viernes, 4 de marzo de 2016

Maccich a punto de instalarse en medio de la desconfianza y cuestionamientos



Esta semana la nueva Corte Suprema de Justicia (CSJ) se estrenó dictando el primer sobreseimiento definitivo a favor del exdirector del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), Mario Zelaya, librándolo del delito de malversación de caudales públicos. En este contexto, el lunes 22 de febrero será instalada la Misión de Apoyo contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (Maccih), que surge como respuesta del gobierno y la Organización de Estados Americanos (OEA) ante la indignación generada por el robo de 350 millones de dólares en el IHSS. 

Aunque es pronto para juzgar la misión, ha pasado una serie de negociaciones antes que se instale en el país, y al haber poca confianza en las instituciones del Estado y los vínculos entre estas instituciones y la misión de apoyo, las expectativas la describen como un ente sin poder suficiente para luchar contra la corrupción e impunidad.

El exfiscal, primer cabeza del Ministerio Público que tuvo el país, Edmundo Orellana Mercado asegura que la Maccih es un mecanismo que viene a fortalecer el sistema de justicia pero su participación es limitada ya que es exclusivamente de consejo, asesoría, aporte de conocimientos técnicos, científicos, formulación de requerimientos judiciales o la técnica de dictar sentencia. Algo que no fue lo que se exigió en las calles desde el movimiento indignado, que pedían una Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIH), parecida a la que en Guatemala desbancó a un binomio presidencial. 

“Harán análisis sobre casos investigados ya por el Ministerio Público pero la Maccih no tiene facultad para investigar independientemente. Solo pueden dar ideas, directrices, reglas para que se obtengan evidencias contundentes”, expresó. 

El abogado y magistrado recién electo, Rafael Bustillo, será el enlace nacional con la Maccih desde el poder judicial. Orellana Mercado asegura que su función no es vinculante para la misión y que solo será para facilitar las reuniones. 

“Él no tiene autoridad para tomar decisiones en relación para decir a la Maccih qué hacer. Es simplemente el conducto para que la CSJ se entere y tome la decisión de si lo que hace la Maccih le conviene o no”, explicó. 

La Maccih no resolverá todo

El director de la Asociación por una sociedad más justa (ASJ), Carlos Hernández, asegura que combatir la corrupción es un proceso largo, y hay varios caminos. Entre esos caminos se encuentra la Maccih que es  un esfuerzo en el combate a la impunidad que por ahora requiere que se fortalezca el sistema de justicia, la investigación la integridad de las instituciones del Estado. 

“Hay que ser realistas y no pretender que la Maccih vendrá a resolver todos los casos de corrupción en Honduras o que en 6 meses tendremos una gran cantidad de casos judicializados. Es un mecanismo nuevo, que no lo teníamos. Conozco a varios de quienes vendrán y tienen gran credibilidad en sus países y pondrán su mejor esfuerzo para luchar contra la corrupción en el país”. 

Hernández cree que es importante que la sociedad sea vigilante de este ente y que aporte a mejorar el sistema de justicia en el país. 

“Hoy tenemos una población que no solamente observa sino que se pronuncia, el combate de la corrupción es el resultado de la participación de los ciudadanos. Nuestra función es presionar al sistema, los jóvenes en la calle, las organizaciones de sociedad civil, los medios de comunicación, eso es lo que nos permitirá seguir en esta lucha. Creer que estamos vencidos es subestimar la capacidad y los múltiples recursos que en los últimos tiempos se han evidenciado. Nuestra posición es presionar esa voluntad”, dijo Hernández aduciendo que no hay que “prejuzgar a la Maccih”.

Una “pantomima” de lucha contra la impunidad

En uno de los medios más importantes del mundo, el New York Times, fue publicado la semana pasada, un artículo de Alexander Main,  un asociado principal de política internacional del Center for Economic and Policy Research de Washington DC. que cataloga de “pantomima” ese esfuerzo del que habla el gobierno de Honduras por responder en la lucha contra la impunidad. 

“A diferencia de la comisión de Guatemala, que tiene muchos antecedentes en la lucha contra el crimen organizado y la corrupción de alto nivel, la de Honduras no participará directamente en investigaciones ni procedimientos legales. En su lugar, su equipo internacional de jueces y abogados sólo aportará apoyo técnico a los investigadores y fiscales locales que forman parte del sistema judicial y son susceptibles de presión política. La misión puede hacer recomendaciones para reformar el averiado sistema de justicia, pero el gobierno es libre de ignorarlas.

Si la misión puede llegar a lograr algo dependerá de si hay tras ella suficiente voluntad política. Hay pocos motivos para ser optimistas: Hernández y el Partido Nacional tienen ya un historial de haber pisoteado el Estado de derecho”, sentencia Main en su artículo. 


Y es que radica en el actual orden de cosas, lo que la Maccih significa para Honduras. 

El exfiscal Orellana Mercado cree que en circunstancias diferentes sería un gran aporte. “Un organismo de la Maccih necesita ser tomada en cuenta, pero las instituciones actuales son incondicionales a la presidencia de la república. Así es que no podemos esperar que estas instituciones hagan caso de una recomendación de la Maccih que vaya en perjuicio de sus autoridades. Simplemente archivarán los casos y no tomarán decisiones”, dijo. 

Por su parte, y sin esperar mucho, el analista político Efraín Díaz Arrivillaga cree que lo más importante es que la Maccih pueda apoyar al sistema de justicia hondureño para que mejore su efectividad. “Yo siempre la he visualizado no como sustituto sino como complemento que permita mejorar la aplicación de la justicia en el país. Sin embargo la elección reciente de la CSJ ha dejado un sabor amargo en la población porque indica que continúa siendo objeto de reparto político sin consideraciones a lo que debe ser, un organismo sin injerencias políticas de ninguna naturaleza. Esperamos que aun cuando haya limitaciones en el Ministerio Público o el poder judicial, esta misión pueda tener una acción que fortalezca las instituciones y que se puedan establecer bases para un proceso que pueda combatir la corrupción y la impunidad en el país”. 

La próxima semana el convenio de la Maccih firmado por el presidente Juan Orlando Hernández y Luis Almagro, secretario de la OEA, debe pasar al Congreso Nacional para ser ratificado como ley nacional. La diputada del Partido Anticorrupción (PAC), Fátima Mena cree que la Maccih comenzará con el pie izquierdo, sin independencia y con un poder judicial supeditado a las órdenes del presidente.

“La Maccih empieza con un pie izquierdo, hay leyes buenas pero al final depende de las personas que aplican las normas y es allí que radica el fracaso, y la Maccih comenzó mal con solo ver el enlace del gobierno con esta misión, es el suegro del Fiscal General de la república. 

La gente espera avances, especialmente en el caso del IHSS, sin embargo la diputada siente que no hay acciones que terminen por desarticular las estructuras de poder tras estos crímenes, que los “peces gordos” no están pagando por sus actos. 

“El caso del IHSS no se ha desarticulado, no hay sentencia firme de ningún tipo, casos del ministerio de salud, situaciones de aduanas corruptas, todo esto a la corrupción dentro del mismo sistema de justicia, tanto en el Ministerio Público, la Policía Nacional, la CSJ. Más que señalar los casos emblemáticos para la MACCIH, lo que exigimos como ciudadanos que sean casos reales y se llegue a los autores intelectuales reales, a quienes han propiciado que la impunidad se enraíce en el sistema nacional”, finalizó. 

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