viernes, 4 de marzo de 2016

Obreras de Maquila entre pírricos salarios y pésimas condiciones laborales



La mayoría de los 147 mil obreros y obreras  que laboran en  maquilas en Honduras reciben salarios pírricos  y pésimas condiciones laborales. “Con el sueldo que se recibe cada semana solo ajusta para pagar el cuarto,  comprar a medias nuestros alimentos y cubrir los pasajes”, indicó una  obrera quien durante 14 años laboró en dos empresas que hacen ropa para “grandes marcas”.    

La mayor parte de la clase trabajadora son mujeres jóvenes y de éstas la mayoría son madres solteras que han procreado entre uno y tres hijos. Sus historias están llenas de drama y pobreza. A la mayoría les  pagan salarios bajos, por lo que carecen de dinero suficiente para comprar lo más indispensable.  Aun estando enfermas procuran no faltar nunca a la maquiladora que les da empleo, pues  tienen que cumplir con las metas para ganar los bonos que la empresa les da.

El salario en la maquila asciende a seis mil trecientos lempiras (290 dólares). El constante de la clase obrera es trabajar de lunes a viernes, ocho horas diarias, o si laboran en una empresa 4x4  trabajan cuatro días a la semana en este caso su jornada laboral es de 11 horas cada día. “Uno desde que llega a las siete de la mañana se pone a trabajar y como hay que cumplir meta para sacar unos lempiras más, nos vemos obligadas a reducir los tiempos de la comida para ganar el bono”, manifestó la obrera.    

Debido al aumento de valor de los comestibles, la canasta básica familiar en el país está alcanzando un precio superior a los 13 mil lempiras de acuerdo a estudios de la  Asociación de Consumidores de Honduras (Aconsumih). Según la base del salario mínimo, las familias hondureñas solo pueden cubrir con el 41 por ciento de la canasta básica, sin incluir el pago de servicios públicos.  

“La venta de ropa da enormes ganancias, a esto hay que agregar que las maquilas tienen tarifas preferenciales en la energía, no pagan impuestos municipales, no pagan impuestos por importaciones y exportaciones, sin embargo el salario mínimo de esta industria está en el puesto último de la tabla salarial  en Honduras. Son salarios de pobreza”, indicó Sergio Chávez, del Equipo de Investigaciones Laborales. 

Explotación y enfermedades  

“Existe una problemática terrible en la mayor parte de las maquilas, que tiene a las obreras con salarios bajos y con la sobreexplotación.  Entre otras situaciones hay dificultades de la clase obrera para organizarse en sindicatos, debido a que conforman "listas negras" con los nombres de los empleados y empleadas que tienen iniciativas para reclamar por sus derechos laborales”, indicó la abogada Carla Castro, del  Equipo de Monitoreo Independiente de Honduras (EMIH).

De acuerdo a denuncias de la Colectiva de Mujeres Hondureñas (CODEMUH), en el caso específico de las mujeres, mano de obra mayoritaria del sector maquila, se denuncia que contrariamente a las normas establecidas, muchas empresas exigen a sus potenciales empleadas exámenes para comprobar si están embarazadas.

Existe además falta de condiciones sanitarias adecuadas en plantas maquiladoras, en particular ausencia de máscaras o tapones para oídos, hacinamiento o falta de respeto a los intervalos de tiempo requeridos, en aras de cumplir con las metas de productividad.

“Hay una nueva forma de explotación y es que las empresas se han inventado los bonos de productividad, entonces las obreras se sobreexplotan para ganar el bono y eso significa que se limitan de ir al baño,  reducen el tiempo de la comida y los recesos. Como están jóvenes no sienten tanto la sobrecarga laboral, sin embargo a futuro el problema será catastrófico”, manifestó Sergio Chávez, del Equipo de Investigaciones Laborales.   

Recordó que las empresas que se lucran de la fuerza laboral de las trabajadoras se largan de los países y lo único que dejan son mujeres y hombres con enfermedades crónicas que se convierten en una carga social para las familias y que el Estado es incapaz de darle una asistencia adecuada.   

Lucha por mejorar  

“Las obreras están llegando a su límite al no percibir dinero suficiente para sostener a sus familias, se ve la represión de los movimientos en su esplendor, aseguró la abogada Carla Castro.  La activista de los derechos laborales comentó que la salida a este conflicto social, derivado de las pésimas condiciones de vida de las obreras de las maquiladoras, es sencilla: todo se solucionaría aumentando considerablemente salarios, las condiciones de salud y seguridad”.

“Eso no es difícil porque la venta de la ropa de las mejores marcas mundiales dejan millones de dólares en ganancias.  Si las trabajadores ganaran más, todos ganarían: sus familias,  gana la iniciativa privada, porque aumentaría el consumo en los comercios; los dueños de las maquiladoras, porque sus trabajadores estarían incentivados para aumentar su productividad, y ganan los gobiernos, porque habría estabilidad social y económica”, afirmó Sergio Chávez del Equipo de Investigaciones Laborales. 

Por su parte Carla Castro dijo que el EMIH junto a  organizaciones centroamericanas están  desarrollando una campaña sobre la necesidad de que las maquilas  garanticen  “salarios de vida o salarios dignos” y que sería bueno que todas las organizaciones defensoras de los derechos laborales se unan a la exigencia  que es fundamental para el bienestar de la clase trabajadora.  

“Los gobiernos juegan un papel fundamental en lo que pasa en la maquila porque son los que permiten todas las violaciones a los derechos laborales y el pago de salarios miserables, por lo tanto hay que exigirles que reivindiquen los intereses de la clase trabajadora que es digna mejor trato y mejores salarios”, concluyó  Sergio Chávez. 

No hay comentarios: