viernes, 7 de junio de 2013

El desaparecido que escribía canciones obreras



Por Angie Gago

El día que Rodríguez fue a Sudáfrica en 1998 para realizar un tour de seis conciertos yo estaba a punto de cumplir 18 años. No sabía nada de él por aquel entonces y no supe nada de él hasta hace unos meses. De la misma manera que este estadounidense de Detroit no supo nada, hasta muchos años más tarde, del éxito que había cosechado en Sudáfrica, donde se había convertido en un fenómeno de masas.
Desde el principio, la historia con Rodríguez ha sido una historia de continuos descubrimientos. Primero se dejó ver buceando en las listas de Spotify de críticos de famosas revistas de música indie. Luego, escuchándole, crea un ambiente emocionante con sus canciones por la mezcla de la delicadeza de los acordes con la dureza de sus letras. Finalmente se descubre a la persona, más allá del personaje, a través del documental Searching for Sugar Man (2011), una cinta que trata sobre la vida de este músico misterioso de Detroit, que ganó el premio del Festival de Cine de Sundance y que ha sido galardonada con el Oscar al Mejor Documental.

Sixto Rodríguez era un albañil solitario que a finales de los 60 y principios de los años 70 compuso y grabó dos discos perfectos, Cold Fact (1970) y Coming Up to Reality (1971), pero que no tuvieron ningún éxito en Estados Unidos. Nadie se lo podía creer pero así fue. Este músico adorado por críticos y productores no consiguió vender ni un solo disco. Rodríguez desapareció del planeta sin dejar rastro. Pero al mismo tiempo que el músico volvía a sus trabajos de albañil, muy lejos de EEUU, en Sudáfrica, este músico se convertía en un símbolo de la lucha contra el apartheid. Todo el mundo del underground sudafricano quería conseguir sus discos en un momento en el que la censura política estaba a la orden del día, y su canción “I Wonder” se convirtió en un símbolo de la libertad por sus transgresoras letras: “Me pregunto cuantas veces has practicado sexo”.

Pero el descubrimiento más inspirador ha sido conocer que, mientras que en Sudáfrica se convertía en un icono de las movilizaciones por los derechos sin él mismo saberlo, Sixto Rodríguez era al mismo tiempo un activista por los derechos laborales en su comunidad de Detroit.

Coincidencias del destino o no, este albañil que escribía canciones obreras se dedicó a la militancia política para alzar la voz de las personas oprimidos, para convertirse en la voz de quienes no la tienen, la voz de la clase trabajadora. Rodríguez es un hombre que ha vivido en el anonimato y en la humildad toda su vida. Un gran músico que compuso letras tan actuales como las de la canción “The Establishment Blues”: “Los políticos usan a las personas de las que abusan. La mafia crece igual que la contaminación del río (...). Abrí la ventana para escuchar las noticias. Pero todo lo que escuché fue el Blues del Establishment”. Y la única persona que, como dice el documental, ha vivido dos vidas. Más allá de que os guste o no la música folk de protesta, este documental es altamente recomendable para conocer la magia de este obrero de Detroit, que, para quien le interese, actuará en el Primavera Sound 2013.

No hay comentarios: