martes, 12 de enero de 2010
El derecho como herramienta de dominación
Vos El Soberano
Por Ricardo Salgado
Después de mas de 6 meses, sigue vigente una discusión radicalizada sobre los eventos del 28 de junio en Honduras. Mucha gente busca la explicación y justificación del golpe en la misma constitución de la república. De repente surge un espíritu “legalista” para invocar la ley como justificación para la comisión de terribles crímenes, y, peor aun, quitarle al pueblo su derecho a decidir su propia historia.
No hay nada mas adecuado para los golpistas que tomar la Constitución actual para argumentar en este sentido. Y aunque no existe en dicho documento potestad alguna que faculte al Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia, Fiscalía General o Procuraduría, se ha hecho un pueril uso de los artículos “pétreos”, como razón para derrocar al presidente legitimo del país.
El contexto en que se produce la actual constitución, a inicios de los años ochenta, era particularmente complejo y con predominio de las ideas imperiales para controlar las luchas liberadoras de los pueblos centroamericanos. La política de Seguridad Nacional es el marco absoluto bajo el que se da a luz a esta constitución. La misma, ignora, deliberadamente, las avenidas del derecho constitucional burgués para adaptarse a los cambios.
La naturaleza del estado burgués, como cualquier otro estado, lo obliga a regular a favor de los intereses de la clase dominante en la sociedad. De este modo la constitución, brinda la superestructura para la dominación de la burguesía sobre el resto de la sociedad, y permite todos los excesos que se han producido debido a la falta de posibilidad del pueblo de influir en las decisiones que le afectan directamente.
No solo es, la constitución, en ese sentido un instrumento de dominación; al contrario, todo el cuerpo jurídico esta diseñado para someter al pueblo. Sin embargo, la constitución es tan incoherente en su propia naturaleza que los políticos, como Porfirio Lobo Sosa, presidente electo, han recurrido a violarla ante la imposibilidad de darle camino a opciones legales.
Es tan frágil la legislación hondureña que en el 2001, tuvieron que ir a buscar en el árbol genealógico de Ricardo Maduro Joest, panameño de nacionalidad, para encontrarle algún vinculo que le hiciera “hondureño”. Al final encontraron una tía tatarabuela de algún pariente de Maduro y así lo pusieron en de presidente.
Por otro lado, el análisis formal del cuerpo jurídico hondureño no es suficiente para entender la esencia del problema que da origen al golpe de estado. Para entender el golpe cualitativamente se debe entender la conformación de los poderes en Honduras; aquí inciden la manera ilegal, arbitraria y amañada en que se eligen la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía General de la Republica, la Procuraduría (defensor del estado) y otros.
Es importante también tener en cuenta la relación que existe entre los grupos de poder y la selección de estos importantes cargos. Resulta extraño que nadie piense un poco sobre la súbita conversión de un Magistrado en Juez, en horas inhábiles para emitir una supuesta orden de captura sin juicio o delito evidente. El poder que hizo posible esto, en un país donde la mora judicial es altísima, tiene que buscarse en esta relación.
Examinar los grupos que han sustraído la soberanía del pueblo sobre sus recursos y sobre todas las actividades económicas relacionadas con la prestación de servicios básicos, lleva a comprender los intereses en juego y su acceso a dominar las instituciones mas altas del país, esto incluye, especialmente, al Congreso Nacional.
Comprar diputados en este país no es una novedad. Su precio a variado con el pasar de los años; aun así la comparación de la famosa carta Halston (“...un diputado vale menos que una mula...”), sigue teniendo gran vigencia, quizá hoy mas que nunca en nuestra historia. Pero es innegable que la calidad intelectual, política y moral del congreso que ha estado en funciones durante los últimos cuatro años son, en el caso mas complaciente, muy dudosas.
No abordar la parte cualitativa de estos diputados es un error gravísimo. Muchos argumentan que no hubo golpe de estado ya que los poderes quedaron constituidos; pero si estos poderes fueron cuidadosa y paulatinamente dominados; y ellos se convierten en los principales actores del golpe. En ese congreso no había nadie que tuviera un criterio jurídico imparcial; menos aun diputados sin criterios prejuiciados por sus propios intereses o los de la oligarquía que les paga.
