Por Elda Montiel
La recuperación económica de América Latina postpandemia será feminista o no será, aseguró la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena Ibarra, al inaugurar la 62 mesa directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer, que se realizó de forma virtual.
Advirtió que aún estamos en pandemia, la que ha profundizado y perjudicado desproporcionadamente a las mujeres, por lo que no podemos volver a una «normalidad» que produjo enormes desigualdades, pobreza y sufrimiento.
Agregó que «vemos la sociedad del cuidado como un salto civilizatorio, como el más promisorio horizonte para una recuperación transformadora, sostenible y con igualdad de género», al recordar que las mujeres han estado en la primera línea de la respuesta a la pandemia provocada por la covid-19.
Este es un cambio de época, un cambio urgente y civilizatorio. Vamos hacia una época feminista donde se reconozcan todas las diversidades. Cuando una mujer avanza y transforma avanzamos todas; cuando avanzan las mujeres, progresa nuestra sociedad.
Pero los datos desalentadores no sólo ocurren en el ámbito de la autonomía económica, debemos visibilizar la pandemia en la sombra. El feminicidio y otras violencias de género continúan afectando a las mujeres y niñas de la región.
También señaló que los datos desalentadores para las mujeres no fueron solo económicos, el feminicidio y otras violencias de género continúan afectando a las mujeres y niñas de la región.
De acuerdo con el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL, en 2020 al menos 4.091 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 26 países de la región.
Una de cada cuatro niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe contrajo matrimonio por primera vez o mantenía una unión temprana antes de cumplir los 18 años; una práctica nociva y una violación de derechos humanos que no ha variado en los últimos 25 años.
En su discurso, Alicia Bárcena repasó los aportes que bajo su dirección se hicieron a la región para la igualdad sustantiva y la agenda regional de género.
Abundó que la CEPAL ha contribuido a instalar en la región la autonomía de las mujeres, a analizar y vincular la desigualdad de género con la falta de autonomía de las mujeres y a generar evidencia sobre la autonomía física, económica y en la toma de decisiones de las mujeres, sus interrelaciones y sus manifestaciones en los nudos estructurales de la desigualdad.
Reconoció explícitamente a los movimientos de mujeres y feministas de la región por su invalorable trabajo a favor de la igualdad de género. La creatividad, la persistencia, el talento de estos movimientos sumaron energía y propuestas a nuestro trabajo.
También reconoció a los Mecanismos para el Adelanto de las Mujeres, el avance en la institucionalización ha permitido alcanzar resultados significativos en la implementación de estrategias de transversalización de género en distintos sectores y niveles de los Estados. Es un importante desafío proteger las décadas de avance, fortalecer su financiamiento y contrarrestar decididamente las amenazas y retrocesos que ha producido la crisis.
Reafirmó el compromiso de la CEPAL para continuar impulsando políticas y alianzas que permitan proteger los avances en la garantía de derechos de las mujeres alcanzados en la última década, evitar retrocesos y promover una recuperación transformadora con igualdad de género, que se base en los principios feministas de la redistribución del poder, de los recursos, del trabajo y del tiempo.
La autonomía de las mujeres, la igualdad de género y la construcción de una sociedad del cuidado son una condición, un camino y un catalizador para el desarrollo sostenible, subrayaron María-Noel Vaeza, directora regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres; y Mónica Zalaquett, ministra de la Mujer y la Equidad de Género de Chile, en su calidad de presidenta de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.
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