se levantan valores a defender como es el derecho a que la democracia sea protegida, que los pueblos tengan derecho al desarrollo y a la paz, al alimento; que las generaciones actuales y futuras tengan derecho a sobrevivir sin ser aniquiladas junto con el ecosistema entero. Pero para ello es necesario reflexionar sobre qué normas tenemos, cómo se practican, cómo están las instituciones que las hacen funcionar, y cómo queremos proyectar en esas dimensiones del problema, ideales y aspiraciones más nobles para la humanidad. Como dice Armando Hart, hay que unir el derecho con la ética y la filosofía, y con la ciencia. Si no revisamos cómo andan las cosas en esa materia, si no proponemos más cambios, los pueblos en general estaremos más vulnerables. Por un lado, ha habido una interesante corriente en América Latina de avanzar en cambios sociales de la mano de cambios constitucionales. Pero así mismo, la crisis de Honduras y lo que sucedió en la OEA y en la ONU; la calamidad y desprotección de Haití; la crisis del cambio climático y la reunión de Copenhague; lo que pasó en 2003 con la invasión a Irak, son hechos que denotan la fragilidad que nos rodea. En esta Jornada, que tuvimos que aplazar por la catástrofe en Haití, tiene el apoyo de instituciones que garantizan llegar a públicos como jueces, defensores públicos, estudiantes de derecho y relaciones internacionales, antes no muy accesibles. Personalidades como Atilio Borón, Bertha Oliva de Nativi, Xavier Garaicoa, Rafael Anglada, Magaly Llort, han sido invitadas y puede ser que se sumen otras. Queremos que sea una instancia de diálogo y generación de iniciativas en estos temas. Esto será muy importante porque Bosch fue un hombre conciente y practicante del internacionalismo, de la defensa de los pueblos en instancias como el Tribunal Russell o el TANA, y un promotor del desarrollo del derecho a favor de la dignidad y plenitud social.

MC.- Durante las actividades académicas y culturales por el Centenario de Juan Bosch, los artistas e intelectuales participantes condenaron el golpe de Estado en Honduras; Doña Carmen Quidiello viuda de Bosch, hizo un enérgico llamado por la restitución de la democracia hondureña, ¿qué similitudes analizaron entre el golpe de Estado en Dominicana y el que sufrió Honduras?
MB.- Así es, tanto los invitados internacionales y nacionales a los eventos del Centenario de Juan Bosch (entre los cuales habían intelectuales, dirigentes políticos, artistas, académicos) como la Fundación Juan Bosch en la voz de su Presidenta, repudiaron enfáticamente este acontecimiento así como llamaron a la rectificación por parte de los sectores golpistas y las instancias de apoyo a esta aventura nefasta. Fue penoso que dos días antes del Centenario de Bosch, habiendo discutido sobre la vigencia de sus ideales y valores en este momento estelar para la democracia y los derechos en nuestros países, viniera a darse este trágico suceso, y es penoso ver que siete meses después los golpistas lograron todo lo que se propusieron en cuando a apropiarse del poder político, impedir el proceso de cambios y tener bajo control las elecciones, sin que nada de lo sustantivo que exigió la comunidad internacional se viera acatado.

Hay varias similitudes entre ambos golpes de Estado, es posible dar seguimiento a un patrón en este tipo de planes en el siglo XX latinoamericano y todo indica que en el siglo XXI también. Hay que decir además que Honduras y República Dominicana comparten la condición de ser partes de lo que Bosch denominó "frontera imperial" y que su desarrollo histórico es del tipo "capitalismo tardío", arrojando sociedades seriamente fragmentadas en minorías oligárquicas y mayorías empleadas en el sector agrícola en condiciones de mucha explotación y marginalidad; la democracia liberal ha tenido poco espacio para consolidarse.

