viernes, 18 de febrero de 2022

Honduras debe apostar a la justicia transicional para salir de la crisis

Radio Progreso

El doctor en derechos humanos, abogado Joaquín Mejía, es del criterio que Honduras vive en una crisis permanente arrastrada desde el golpe de Estado. La única forma de superarla es apostar por una justicia transicional.

“Significa que cuando una sociedad ha vivido una situación grave, que ha roto el tejido social, que ha implicado heridas profundas en la cohesión ciudadana, que ha implicado graves violaciones a los derechos humanos por parte de quienes están dentro de las estructuras del Estado, entonces se requiere un proceso de sanación a través de la justicia transicional”, dijo Mejía.

 Joaquín abogado del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación, Eric de la Compañía de Jesús, sostuvo que esa justicia transicional debe aplicarse en dos vías: una justicia retributiva, es decir, que se investigue y se sancionen a todos los responsables del dolor que se ha causado, y está la justicia restaurativa, que busca adoptar medidas para reparar a las víctimas.

Radio Progreso (RP) dialogó con el doctor Joaquín Mejía (JM) sobre la realidad que está enfrentando Honduras con un nuevo gobierno como escenario.

RP. ¿Cómo valora lo que vive Honduras?

JM. He venido insistiendo que lo que viene viviendo Honduras solamente es la manifestación de una crisis permanente que arrastramos desde el golpe de Estado, es una crisis que no se ha cerrado, de hecho la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, en uno de sus informes sobre Honduras, señala que los efectos del golpe de Estado siguen condicionando la vida democrática del país, y eso nos debe llevar a una reflexión sobre la necesidad de ver a ese pasado reciente, de ver al golpe de Estado como la crisis originaria que mantiene estas manifestaciones como lo que pasa en el Congreso Nacional.

RP. ¿Está superada la crisis del Congreso Nacional?

JM. Obviamente no. Lo del Congreso Nacional es sólo una manifestación de una crisis originaria que es el golpe de Estado. Me parece bien que, a través del diálogo democrático, se haya resuelto esa manifestación, pero la crisis permanece. Esa crisis originaria no se va a superar mientras Honduras no mire al pasado y no pase por una justicia transicional.

RP. ¿Cómo entender esa justicia transicional?

JM. Significa que cuando una sociedad ha vivido una situación grave, que ha roto el tejido social, que ha implicado heridas profundas en la cohesión ciudadana, que ha implicado graves violaciones a los derechos humanos por parte de quienes están dentro de las estructuras del Estado, entonces se requiere un proceso de sanación a través de la justicia transicional que debe tener dos vías: una justicia retributiva, es decir, que se investigue y se sancionen a todos los responsables del dolor que se ha causado, y está la justicia restaurativa, es decir, que se adopten medidas para reparar a las víctimas.

RP. La amnistía aprobada en el Congreso, ¿responde a esa necesidad?

JM. Totalmente, pero el problema es que la amnistía se aprueba como una medida aislada y no en conexión con un proceso más amplio, integral, de justicia transicional. Una amnistía es importante, es una ley, es una medida importante para comenzar a sanar las heridas y reparar a las víctimas, pero debería de hacerse en el marco de una política de justicia transicional que debe tocar todos los niveles, no solo a nivel de Estado, sino de toda la sociedad.

No niego que la medida de la amnistía sea un paso importante, pero si se hace aislada provoca críticas como la que tiene que ver con el tema de los ex funcionarios y ex funcionarias del gobierno de Mel Zelaya. La ciudadanía tiene que tener claro que una Ley de Amnistía solamente debe aplicarse para delitos políticos y conexos.

RP. ¿Cuáles son los delitos políticos?

JM. Son aquellos actos que tienen como objetivo derribar un sistema, atentar contra el gobierno, por ejemplo, en el marco de la crisis postelectoral, las protestas de la gente estaban destinadas a un objetivo: derribar a una dictadura que se estaba imponiendo con el fraude, pero esa dictadura utilizó al Ministerio Público y al Poder Judicial para criminalizar y para acusar y condenar a muchas personas por esos delitos políticos, aunque era una defensa de la democracia.

RP. ¿Y cuáles son los delitos conexos?

JM. Por ejemplo, en una protesta donde se están quemando llantas también quiebro los vidrios de un centro comercial, ése es un delito común, pero está conectado con el delito político que es el acto de protestar contra la dictadura, esos son los delitos que se pueden amparar en la ley de Amnistía, pero nunca se pueden amparar delitos vinculados con la corrupción, no se pueden amparar delitos como violaciones a los derechos humanos.

