sábado, 12 de febrero de 2022

Fanon y Freire: Notas de una relación dialógica

Revolucionesdotnet


[Imagen: Paulo Freire impartiendo aulas. Créditos: Alan Dufau]


En este artículo la autora analiza la relación intelectual y política entre dos pensadores anticoloniales: Paulo Freire y Frantz Fanon.


Nota 1. Lo que traigo son una serie de reflexiones teóricas y políticas a las que llegué luego de varios años de investigación sobre la obra de Paulo Freire y su relación con la obra del martinico Frantz Fanon. Sus narrativas y sus vidas han marcado mi vida y mis investigaciones; me han permitido no solo (re)pensar teorías sino también mis prácticas pedagógicas. Sus escrituras anticoloniales, me han habilitado caminos otros para (re)pensar mi historia y praxis educativa; comprender cómo estamos atravesados por una colonialidad que insiste y se trama en la razón moderna colonial. Dicho de otro modo, sus narrativas siempre me interpelaron y me invitaron a poner bajo sospecha lo colonial y sus prácticas, lo dado, la unicidad del pensamiento, la falsa dicotomía teoría-práctica, la totalidad, la moral impuesta y el poder dominador. Me permitieron interrogar lo silenciado, lo obliterado de nuestras historias e identidades coloniales, y hurgar en las tramas de las tácticas de las acciones cotidianas.

Conocí a Paulo Freire a través de su obra Pedagogía del oprimido (Freire, 1970), en los inicios de mi militancia política más precisamente en el año 1973. Eran los textos de Freire y Fanon lecturas obligadas de aquellos años de revoluciones y militancias radicales. Momentos políticos que se vivían con enorme intensidad. Había un optimismo muy fuerte con respecto a la posibilidad de cambiar el mundo, creíamos que era posible concretar un mundo más justo. Pero vino la feroz dictadura de 1976 en Argentina y se truncaron muchas de nuestras utopías, Freire y sus textos fueron perseguidos en Argentina [1]. A pesar de estos avatares los debates sobre sus legados se sucedieron desde aquellos años. Hoy Freire y Fanon son mis lecturas de cabecera a la hora de reflexionar la contemporaneidad y sus avatares. Motivada entonces por mi propia experiencia, mis lecturas, mis viajes, mis memorias, los encuentros y desencuentros de vida elijo a través de estas notas delinear en algunas pinceladas del diálogo que Paulo Freire estableció con la obra de Frantz Fanon.

Nota 2.  Sin dejar de reconocer que las teorías viajan a otros tiempos y situaciones y pierden algo de su poder y rebeldía, me pregunto ¿Hasta qué punto estos diálogos de la urgencia política siguen siendo relevantes en un mundo caracterizado por ambivalencias híbridas y marcas de la modernidad colonial? ¿Podrá el acto y la invitación radical de “descolonización” que nos propone Fanon (y compartida por Freire), hacer frente hoy a los desafíos políticos que debemos enfrentar? ¿Podremos interpretar sus aportes de una manera renovada, para desde allí pensar y proponer caminos alternativos a la persistencia de una colonialidad que se renueva a partir del capital financiero, la destrucción de las naturalezas, las formas de explotación y la producción de un conocimiento de corte meramente tecnocrático e instrumental al servicio de unas minorías?  ¿Cuáles son los aportes de Freire en diálogo con Fanon que nos habilitan para pensar nuevos inéditos viables [2] y desde allí imaginar nuevas acciones políticas en nuestra tarea educativa?