Puedo destacar, al menos, tres coincidencias entre ambos golpes de Estado: el gobierno de Bosch y el Congreso habían impulsado una nueva Constitución hecha fundamentalmente por gente del pueblo que cambiaba radicalmente el orden económico, social y político heredado de siglos de explotación y de la tiranía; en Honduras se estaba intentando promover un proceso constituyente realmente legítimo y democrático, y ambos procesos han sido interrumpidos por los sectores dominantes desconociendo la legalidad democrático representativa. Otra similitud, en línea con la anterior, es que estamos ante gobiernos que de manera contundente optaron por fortalecer las economías nacionales, los derechos económicos y las políticas de desarrollo, rescatando a miles y miles de la exclusión, enfrentando poderes económicos muy fuertes, como son las trasnacionales petroleras, ya que Bosch no reconoció como legítimo la venta de la Refinería dominicana a la compañía Esso Standard Oil lo que valió presiones externas. En estricto rigor, Bosch y Zelaya impulsaron políticas revolucionarias en su particular contexto histórico. La tercera, es que en ambos hechos ha sido evidente la contradicción entre los sectores liberales y conservadores de Estados Unidos, y junto a éstos últimos el ala militar, en cuánto a qué hacer con gobiernos de este tipo y la disyuntiva de sostener o no la democracia. Finalmente terminó triunfando la opción de que todo terminara mal, lo que desde Estados Unidos pudo ser impedido. La política estadounidense ha sido, en este asunto, preocupante por la cantidad de actitudes que se creían superadas y que tienen que ver, posiblemente con la distribución del poder político y militar en la política exterior. Por último hay que agregar que en ambos casos las elecciones impuestas fueron un fiasco, las de República Dominicana en 1966 y las de Honduras en 2009.

En todo caso, lo que parece más interesante es el logro del Presidente Zelaya y de la Resistencia popular, para hacer de su oportunidad histórica una instancia que empuje un proceso social y político que ya no tiene vuelta atrás. El ejemplo de Bosch de honestidad y coherencia, y respeto al pueblo, fue la base moral desde donde se pudo construir la alternativa política en las décadas siguientes. Da lo mismo cuánto se demore y cómo se va configurando esa alternativa: el pueblo reclama ser sujeto de su democracia y el bipartidismo ha quedado socavado seriamente, y la política ahora será la de construir movimiento popular con la conciencia y la participación ciudadana. Hay ya un despertar de esa conciencia.

MC.- El 25 de septiembre de 1963 un golpe de Estado derrocó al Presidente Bosch; el 11 de septiembre de 1973 las Fuerzas Armadas de Chile bombardearon el Palacio de La Moneda, iniciando la peor dictadura vista en Chile. Ante las nuevas asonadas golpistas, ¿adviertes un neo- Pentagonismo?
MB.- La tesis de Bosch sobre el Pentagonismo a la que haces referencia, es que en Estados Unidos la política exterior pasó a manos de lo que se llamó en un momento complejo militar-industrial, y que el poder civil tiene en sus manos sólo la política interna. Por otro lado, la tragedia que acarrea es que es el pueblo de Estados Unidos, según esa tesis, la gran víctima pues es su trabajo, su producción, sus instituciones, lo que ese complejo pone bajo su control para generar más poder económico y  riqueza. Lo grave es que esa máquina debe estar en funcionamiento permanente, y no se detiene ante normas ni instituciones internacionales, y se basa en la pérdida de conciencia del pueblo que la sostiene. La democracia más antigua del Hemisferio, EE.UU., tiene en sí misma el germen de su destrucción y de todas las demás democracias, si no logra poner esas fuerzas bajo control y darle a su poder una base moral sin la cual se convierte en catastrófico. El mundo está a la expectativa.