No ver la calidad moral del Fiscal y el Fiscal Adjunto, o la doblez de la Procuradora General, que teniendo la obligación ética de defender al estado, en lugar de excusarse de esa misión, soslaya las leyes mismas que juró defender y se pone de lado de los que después se ensañarían con brutalidad con el pueblo indefenso, constituye en el caso de muchos un caso claro de miopía; en el de los demás es puramente cinismo y desfachatez.
El golpe de estado sirve para derrocar al sujeto que protagoniza el momento histórico, pero, sobre todo, su propósito es derrotar al pueblo en lucha por un cambio, que ahora hasta luce tibio en comparación con los alcances y determinación que tiene la derecha para conservar y aumentar sus privilegios. Si bien es cierto el imperio es el patrocinador fundamental de este atentado, el mismo no hubiera sido posible si los empresarios no se hubieran prestado para ser cómplices, tanto por acción como por omisión, de todos los crímenes cometidos contra nuestro heroico pueblo.
Hoy pretenden obligarnos a aceptar que la bestialidad de los asesinos, locales, judíos o colombianos, ha sido por nuestro propio bien. Es eso u olvidarnos de todo lo que nos hicieron y aceptar estoicamente lo que tienen en mente hacernos. Los golpistas, incluido los que asumirán el control de la nación el 27 de enero, piensan que salvaron todo con el golpe. Algunos incluso, con la mayor torpeza, llegan a creer a pie juntillas que todos esto fue un asunto jurídico.
Está claro para el pueblo, aun aquellos que se identifican con el golpe, que dosis casi letales de neoliberalismo, solo podrán traernos mas miseria. Muchos se sienten hoy seguros tras las cárceles en que habitan. No les importa que en muchas zonas del país, miles de hondureños ya no cuentan las veces que comen al día, sino por semana. Eso es lo que el golpe ha buscado impulsar, y lo demuestra sin ningún problema cada vez que tiene oportunidad.
Los padres del golpe no son el puñado de inmorales en el congreso nacional; si acaso ahora el “transportista” con varios doctorados y maestrías en quien sabe que, se envalentonado para seguir jugando con el juguete que el pueblo nunca le quiso prestar: la presidencia de la republica. Los padres hay que buscarlos en la Shell, en Texaco, Esso, ENERSA, LUFUSSA, y otros consorcios mas que se impusieron la tarea de no dejar que aquí el pueblo pensara.
Los que hacen las leyes para estos empresarios del mal solo tienen acceso a las migajas que les dejan por vender la soberanía patria cada vez que se les presenta la oportunidad. Estos malos hijos de la patria, nacionalistas, liberales o lo que sean, no deben tener mas chance de seguir con el saqueo de nuestra tierra. Ya es tiempo de reflexionar sobre lo que se debe hacer para evitar que estos tipos manchen el nombre de los hondureños.
Las expectativas de que la represión siga son altas. Incluso se menciona que Romeo Vásquez Velásquez será el ministro de defensa de Lobo Sosa. Por esta razón tendremos que maximizar la posibilidad de que nuestro pueblo se defienda. Después de lo sucedido en el bajo aguan, y aunque parece haber confusión sobre la dimensión real de los hechos, estamos en la obligación de establecer medios de defensa y respuesta.
Parte de todo esto implica entender muy bien la realidad de los hechos pasados y por venir; en esto todos tenemos una enorme tarea que es imprescindible para poder llevar a cabo los cambios que requiere la sociedad hondureña. La comunicación es crítica, y el fortalecimiento de los medios anti golpistas como forma de divulgación es fundamental. Parece evidente que aquellos que estamos en contra de la dominación imperial a través de sus sirvientes locales, deberíamos seguir y colaborar con El Libertador, Vos El Soberano, Radio Globo, Radio Progreso, Radio Gualcho, y muchas mas.
La lucha se plantea de tal forma que debemos conjuntar todas nuestras fuerzas y mostrar a aquellos que nos han vejado que nunca mas podrán humillarnos por la falta de comprensión de la realidad. No dejemos que los “Goebbles” hondureños nos digan mil veces la misma mentira hasta que se haga realidad.
Plantear la verdad a nuestro pueblo es solo otro de los frentes de lucha que tenemos que abordar con decisión y firmeza.