En este camino, en este preguntar(me) asumo como ejercicio de sospecha la crítica poscolonial, como forma de hablar de la marca que lo colonial impuso en nuestras subjetividades, en nuestras formas de conocer, hacer, jugar y sentir, y que perduran más allá del momento inicial de la conquista. Considero del mismo modo que muchxs otrxs que nuestras interrogaciones y respuestas contemporáneas son marcadas por el silenciamiento de un pasado colonial que insiste y atraviesa nuestros sentimientos y nuestras razones. Hay algo de nuestras historias poscoloniales [3] que no cesa de repetirse, una marca que perdura en nuestras memorias y en los cuerpos de todos los pueblos conquistados/colonizados. De acuerdo con Manuela Ribeiro Sanches (2011) las teorías poscoloniales [4] solo pueden ser entendidas en todo su alcance si se considera la estrecha relación que guardan con las historias y las teorías propuestas por el proyecto anticolonial que en su diversidad contribuyeron a “una alteración radical del orden mundial” (p. 11); una praxis revolucionaria que se hizo cargo del silencio de lo colonial, y nos mostraron la cara negada del humanismo moderno y eurocéntrico que se expresa en “… el mundo periférico colonial, el indio sacrificado, el negro esclavizado, la mujer oprimida, el niño y la cultura popular […] como víctimas de un acto irracional” (Dussel, 2000, p. 49). Y son las escrituras como las de Frantz Fanon, Aimé Cesaire, Eduardo Mondlane, Amilcar Cabral, Leila Gonzalez, entre otrxs las que no nos dejan recostar(nos) en la tranquilidad de la totalidad propuesta por el humanismo moderno colonial. En este sentido, me atrevo a ubicar a la obra anticolonial de Paulo Freire en la zaga de las teorías poscoloniales, y es desde aquí que dialogo con su obra y con la de Frantz Fanon.

Nota 3. Establecer un diálogo y problematizar el diálogo con Freire y Fanon, y entre Freire y Fanon, permite observar las marcas de la escritura fanoniana en los textos del pernambucano, es decir, pensar el arkhé[5]. Esta idea derrideana de arkhé nos permite ubicar tanto su inicio como su mandato, es decir el libre-juego de intercambio y de diálogo que no se dirige al centro en búsqueda de una verdad perdida o una nostalgia en el origen, sino que acepta las tensiones entre lo instituido y lo instituyente. Dicho de otro modo, esta entrada me habilita a poner al diálogo Freire y Fanon en un más allá de la memoria oficial, y así encontrar los intersticios de las memorias subterráneas y resistentes e identificar a partir de allí las huellas de los textos fanonianos en la escritura de Paulo Freire.  Las marcas y los comentarios de Freire en sus libros [6] son la evidencia que lo que allí hay no es un simple archivo-biblioteca donde la memoria se desvanece, ni puede asimilarse a un mero origen sin destinatarios y sin intérpretes. Su biblioteca y la lectura de sus obras (y las de quienes las interpretaron) me permitió confirmar que hay en la larga producción de Freire y en la potencia de la escritura fanoniana algo que permanece y se institucionaliza como algo que se transforma, tanto a nivel teórico como práctico, individual como colectivo. Que sus escrituras y sus praxis pusieron en juego más de una identidad, no solo un nombre propio, sino que, fueron un modo de hacer la vida. Y observé, en sus escrituras la lucidez con que supieron ver y asumir la urgencia política de los momentos en que les tocó vivir. 

La vida de Freire en los márgenes de Recife, su exilio, su experiencia latinoamericana y tercermundista, su relación con los campesinos chilenos, el movimiento negro en EE.UU. y los procesos revolucionarios de África, dejó huellas en su narrativa y lo acercó al análisis no dogmático de un intelectual y militante anticolonial cómo Frantz Fanon, quien desde los márgenes realizó una crítica contundente al humanismo moderno colonial y su   violencia racial. Paulo Freire, no conoció personalmente a Frantz Fanon pero, sí estableció con él un diálogo intelectual a través de la lectura de sus obras: Piel Negra Máscara Blancas, Los Condenados de la Tierra y Sociología de una revolución [7].

En sus notas de Pedagogía de la esperanza, recuerda Freire, que cuando releía los originales de Pedagogía del oprimido las lecturas de Fanon lo habían estimulado, le habían causado una sensación placentera esa “que nos asalta cuando confirmamos la razón de ser de la seguridad en la que nos encontramos” (1999, p. 135). En las notas manuscritas que le realiza a los libros que lee, en los textos en donde rememora su experiencia vivida, en el Manuscrito de Pedagogía del oprimido (2013), en las diversas entrevistas que le realizan y en sus escritos se puede observar que el motor fundamental de sus devaneos y reflexiones provienen de su formación humanista católica tramada con los aportes de los pensadores marxistas, y allí la presencia ineludible de Fanon lo que le posibilita sumar a los análisis marxistas de la luchas de clases el problema del colonialismo y del racismo. Es el análisis marxista clásico junto con el enfoque anticolonial que le proponen desde el Tercer mundo: el martinico Frantz Fanon, el tunecino Albert Memmi, el guineano Amílcar Cabral y el argentino Ernesto Che Guevara, lo lleva a asumir el “radicalismo crítico” (Freire, 1999, p. 48). Con sus aportes analiza en profundidad la relación opresor-oprimido y las posibilidades de transitar un camino de liberación y revolución. Ubica a partir de allí las condiciones de posibilidad de una relación pedagógica dialógica y problematizadora como un eje central de la praxis revolucionaria.