MC.- ¿Qué iniciativas llevará a cabo la Fundación Bosch para conmemorar el Bicentenario de Latinoamérica?
MB.- La República Dominicana conmemora su Bicentenario en 2044, no obstante las conmemoraciones de esta efeméride entre 2009 y 2010 son simbólicas, resumen la reflexión sobre un proyecto histórico y como tal las acciones deben ser compartidas, toda vez que la región es una y desde Bosch esa comunidad debe ser promovida. Juan Bosch además es parte de todas las Antillas, del Caribe y por qué no, de América. En este sentido, creo que nuestro énfasis está en proponer una reflexión sobre qué significa la agenda pendiente de la independencia, de la lucha por la autodeterminación de los pueblos. El ideal de liberación de Bosch, heredero de esas causas, está lleno de contenidos aún pendientes, como son poner a los sujetos en el centro de la historia, la búsqueda de la plenitud social, la construcción de una conciencia liberadora en nuestros pueblos, todo lo que América puede dar al mundo desde su concepción propia de la democracia. El proyecto latinoamericano es el de construir una democracia genuinamente basada en la soberanía del ser humano, su dignidad y en la justicia, una ética de solidaridad entre los hombres y mujeres.

MC.- Regresando al Centenario de Juan Bosch, ¿qué resultados tangibles dejó la celebración?, ¿cómo surge la idea del CD y DVD "Vivirá"?
MB.- Creo que Juan Bosch recobró dinamismo en la atención cotidiana, en las agendas de conversación, en los medios y en los ambientes de muchos de nuestros países. Se logró establecer relaciones con organizaciones y personalidades; la edición de más obras que lo presentan ante el mundo. Este tipo de conmemoraciones son importantes por eso, y lo crucial es que logren ponernos en el punto de inflexión en el cual el personaje conmemorado quiso colocarnos. Bosch es un llamado a una ética política y social transformadora. El arte, como él mismo practicó, es importante por su capacidad de tocar nuestros sentidos. "Vivirá" es un proyecto del cantautor y diputado Manuel Jiménez de llevar las letras de poemas de juventud de Bosch a ritmos musicales que nos puedan deleitar y hacernos disfrutar del baile, diciéndonos que Bosch puede hacernos vibrar con sentimientos humanos, llanos, comunes a todos.

MC.- Después del Centenario de Bosch, entablaron nuevas relaciones con otras fundaciones latinoamericanas, ¿el mayor contacto que ustedes sostienen es con la Fundación Guayasamín?
MB.- La Fundación Juan Bosch viene construyendo vínculos con muchas organizaciones, por cierto como herencia de los vínculos entre Bosch y doña Carmen y tantas personalidades. En el Centenario estos vínculos se han visto intensificados. Se puede citar la amistad edificada con la Fundación Guayasamín, así como con la Oficina del Programa Martiano de Cuba, la Fundación Luis Muñoz Marín y el Museo Hostos de Puerto Rico, la Fundación Emiliano Zapata en México, entre muchas más. Otro fenómeno interesante es la creación en varias universidades de América Latina de Cátedras Juan Bosch, desde México y Cuba llegando a Chile, donde se integraron cuatro importantes casas de estudios en torno al pensamiento sobre el Caribe literario, histórico y político. El espíritu es construir redes cada vez más comunicadas y abiertas con instituciones privadas y públicas que compartan una mirada sobre el mundo, una voluntad de trabajar construyendo el pensamiento y la práctica para este cambio de época.

MC.- Hablando de Fundaciones Culturales, quiero informarte que el presidente de la Fundación Neruda aplicó por primera vez la Ley Antiterrorista en contra de los mapuches, y es la misma Fundación Neruda la que invierte el dinero del copyright del poeta chileno en la empresa de un asesor de Pinochet, ¿cómo entender el viraje ideológico de la Fundación Neruda con respecto al poeta?
MB.- Lo más importante es que este tipo de instituciones que llevan el nombre de grandes figuras que se dedicaron a servir a la humanidad, sean un puente de continuidad con las presentes y futuras generaciones, hacia sus ideas, valores y prácticas ejemplares. Que desde el trabajo artístico, intelectual y social se mantenga viva esa estirpe indispensable de seres humanos.

MC.- ¿Ustedes funcionan como agentes literarios de la narrativa de Juan Bosch?, en ese sentido, ¿reciben sin intermediación las solicitudes de otros países para negociar el copyright de las novelas y cuentos de Bosch?
MB.- Todo cuanto hay de Juan Bosch está representado por su viuda doña Carmen y sus herederos, para lo cual la Fundación es un canal de comunicación y relación con la gran cantidad de interesados en publicar su obra. Esta a veces se publica de manera comercial y otras veces es fundamentalmente con un afán de servicio público y es un quehacer que desde la Fundación se apoya con mucho entusiasmo. Editoriales públicas, educativas, académicas, buscan las obras para darlas a conocer. La Fundación además posee el archivo de Bosch, un enorme caudal de publicaciones prácticamente desconocidas por lo antiguo de su aparición, Juan Bosch empezó a publicar en los años veinte e incluso antes, y también de materiales inéditos y gran valor histórico. Tenemos gran interés en que ese patrimonio pueda ser conservado y difundido para la mayor utilidad de quienes quieran investigar y conocer más.

MC.- Matías, cambiando de tema y aprovechando el reciente viaje a Puerto Príncipe de una delegación de la Fundación Bosch, ¿qué impresiones traes a tu vuelta de Haití?
MB.- Hemos visitado Puerto Príncipe la semana pasada. La historia haitiana es épica y a la vez presenta acontecimientos desgarradores como el que se está viviendo. Ahora que conmemoramos el Bicentenario de Latinoamérica, hay que recordar que fue Haití la primera República independiente de nuestra región, la primera República negra del mundo. Ver ese país admirable sacudido por un verdadero cataclismo es muy doloroso. Juan Bosch supo siempre en todo caso que la historia de su pueblo estaba determinada por las condiciones de injusticia brutal en que vive. Escribió, con admiración, sobre la gran Revolución haitiana. Vivió en Haití de niño. Uno de sus cuentos más reconocidos es "Luis Pie", publicado en La Habana y que lo hizo merecedor del premio Hernández Catá en la década del cuarenta. "Luis Pié" es la historia de un haitiano inmigrante en tierra dominicana, trabajador de la caña, lleno de bondad y desesperación por proteger a sus hijos de un destino despiadado que lo acosa, un destino lleno de abusos al cual él parece no poder sobreponerse. Pero como se ha dicho, hemos visto notables esfuerzos de los pobladores de Puerto Príncipe por organizarse en sus calles para manejar las ayudas que reciben y la seguridad de su entorno. Ahora depende de que la ayuda apunte a ir solucionando prioridades concretas, soluciones reales para la población, y dotar al gobierno haitiano de capacidades para que bajo su liderazgo se conduzca la reconstrucción, no sólo de los edificios, sino de la nación como proyecto que merece tener éxito.

MC.- Finalmente, ¿cuál es la mayor preocupación en el país vecino?, ¿la falta de coordinación de la ONU para distribuir la ayuda humanitaria?, ¿la ocupación militar de Estados Unidos en la mitad de la Isla?
MB.- Son varios problemas los que nos preocupan en Haití, por ejemplo, que la ayuda esté distribuida en áreas planificadas, gestionadas por organismos o países que ayudan, para que se asignen tareas concretas durante la atención integral de la población. También que el cuidado de la seguridad y protección de las personas y los bienes que no se destruyeron sean lo suficientemente extendidos y centrados en una acción de tipo humanitaria. Se entiende que este trabajo debería estar coordinado y actuar bajo códigos validados para toda la comunidad cooperante. En todo caso todos los países que están ayudando lo hacen y cada quien se ve tratando de sacar adelante su tarea. En el caso de las Fuerzas Armadas estadounidenses, éstas tienen ahora, lentablemente, el control del centro institucional de la ciudad, además de otras infraestructuras claves. La mayor preocupación es el buen éxito de las operaciones y de que la ayuda de unos no obstaculice el trabajo de los demás, relaciones que deben estar guiadas por un solo principio: la solidaridad.

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