Por Ricardo Salgado
Después de mas de 6 meses, sigue vigente una discusión radicalizada sobre los eventos del 28 de junio en Honduras. Mucha gente busca la explicación y justificación del golpe en la misma constitución de la república. De repente surge un espíritu “legalista” para invocar la ley como justificación para la comisión de terribles crímenes, y, peor aun, quitarle al pueblo su derecho a decidir su propia historia.
No hay nada mas adecuado para los golpistas que tomar la Constitución actual para argumentar en este sentido. Y aunque no existe en dicho documento potestad alguna que faculte al Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia, Fiscalía General o Procuraduría, se ha hecho un pueril uso de los artículos “pétreos”, como razón para derrocar al presidente legitimo del país.
El contexto en que se produce la actual constitución, a inicios de los años ochenta, era particularmente complejo y con predominio de las ideas imperiales para controlar las luchas liberadoras de los pueblos centroamericanos. La política de Seguridad Nacional es el marco absoluto bajo el que se da a luz a esta constitución. La misma, ignora, deliberadamente, las avenidas del derecho constitucional burgués para adaptarse a los cambios.
La naturaleza del estado burgués, como cualquier otro estado, lo obliga a regular a favor de los intereses de la clase dominante en la sociedad. De este modo la constitución, brinda la superestructura para la dominación de la burguesía sobre el resto de la sociedad, y permite todos los excesos que se han producido debido a la falta de posibilidad del pueblo de influir en las decisiones que le afectan directamente.
No solo es, la constitución, en ese sentido un instrumento de dominación; al contrario, todo el cuerpo jurídico esta diseñado para someter al pueblo. Sin embargo, la constitución es tan incoherente en su propia naturaleza que los políticos, como Porfirio Lobo Sosa, presidente electo, han recurrido a violarla ante la imposibilidad de darle camino a opciones legales.
Es tan frágil la legislación hondureña que en el 2001, tuvieron que ir a buscar en el árbol genealógico de Ricardo Maduro Joest, panameño de nacionalidad, para encontrarle algún vinculo que le hiciera “hondureño”. Al final encontraron una tía tatarabuela de algún pariente de Maduro y así lo pusieron en de presidente.
Por otro lado, el análisis formal del cuerpo jurídico hondureño no es suficiente para entender la esencia del problema que da origen al golpe de estado. Para entender el golpe cualitativamente se debe entender la conformación de los poderes en Honduras; aquí inciden la manera ilegal, arbitraria y amañada en que se eligen la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía General de la Republica, la Procuraduría (defensor del estado) y otros.
Es importante también tener en cuenta la relación que existe entre los grupos de poder y la selección de estos importantes cargos. Resulta extraño que nadie piense un poco sobre la súbita conversión de un Magistrado en Juez, en horas inhábiles para emitir una supuesta orden de captura sin juicio o delito evidente. El poder que hizo posible esto, en un país donde la mora judicial es altísima, tiene que buscarse en esta relación.
Examinar los grupos que han sustraído la soberanía del pueblo sobre sus recursos y sobre todas las actividades económicas relacionadas con la prestación de servicios básicos, lleva a comprender los intereses en juego y su acceso a dominar las instituciones mas altas del país, esto incluye, especialmente, al Congreso Nacional.
Comprar diputados en este país no es una novedad. Su precio a variado con el pasar de los años; aun así la comparación de la famosa carta Halston (“...un diputado vale menos que una mula...”), sigue teniendo gran vigencia, quizá hoy mas que nunca en nuestra historia. Pero es innegable que la calidad intelectual, política y moral del congreso que ha estado en funciones durante los últimos cuatro años son, en el caso mas complaciente, muy dudosas.
No abordar la parte cualitativa de estos diputados es un error gravísimo. Muchos argumentan que no hubo golpe de estado ya que los poderes quedaron constituidos; pero si estos poderes fueron cuidadosa y paulatinamente dominados; y ellos se convierten en los principales actores del golpe. En ese congreso no había nadie que tuviera un criterio jurídico imparcial; menos aun diputados sin criterios prejuiciados por sus propios intereses o los de la oligarquía que les paga.
