El pasado 6 de febrero se cumplieron 27 años del asesinato de Blanca Jeannette Kawas, la primera mártir ambientalista de Honduras. Kawas, era fiel defensora del parque nacional Punta Sal, que ahora lleva su nombre. Luchó y organizó a la población del municipio de Tela, Atlántida, para defender la bahía, de manos de terratenientes y empresarios que querían apoderarse de las fértiles y paradisíacas tierras que hay en la zona.
El 6 de febrero de 1995, alrededor de las 7:30 pm, mientras se encontraba en su casa de habitación con su ayudante personal, Marcial Bueno, Jeannette Kawas fue asesinada. Los sospechosos dispararon en dos ocasiones a través de una de las ventanas, siendo uno de estos disparos el que acabó con la vida de la incansable lideresa, defensora de derechos humanos.
Más de dos décadas han pasado, sin embargo, y a pesar de la presión nacional e internacional, muy poco se conoce para hacer justicia ante este crimen.
Sentencia
Luego de agotar todas las instancias a nivel nacional, y de mirar como la justicia se acomodaba para proteger a los asesinos, el caso fue llevado ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, por el Equipo de Reflexión Investigación y Comunicación, ERIC-SJ.
El 7 de mayo de 2009, unos días antes del rompimiento del orden constitucional, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH), sentenció al Estado de Honduras por este asesinato. En la sentencia se estableció como el Estado a través de las autoridades, fue cómplice a través de personas que facilitaron el crimen con el amparo de su investidura de agentes estatales.
La abogada Keyla Canales, parte del ERIC-SJ, recuerda que la Corte-IDH señaló que al menos un agente estatal participó de los hechos, encubriendo a los autores intelectuales y materiales de Blanca Jeannette Kawas.
“Al día de hoy su crimen sigue en la impunidad. Seguimos exigiendo justicia, seguimos insistiendo ante la Corte-IDH que mantiene un proceso de observar y supervisar para el cumplimiento de la sentencia. Y en ese sentido, ha pedido al Estado de Honduras un informe sobre los avances del cumplimiento de la sentencia”, señala.
Playa en el parque nacional Blanca Kawas.Falta de interés
La abogada Canales señala que el Estado hondureño no ha puesto el suficiente interés para investigar el caso de Kawas. Desde la familia y las organizaciones que acompañan el caso se sigue pidiendo justicia en dos sentidos.
Primero, esclarecer quienes fueron los autores materiales e intelectuales del asesinato. Segundo, que se deduzcan responsabilidades contra aquellos funcionarios públicos que participaron para encubrir todo lo que estaba pasando, porque permitieron que no se llevara ante la justicia a las personas involucradas en el asesinato de la lideresa ambientalista.
“Podemos observar en el caso de Kawas, igual en otros casos, como el Estado protege a funcionarios públicos que están involucrados en estos crímenes”, concluye la abogada.
Jeannette humana
Uno pensaría que hablar de una persona de la talla y el temple de Jeannette Kawas, sería hablar de una persona inalcanzable y lejana. Sin embargo, Jaime Kawas, hijo de Jeannette, cuenta el lado humano de su madre.
Jaime recuerda que su mamá era una mujer valiente, pero al mismo tiempo cariñosa y entregada a su familia. Una mujer tremendamente dinámica y proactiva que formaba -en Tela, Atlántida-, de una serie de organizaciones; desde el Comité de la feria, club de radioaficionados y simultáneamente llevaba los negocios familiares
“Yo tengo recuerdos de ella trabajando hasta la madrugada en su máquina de escribir, hasta las 2 de la mañana y levantándose temprano para atender albañiles que llegaban a trabajar. Muy disciplinada; viajaba por las noches a Tegucigalpa a reuniones por su lucha”, dice.
Era una mujer de muchos contactos, una mujer muy valiente de palabra. Comprometida con Tela. Jaime recuerda que su madre le contaba que algunas personas le ofrecían grandes cantidades de dinero para que dejara la lucha, sin embargo, nunca se la cruzó por la mente aceptarlas.
Exigencia
Jaime apela a terminar con la impunidad que rodeo el crimen de su mamá. Pide justicia, que se encuentren a los verdaderos autores intelectuales y materiales del crimen. Para que los casos no vuelvan a ocurrir, así como ocurrió con Berta Cáceres.
“Si no se sienta un precedente estos crímenes van a seguir ocurriendo y van a continuar quedando en la impunidad”, concluye.
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