martes, 1 de marzo de 2016

Estados Unidos estaría detrás de acciones contra grupos criminales hondureños



Esta semana, la realidad de inseguridad que en Honduras impera, fue trastocada por varias capturas y redadas que el gobierno denominó “Operación Avalancha” y que ha dejado capturas como la del alcalde de Talanga y un exoficial de Policía, así como más de un centenar de bienes asegurados y una cantidad superior a los 12 millones de lempiras incautados. Sin embargo, esa inseguridad generalizada, también provocó la desconfianza de la población hacia la institucionalidad, y es por eso que la gente se pregunta ¿qué hay detrás de todo esto?

El analista y ex candidato a dirigir la Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial (DIECP), Omar Menjivar, asegura que eso es característica de un país donde no impera el Estado de derecho, sino la poca fiabilidad de la población en sus instituciones, especialmente las encargadas de velar por la seguridad y justicia. Además que no se fía que la voluntad del actual gobierno sea dar estos duros golpes al crimen organizado, sino que es una intervención directa del Departamento de Estado de Estados Unidos. 

“Estos operativos no son definidos por que la determinación nazca de la Policía Nacional, no es así, es un operativo planificado y dirigido por la embajada de EEUU y ellos tienen intereses en este asunto, uno de ellos es el tema de que el dominio territorial de las maras ha provocado una oleada de migrantes hacia EEUU. Otra verdad cuestionable es que como Estado no tenemos Policía, como institución, las pocas unidades que funcionan son algunas élites que se dirigen desde los EEUU. Esa es la verdad que nosotros vivimos”, expresó el abogado.

Por su parte, el secretario de seguridad, Julián Pacheco Tinoco, dijo a medios de comunicación que la operación Avalancha es para todo el año y que a él no le ha temblado la mano para dar golpes al crimen. 

Estos operativos que reprimen supuestos grupos criminales, agudizan las guerras que barrios adentro de las ciudades sufren cada día. En una zona conflictiva por el control territorial de maras y pandillas en una de las ciudades más violentas de Honduras, este operativo ha generado violaciones a derechos humanos de jóvenes no implicados en el crimen, por la falta de conocimiento de los entes de seguridad de las dinámicas de estos grupos. La falta de investigación previa hace que las capturas sean muchas, pero no efectivas, según nos contó un residente de este barrio de quien omitimos nombre por seguridad. 

“Debemos ver a quienes se está capturando”, dice Menjivar, ya que a su criterio, el último actor en la pirámide del crimen es el que cae, y muchas veces es el que también es víctima de grupos criminales. “A veces se captura al que cobra la extorsión cuando a esa personas, muchas veces se le obliga a hacerlo sin pertenecer a la estructura del crimen organizado”, agregó. 

Sin depuración no hay seguridad

Una imagen de seis supuestos pandilleros vestidos con uniformes de la ya desaparecida Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) y la nueva Dirección Policial de Investigaciones (DPI) mantiene en alerta a la población hondureña luego de que el vocero de la Policía, el comisionado Héctor Iván Mejía, publicara en su cuenta de Facebook lo siguiente:


Los últimos hechos están conectados. Según Omar Menjivar, es un secreto a voces que la Policía Nacional tiene una alianza con la Mara Salvartucha y otras estructuras del crimen organizado y esto pone en duda las acciones de capturas y la propagación de esta imagen que alarma a la población, ya que los supuestos pandilleros, pertenecerían a la pandilla contraria Barrio 18 (según las señas de sus manos).

“Me resulta sorprendente que algunas acciones de captura estén dirigidas contra la MS ya que desde hace tiempo se dice que ha habido una alianza entre la Policía Nacional y la MS. Solo tiene que fijarse uno en los hechos policiales, las capturas de personas asociados a la extorsión o cualquier hecho violento siempre son miembros de la 18 (pandilla contraria)”, cuestiona Menjivar quien fue candidato a dirigir un ente que generó esperanza en su momento porque realizaría una depuración policial desde una estrategia de sociedad civil, no desde el interior de la policía. 

“Hace unos años se creó la DIECP pero ha resultado un fiasco y era un clamor popular lo de la depuración policial que hasta ahora ha resultado ineficiente, justamente por eso el crimen logra mantener su arraigo en estas estructuras, no existen esos controles para garantizar la seguridad a la población, desde las autoridades del Estado”, agregó. 

Aurora Pineda, madre de Carlos David Pineda, el joven que junto al hijo de la rectora de la universidad fueron asesinados por agentes policiales en 2011 y que impulsó el proceso de depuración policial, cree que este puede tener fuerza y ejecutarse en Honduras si la MACCIH (Misión de Apoyo contra la corrupción  y la Impunidad) comienza a investigar el accionar de policías y militares, dejando un claro mensaje de lucha contra la impunidad.  

“Aunque sea tres casos que acompañen para que se presione, los casos más emblemáticos pueden resultar. Por la depuración de la policía y de las Fuerzas Armadas debe trabajar la MACCIH. Mientras no haya depuración nunca se va avanzar en temas de seguridad, más bien vemos cómo el delito se transforma y eso lo vemos en el aumento de masacres. Esto el Estado debe tomarlo en cuenta, las estrategias implementadas actualmente no son las mejores”, dijo a Radio Progreso. 

Además agregó que es preocupante que están reintegrando agentes que habías salido de la Policía dándoles cargos de mucha importancia. “Tienen doble discurso”, expresó. 

InSight Crime, una fundación dirigida por  los  periodistas estadounidenses, Jeremy McDermott y Steven Dudley, con el financiamiento de Open Society Foundations, en su análisis de contexto más reciente con el tema de seguridad en Honduras, asegura que: “La disminución en los homicidios en Honduras (30% en los últimos cuatro años) serán aprovechadas por la administración del presidente Juan Orlando Hernández para alardear de los logros de su política de seguridad. Esta administración ha estado a favor de un enfoque de "Mano Dura", que es utilizado frecuentemente en Centroamérica, a pesar de que dicha táctica ha sido criticada porque lo que hace realmente es contribuir a que las pandillas callejeras se conviertan en grupos más sofisticados”.

Lo que en Honduras sucede es seguido de cerca por entidades o medios cercanos a la política de seguridad estadounidense para poner en marcha el componente de lucha contra el crimen que claro deja el plan de la Alianza para la prosperidad en el Triángulo Norte. 

Mientras todo eso sucede la población queda atrapada en medio de una guerra que sigue provocando derramamiento de sangre y dejando una estela de luto y dolor. 

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