LINyM
Por Giorgio Trucchi
Fotos Luis Méndez
Este 27 de enero, en un escenario de algarabía popular, fiesta y celebración, pero también de memoria y exigencia de justicia para las víctimas de la brutal represión golpista y postgolpista, al grito de ‘sí, se pudo’, ‘ni olvido, ni perdón’, ‘sangre de mártires, semilla de libertad’, Xiomara Castro asumió la presidencia de Honduras, acabando con doscientos años de bipartidismo y presidentes hombres.
Se rompieron cadenas y tradiciones y sólo fue posible gracias al voto masivo y la voluntad mayoritaria, determinada y resistente del pueblo hondureño, como dijo iniciando su discurso la flamante presidenta.
Castro juró ante la jueza Karla Rivera y en presencia del presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, quien le colocó en el pecho la banda presidencial azul turquesa y blanca. Acto seguido fueron juramentados los tres designados presidenciales (vicepresidentes) Doris Gutiérrez, Salvador Nasralla y Renato Pineda.
Casi 60 delegaciones asistieron a la ceremonia, incluyendo a las vicepresidentas de Argentina y Estados Unidos, Cristina Fernández y Kamala Harris, el rey Felipe VI de España, los ex presidentes de Brasil y Paraguay, Dilma Roussef y Fernando Lugo, y presidentes, cancilleres y altos funcionarios de Bolivia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, México, Nicaragua, Panamá, Venezuela, entre otros.
Después de la juramentación, la presidenta Xiomara Castro tomó la palabra (vea aquí el discurso completo), sin ocultar las graves dificultades que enfrentará su gobierno, a raíz del saqueo orquestado y llevado a cabo por los gobiernos continuadores del golpe de 2009.
Las “cifras reales y no maquilladas de la tragedia social y económica que enfrenta Honduras” hablan de un Estado hundido y en bancarrota, de un aumento del 700% de la deuda interna y del 319% de la externa que actualmente consumen más del 50% de los ingresos del presupuesto general, del 74% de población en pobreza, de miles de personas que siguen huyendo hacia el norte.
Un escenario espeluznante que tiene como única solución un proceso integral de reestructuración de la deuda.
“Tenemos el deber de restaurar el sistema económico sobre la base de la transparencia, la eficiencia de la producción y la justicia social en la distribución de la riqueza. Debemos arrancar de raíz la corrupción de los doce años de dictadura. Tenemos el derecho de refundarnos y de asegurar recursos económicos para invertir en la gente”, arengó Xiomara Castro.
Como ejemplo, la mandataria ilustró la destrucción de la cual fue víctima la empresa nacional de energía (Enee) durante los últimos doce años. Las pérdidas por robo alcanzan más del 38% y el impacto en el flujo de caja es de más de U$ 450 millones. Honduras supera con creces los porcentajes promedios de pérdida en la región.
“Convirtieron al Estado en opresor y violador de los derechos humanos. Han atentado contra la soberanía popular, vendieron el territorio como cualquier otra mercancía. Han modelado toda la legislación a sus propios intereses, sin importar el brutal daño sobre la población a la que han reducido a la miseria. Por eso entregó al Congreso Nacional el proyecto de decreto que deroga la Ley de las Zede (Zona de empleo y desarrollo económico)”, continuó Castro.
Pese a la crisis generada por el ‘golpe parlamentario’ de unos 18 diputados tránsfugas del Partido Libertad y Refundación (Libre), que votaron con la derecha para elegir a una junta directiva del Congreso diferente de la acordada con los aliados, Castro aseguró estar lista para avanzar con la propuesta de refundación del país porque, dijo, “refundar es una misión imprescindible e irrenunciable con la que debemos estar comprometidas, acompañadas de la voz y la opinión del pueblo a través de las consultas populares”.
Para lograrlo, la mandataria convocó al pueblo hondureño y solicitó al Congreso aprobar la Ley para la Participación Ciudadana.
“No podemos estar atados a que tengamos que obtener 86 votos, que sustituyen la voz del pueblo y que no nos permiten hacer consultas”, dijo.
“Estamos comprometidas con nuestra propuesta del socialismo democrático para sentar las bases de combate frontal a la corrupción, para que estos hechos que nos han avergonzado, jamás vuelvan a repetirse. La refundación de Honduras – continuó – comienza por el restablecimiento al respeto del ser humano. La inviolabilidad de la vida, la seguridad de ciudadanos y ciudadanas, no más escuadrones de la muerte, no más silencio ante los femicidios, no más sicariato, narcotráfico, ni crimen organizado”, aseguró.
Cuatro son los sectores que estarán al centro de las políticas públicas: educación, salud, seguridad y empleo.
En este sentido, Xiomara Castro presentó una lista de más de veinte puntos donde dio las primeras órdenes como mandataria de Honduras.
Entre los puntos destacan la gratuidad de la energía eléctrica para las familias que consumen menos de 150 kilowatt al mes (el costo será asumido por los altos consumidores), subsidio para los combustibles, disminución de los intereses bancarios para la producción, asignación de presupuesto para educación presencial, gratuidad de la matrícula, merienda escolar, vacunación y mascarillas.
La acción de gobierno se enfocará en el desarrollo agropecuario y soberanía alimentaria, se renegociarán las cláusulas del Tratado de libre comercio entre Estados Unidos, América Central y República Dominicana (Cafta), al tiempo que no se permitirán más proyectos de minería abierta, ni explotación de minerales, ni concesiones de ríos, cuencas hidrográficas, en parque nacionales y bosques.
También se pondrá especial atención al desarrollo agroforestal, industrial, promoción del turismo y a una estricta política fiscal y monetaria.
Para los primeros cien días, el nuevo gobierno implementará las medidas urgentes prometidas durante la campaña electoral, entre otras, libertad para los presos políticos de Guapinol, justicia para Berta Cáceres, especial atención a adultos mayores, personas con discapacidad, niñez y juventud, pueblos indígenas y negros, comunidad Lgbti.
Asimismo, se deberán derogar las reformas constitucionales ilegales que violentan la soberanía nacional, como las Zede, emitir leyes que condenan el golpe de 2009, la sentencia que permite la ilegal reelección presidencial, amnistía para los presos políticos y personas en el exilio.
También ordenó la restitución de la nacionalidad hondureña al padre Andrés Tamayo, quien tuvo que abandonar el país después del golpe, derogar las leyes aprobadas en los últimos días para asegurar la continuidad del aparato político-clientelar, y todas aquellas que criminalizan la protesta, promueven la corrupción y el saqueo de las finanzas públicas, destruyen la seguridad social.
Finalmente, Xiomara Castro mandó a reformar el presupuesto general, a instalar, con el apoyo de Naciones Unidas, una comisión para el combate frontal a la corrupción y la impunidad, una política exterior centro y latinoamericanista, soberana y solidaria, que apoya el multilateralismo y la complementariedad.
“Esta es una fecha que quedará en nuestra historia, como la impronta de una generación que decidió ser libre y les heredará a las generaciones venideras la posibilidad de crecer creyendo que un mundo mejor es posible. Nuestra visión del mundo antepone el ser humano por sobre las reglas del mercado.
Tenemos la mejor disposición y espíritu de diálogo. Ya no más violencia contra las mujeres. Voy con todas mis fuerzas para cerrar las brechas y generar las condiciones para que nuestras niñas puedan desarrollarse plenamente y vivir en un país libre de violencia. Mujeres hondureñas, no les voy a fallar. Voy a defender sus derechos. ¡Cuenten conmigo!”, concluyó.
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