No ver la calidad moral del Fiscal y el Fiscal Adjunto, o la doblez de la Procuradora General, que teniendo la obligación ética de defender al estado, en lugar de excusarse de esa misión, soslaya las leyes mismas que juró defender y se pone de lado de los que después se ensañarían con brutalidad con el pueblo indefenso, constituye en el caso de muchos un caso claro de miopía; en el de los demás es puramente cinismo y desfachatez.
El golpe de estado sirve para derrocar al sujeto que protagoniza el momento histórico, pero, sobre todo, su propósito es derrotar al pueblo en lucha por un cambio, que ahora hasta luce tibio en comparación con los alcances y determinación que tiene la derecha para conservar y aumentar sus privilegios. Si bien es cierto el imperio es el patrocinador fundamental de este atentado, el mismo no hubiera sido posible si los empresarios no se hubieran prestado para ser cómplices, tanto por acción como por omisión, de todos los crímenes cometidos contra nuestro heroico pueblo.
Hoy pretenden obligarnos a aceptar que la bestialidad de los asesinos, locales, judíos o colombianos, ha sido por nuestro propio bien. Es eso u olvidarnos de todo lo que nos hicieron y aceptar estoicamente lo que tienen en mente hacernos. Los golpistas, incluido los que asumirán el control de la nación el 27 de enero, piensan que salvaron todo con el golpe. Algunos incluso, con la mayor torpeza, llegan a creer a pie juntillas que todos esto fue un asunto jurídico.
Está claro para el pueblo, aun aquellos que se identifican con el golpe, que dosis casi letales de neoliberalismo, solo podrán traernos mas miseria. Muchos se sienten hoy seguros tras las cárceles en que habitan. No les importa que en muchas zonas del país, miles de hondureños ya no cuentan las veces que comen al día, sino por semana. Eso es lo que el golpe ha buscado impulsar, y lo demuestra sin ningún problema cada vez que tiene oportunidad.
Los padres del golpe no son el puñado de inmorales en el congreso nacional; si acaso ahora el “transportista” con varios doctorados y maestrías en quien sabe que, se envalentonado para seguir jugando con el juguete que el pueblo nunca le quiso prestar: la presidencia de la republica. Los padres hay que buscarlos en la Shell, en Texaco, Esso, ENERSA, LUFUSSA, y otros consorcios mas que se impusieron la tarea de no dejar que aquí el pueblo pensara.
Los que hacen las leyes para estos empresarios del mal solo tienen acceso a las migajas que les dejan por vender la soberanía patria cada vez que se les presenta la oportunidad. Estos malos hijos de la patria, nacionalistas, liberales o lo que sean, no deben tener mas chance de seguir con el saqueo de nuestra tierra. Ya es tiempo de reflexionar sobre lo que se debe hacer para evitar que estos tipos manchen el nombre de los hondureños.
Las expectativas de que la represión siga son altas. Incluso se menciona que Romeo Vásquez Velásquez será el ministro de defensa de Lobo Sosa. Por esta razón tendremos que maximizar la posibilidad de que nuestro pueblo se defienda. Después de lo sucedido en el bajo aguan, y aunque parece haber confusión sobre la dimensión real de los hechos, estamos en la obligación de establecer medios de defensa y respuesta.
Parte de todo esto implica entender muy bien la realidad de los hechos pasados y por venir; en esto todos tenemos una enorme tarea que es imprescindible para poder llevar a cabo los cambios que requiere la sociedad hondureña. La comunicación es crítica, y el fortalecimiento de los medios anti golpistas como forma de divulgación es fundamental. Parece evidente que aquellos que estamos en contra de la dominación imperial a través de sus sirvientes locales, deberíamos seguir y colaborar con El Libertador, Vos El Soberano, Radio Globo, Radio Progreso, Radio Gualcho, y muchas mas.
La lucha se plantea de tal forma que debemos conjuntar todas nuestras fuerzas y mostrar a aquellos que nos han vejado que nunca mas podrán humillarnos por la falta de comprensión de la realidad. No dejemos que los “Goebbles” hondureños nos digan mil veces la misma mentira hasta que se haga realidad.
Plantear la verdad a nuestro pueblo es solo otro de los frentes de lucha que tenemos que abordar con decisión y firmeza.
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