Todas cuestiones que con lucidez va a desarrollar en Pedagogía del Oprimido (1970), en Cartas a Guinea Bissau (1977) y en Acción cultural para la libertad (1975). A partir de estas teorizaciones en su propuesta pedagógica el motor central ubicará lo político como acto liberador que se origina en el sujeto mismo y en su praxis transformadora de junto a otrxs. Y aquí está el espectro de Fanon persiguiendo sus textos, los observa, y se transforma en una señal que, en tanto referencia inevitable, acecha el texto del pernambucano, lo interroga y le reclama incertidumbre. Si miramos con cuidado, principalmente en Pedagogía del oprimido, hay un Fanon que introduce lo contingente y lo inestable en la discursividad freiriana y lo obliga a hacerse cargo de la urgencia política. Como bien lo señala Alejandro de Oto (2003), los textos de Fanon a pesar del tono encendido y programático de muchos pasajes, no están dispuestos desde la figura emblemática del ¿qué hacer? tampoco del ¿cómo hacerlo?” (p. 23).

Ahora bien, para contextualizar es desde los inicios cómo Fanon es una referencia en los escritos del pernambucano resulta interesante hacer una breve referencia a la investigación realizada por Antonio Guimarães en 2009, referida a la recepción de Fanon en el Brasil, como fue leído, estudiado, como se presentaron  sus textos en la academia brasileña durante la década de 1960, y como fue Freire el que desafiando el discurso hegemónico de su propia academia el primer intelectual brasilero que reconoce y se hace cargo públicamente de la lectura de los textos fanonianos[8]. A Guimarães le interesa hacer visible cómo fue recepcionado Fanon en Brasil de los años 50-60 del siglo XX y como se reflejó esto en la producción académica. Y nos dice que a pesar de que actualmente Fanon es admirado en los círculos académicos y es una figura central en las discusiones poscoloniales de las que participan tanto profesores como estudiantes de las Ciencias Sociales y Humanas del Brasil al comenzar su investigación advirtió un visible silencio sobre la obra del martinico, tanto en las revistas culturales como en las publicaciones académicas de la década de 1960 en Brasil pero que, observó que fue Freire quien primero lo nombró. Y sí, Freire se hace cargo del análisis crítico que Fanon le realiza al humanismo moderno colonial, esto no es un detalle menor pues podemos observar la presencia de Fanon tantos en sus obras iniciales del exilio cómo en las obras de su madurez.

Así se puede leer una referencia a Fanon en Educación como práctica de la libertad, su primer libro y editado por primera vez en Brasil por Paz e Terra en 1967. Señala Freire:  “la violencia del oprimido, además de ser mera respuesta en que se revela el intento de recuperar su humanidad, es, en el fondo, lo que recibió del opresor. Tal como lo señala Fanon, es con él con quien el oprimido aprende a torturar. Con una sutil diferencia en este aprendizaje: el opresor aprende al torturar al oprimido. El oprimido al ser torturado por el opresor” (FREIRE, 1973, p. 42).