RP. ¿Es momento de revivir a la Maccih que trajo la OEA?

JM. Yo creo que no, porque la OEA (Organización de Estados Americanos) está demasiado desprestigiada. Recordemos que Luís Almagro, secretario general de la OEA, fue uno de los factores fundamentales para atacar y terminar con la Maccih (Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras), por tanto, la OEA no tiene la credibilidad, por eso es necesario que sea con Naciones Unidas, solo así será una oportunidad para rescatar las demandas ciudadanas.

RP. ¿Qué simboliza para el país la revocación de la visa al ex presidente Juan Orlando Hernández?

JM. Es una victoria moral para el pueblo hondureño y para aquellos como el Capitán Orellana, como el General Sabillón, como la Comisionada de Policía en condición de retiro María Luisa Borjas, para aquellos que dieron la vida como los zares de la droga que fueron asesinados por sus denuncias, es una victorial moral porque ha venido a ratificar lo que todo mundo sabe y que muy pocas personas tuvieron la valentía de decirlo públicamente, y obviamente para el pueblo hondureño porque sabemos que hemos estado bajo una narco-dictadura.

Es una bofetada, en toda la cara, para aquellas organizaciones de la sociedad civil que negociaron con el narco de Juan Orlando Hernández, establecieron convenios, para aquellos periodistas que por dinero vendieron su alma al narco para defenderlo a través de los medios de comunicación.

RP. Y en términos legales, ¿qué significa?

JM. Es una vergüenza en el sentido que la primera magistratura del Estado, la que nos representa en el mundo, está siendo acusada por otro país de narcotráfico y corrupción, pero también es una vergüenza para Oscar Chinchilla y Rolando Argueta que otro país sea el que esté señalando quienes son los criminales en el país.

RP. ¿Terminará JOH en las cortes de Nueva York?

JM. Todo apunta a que sí. Recordemos que lo que ha pasado ahora con la cancelación de la visa y la designación como un criminal por actos de corrupción y por narcotráfico es apenas una medida que sólo le compete al poder Ejecutivo y al Poder Legislativo que es el que aprobó esta ley vinculada con la Lista Engels. En temas del sistema judicial, la Fiscalía del Distrito Sur tiene casi lista una acusación formal contra Juan Orlando Hernández, por lo tanto, todavía falta la palabra del Poder Judicial, del Sistema de Justicia de Estados Unidos.

RP. ¿Qué suerte deben correr Oscar Fernando Chinchilla y Rolando Argueta?

JM. Si tuvieran un poquito de dignidad deberían renunciar, pero pedirles dignidad es demasiado, y si llegarán a renunciar no sería por dignidad sino por presiones, pero como no esperamos esa renuncia, dice Scherer Ibarra en su libro “La quiebra de la ley”: dejar pasar el delito es como ejecutarlo en la práctica, por lo tanto, cuando las instituciones del Estado, que son las responsables de investigar y sancionar los delitos como el Ministerio Público de Oscar Chinchilla y el Poder Judicial de Rolando Argueta, cuando han permitido que personas como Geovanny Fuentes, Tony Hernández, “El Tigre” Bonilla, Juan Orlando Hernández y un largo etcétera, hayan acampado a sus anchas, con total impunidad, significa que ellos son parte del delito, no que son cómplices porque dejar pasar, el delito es realizarlo en la práctica.

RP. ¿Cuál será la clave de Xiomara Castro para ganar gobernabilidad en la Presidencia?

JM. Xiomara Castro, a diferencia de otros gobernantes, trae algo que los demás no han tenido, y eso es legitimidad porque ha sido la candidata más votada, es la primera mujer en asumir la presidencia, y creo que se lo ha ganado a pulso. Desde el golpe de Estado es una mujer que ha estado al frente, uno puede estar a favor o en contra de ella, de su partido o de la Alianza, lo que quiera, pero eso ha ella nadie se lo puede negar. Y lo otro es que ha tenido un discurso de reconciliación y de reconstrucción democrática.

RP. ¿Se respiran nuevos aires o seguimos atollados?

JM. Creo que es muy pronto para decirlo, pero creo que el sólo cambio del régimen de Juan Orlando Hernández al gobierno de la Alianza ha permitido que se abriera una especie de hoyo en esa pared de impunidad y de asco en que se había convertido el país y que haya entrado un aire fresco. Ahora el trabajo está en hacer de ese hoyo una ventana bien hecha por donde pueda circular el aire y podamos rescatar al país.



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