martes, 29 de marzo de 2016

Marzo para nunca olvidar



El 12 de marzo recordamos la memoria de un Grande, así es: Rutilio Grande. Sacerdote jesuita asesinado en el municipio de Aguilares de El Salvador. Han pasado casi 4 décadas de tan horrendo acto.
La lucha del padre Tilo se caracterizó por defender a los más empobrecidos y denunciar las injusticias y atropellos de las autoridades contra su pueblo. Lo que le valió los calificativos de ser un cura comunista, ser un cura agitador, y finalmente ser asesinado por los cuerpos represores del Estado salvadoreño.

“Vamos todos al banquete,
a la mesa de la creación;
cada cual con su taburete
tiene un puesto y una misión”.

Así dice un canto de entrada de las misas, que nos recuerda muy bien el pensamiento del padre Grande. Cada uno y cada una tienen una misión, una tarea que realizar en la vida para generar más vida. Berta tenía clara su misión.

Por eso marzo también nos recuerda la ofrenda de vida de Berta Cáceres: “La madre tierra martirizada, cercada, envenenada, donde se violan sistemáticamente los derechos elementales, nos exige actuar. Construyamos entonces sociedades capaces de coexistir de manera justa, digna y por la vida. Juntémonos y sigamos con esperanza defendiendo y cuidando la sangre de la tierra y los espíritus”, nos dice la compa Bertita.

Rutilio y Berta nunca se conocieron, pero sí coincidieron en que el pueblo solo se salva en racimo. Coincidieron en la lucha por la vida, desde la gente chuña, desde la gente de las montañas, de los valles, de las colonias y barrios marginales. La vida se construye desde los olvidados, desde los sin tierra, desde los ojos hambrientos y sedientos de esperanza. Desde los espesos sueños de nuestros pueblos.

Marzo es la oportunidad del grito desde la vida, del recuerdo martirial, de la esperanza sembrada en la juventud, en la mujer, en el campesinado, en los pueblos originarios. Marzo es el mes del agua, esa sangre de la tierra, esa sangre que es vida, esa sangre de donde brotan los más puros sentimientos de lucha, amor y esperanza por los hombres y mujeres que viven hoy metidos en el pueblo.

Este marzo para nunca olvidar la memoria martirial de Bertita y el padre Tilo.

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