Fanon, es quien le permite a Freire realizar un minucioso análisis de la relación opresor oprimido en clave crítica poscolonial, indagar en el problema de la alienación y la doble conciencia desde la experiencia vivida como colonizado. Y así se lo hace saber a Methol Ferré en una entrevista que el uruguayo le realiza en 1969 antes de la publicación de Pedagogía del oprimido. Veamos qué le dice: “… ya en el primer capítulo discuto un tema, que me parece fundamental: la constitución-histórica de la conciencia dominada y su relación dialéctica con la con la dominadora en la estructura de dominación […]  intento comprender el fenómeno de la introyección de la conciencia dominadora por la conciencia oprimida. De lo que resulta que esta se constituyó como una conciencia dual. Es ella y es la otra hospedada en ella. Sería interesante, en tal sentido, llamar la atención sobre Los condenados de la tierra, de Frantz Fanon” (FREIRE, 1969, p. 23)

En la relación dialógica que Freire establece con Fanon refiere su preocupación por la alteridad negada, por el problema de la deshumanización, la opresión, la doble conciencia, la violencia, el colonialismo, el racismo y sus posibilidades de transformación; cuestiones que son tematizadas en el par liberación-descolonización. Claro está, que estas ideas cobran centralidad a partir de su exilio, lo que se observa es un compromiso de Freire con la “revolución”[9] en sintonía con los líderes revolucionarios latinoamericanos, caribeños y africanos (Frantz Fanon, Camilo Torres, Amílcar Cabral, Fidel Castro, Ernesto Che Guevara, Julius Nyerere, Patrice Lumumba, entre otrxs).

Nota 4. En sintonía con una racionalidad política, que cuestiona la marca racial e instrumental del relato único eurocentrado, Freire a partir de los aportes anticoloniales de Fanon nos propone conversar y tematizar lo silenciado en la educación: el sentimiento de superioridad del opresor sobre el oprimido, del educador sobre el educando y nos invita a transitar una ética y política que traspase las cómodas certezas del entorno. Nos invita a mirar de modo crítico las tradiciones −que muchas veces son escudo frente al otro desconocido−; para enfrentar junto “a los desharrapados” (Freire, 1970) los horrores del mundo. En este sentido, Freire, como intelectual fanoniano con su pedagogía de la liberación juega un papel perturbador, porque no protege territorios, porque es hijo del exilio y de la franqueza más que de los rodeos o los titubeos. En sus palabras: “Soy profesor contra el orden capitalista vigente que inventó esta aberración: la miseria en la abundancia” (Freire, 1999, p. 99). Su pedagogía del oprimido es convergente con la crítica política que Fanon le realiza al colonialismo, al humanismo moderno colonial y a su violencia racial que opera con una sistemática negación y silenciamiento del resto[10]. Una colonialidad del poder-saber que persiste e insiste en nuestras prácticas educativas contemporáneas.

Bibliografía

DUSSEL, Enrique. “Europa, modernidad y eurocentrismo”. En: LANDER, Edgardo (ed.). La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO, 2000, pp. 41-43.

DE OTO, Alejandro. Frantz Fanon. Política y poética del sujeto poscolonial. México: Colegio de México. Centro de Estudios de Asia y África, 2003.

DERRIDA, Jacques. “Mal de Archivo. Una impresión freudiana”. Conferencia en Coloquio internacional Memory: The Question of Archives. Société ínternationale d’Histoire de la Psychiatrie et de la Psychanalyse, del Freud Museum y del Courtauld Institute of Art, 1994 http://redaprenderycambiar.com.ar/derrida/textos/mal+de+archivo.htm

FREIRE, Paulo.“Acción cultural”. FERRÉ, Methol (entrevistador), Víspera: Montevideo, Año 3, Vol 10, Mayo de 1969, pp. 23-28.

FREIRE, Paulo. Pedagogía de la esperanza. México: Siglo XXI, (1992) 1999.

FREIRE, Paulo. Pedagogía del oprimido. Buenos Aires: Tierra Nueva, 1970.

FREIRE, Paulo. Pedagogía do oprimido (o manuscrito). José E. ROMÃO, Moacir GADOTTI y Jason FERREIRA (org.). São Paulo: Ed,L coedição UNINOVE e Ministerio de Educação do Brasil, 2013.

GUIMARÃES, Antonio Sergio A. Racismo e Antirracismo no Brasil. Sao Paulo: Editora 34.

―. Frantz Fanon’s reception in Brazil. Lusotopie, Volume 16, Number 2, 2009, pp. 157-172.

HALL, Stuart. ¿Cuándo fue lo postcolonial? VV. AA. Estudios postcoloniales. Ensayos fundamentales. Madrid: Traficantes de Sueños, 2008.

HALL, Stuart. “Occidente y el resto: discurso y poder”. En Discurso y Poder. Huancayo: Ricardo Soto Sulca. 2013.

RIBEIRO SANCHES, Manuela (org) Malhas que os impérios tecem. Textos anticoloniais, contextos pós-coloniais. Coimbra: Ediciones 70, 2011.


Notas

[1] El 17 de octubre de 1978 por Resolución 1541 (firmada por el General Albano Harguindegui integrante de la Junta Militar que había llevado adelante el golpe de estado de 1976 y Ministro del Interior, Cultura y Educación) se resuelve en el Art 1: Los profesores y maestros de los distintos espacios no utilizarán, ni recomendarán a sus alumnos el uso de los libros del autor· Paulo Freire en todas ediciones. Luego pasa a enumerar las obras prohibidas y que deben excluirse de todas las bibliotecas escolares: «La educación como práctica de la libertad, Pedagogía del oprimido, Acción cultural para la libertad, Concientización, Teoría y práctica de la liberación, Las iglesias, la educación y el proceso de liberación humana en la historia».

[2] Hago referencia a la alusión que Freire realiza en Pedagogía del oprimido: para nosotros, el «inédito viable» (el cual no puede ser aprehendido al nivel de la «conciencia real o efectiva») se concretiza en la acción que se lleva a efecto, y cuya viabilidad no era percibida. Existe, así, una relación entre el «inédito viable” y la conciencia real, entre la acción que se lleva a cabo v la «conciencia máxima posible». La «conciencia posible» (Goldman) parece poder ídentificarse con lo que Nicolaí llama ·» soluciones practicables no percibidas» (nuestro «inédito viable») en oposición de las «soluciones practicables percibidas» y a las «soluciones efectivamente realizables» que corresponden a la «conciencia real» (o efectiva) de Goldrnan (FREIRE, 1970, p. 142).

[3] Lo poscolonial como aquello que “[…]  reinterpreta la “colonización” como parte de un proceso “global” esencialmente transnacional y transcultural, y produce la reescritura descentralizada, dispersa o “global” de las grandes narrativas de los imperios anteriores. Por ende, su valor teórico se encuentra, precisamente, en su negación de esa perspectiva del “aquí” y “allí”, “antes” y “después”, “nacional” y “extranjero”.   […] lo que lo poscolonial definitivamente no es, es una de esas periodizaciones basadas en etapas” (HALL, 2008, 584-585).

[4] A veces se presentan algunos equívocos en su denominación por ejemplo cuando se persiste en atribuir a lo “pos” una mera connotación cronológica, como si lo colonial ya no existiera, como si ha sido superado y esto permitiría   una revisitación más o menos pacificada de un pasado que se quiere muerto y enterrado. Pero este pasado insiste. (Ribeiro Sanchez, 2011).

[5] Propuesta de Jacques Derrida en “Mal de archivo” (1994).

[6] Visité y trabajé durante varios días en julio de 2017 en la biblioteca personal de Paulo Freire que se encuentra en el Instituto Paulo Freire de São Paulo. Mi agradecimiento a Lutgardes Freire por su hospitalidad y a Erick Morris por abrirme las puertas del Instituto, y así permitirme hurgar en lo no dicho, de-en-sobre Freire y su relación con la obra de Frantz Fanon.

[7] Estas obras junto con otras muchas de escritores tercermundistas y marxistas pueden verse entre los estantes de su biblioteca personal.

[8] Así se puede leer una referencia a Fanon en Educación como práctica de la libertad, su primer libro editado por primera vez en Brasil por Paz e Terra en 1967. Señala Freire: “la violencia del oprimido, además de ser mera respuesta en que se revela el intento de recuperar su humanidad, es, en el fondo, lo que recibió del opresor. Tal como lo señala Fanon, es con él con quien el oprimido aprende a torturar. Con una sutil diferencia en este aprendizaje: el opresor aprende al torturar al oprimido. El oprimido al ser torturado por el opresor.” (FREIRE, 1973, p. 42).

[9] Es un término acallado en la biografía oficial pero que insiste en sus dos obras más importantes del exilio como lo son Pedagogía del oprimido (1970) y Cartas a Guinea Bissau (1973).

[10] Ver Stuart Hall en Occidente y el resto: discurso y poder (2013).


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