La libertad de expresión es a la democracia y al Estado de Derecho como la sed al agua o como la respiración al aire. Hay democracia y Estado de Derecho y habrá libertad de expresión. Hay ausencia de democracia o debilidad institucional en el Estado y la libertad de expresión estará amenazada.
La libertad de expresión es un derecho humano como lo es el derecho a la educación, la salud, la alimentación, la libre movilidad o el derecho a elegir y a ser elegido. En países como Honduras todos estos derechos están en plena precariedad porque la democracia y el Estado de Derecho son realidades tan tenues que apenas aparecen personas o grupos con poder, los mismos aplastan o se colocan por encima de la institucionalidad.
La violación a la libertad de expresión ocurre de manera directa cuando se aprueban leyes mordazas o cuando se niega bruscamente el acceso de las personas a expresar sus ideas a través de medios de comunicación. Esto ocurre así porque la institucionalidad queda sometida a la ley de los fuertes.
La libertad de expresión se viola a través de diversas medidas que siendo legales logran el mismo objetivo de amordazar la palabra. Es el caso de la concentración de medios de comunicación en muy pocas personas o en manos del gobierno. O es el caso del control de los medios a través de la venta de publicidad por parte del gobierno. En el caso de Honduras se sabe de medios que su sostenibilidad depende en gran medida de la publicidad que procede del gobierno.
El gobierno no necesita siempre un garrote para cercenar la libertad de expresión. Basta que destine y distribuya dinero en publicidad para que los medios se obliguen a callarse. Los resultados de los sondeos de opinión pública del ERIC no existen para medios de alcance nacional porque los datos objetivos que afecten la imagen del presidente de la República sencillamente no pueden divulgarse. Un medio lo dijo con mucha claridad: no podemos difundir los datos que investiga el ERIC porque eso significaría que el gobierno nos retira la publicidad que garantiza la existencia de nuestro medio.
La firme posibilidad de reelección continua del actual ciudadano presidente representa un golpe mortal a la libertad de expresión, porque la libertad de expresión jamás podrá pervivir en dictaduras consolidadas, por mucho que quiera arroparse de elecciones, democracia y de Estado de Derecho. Seguir diciendo y haciendo pública nuestra palabra es el mayor homenaje a la libertad de expresión en tiempos de amenazas de dictaduras personalistas.
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