domingo, 5 de febrero de 2012

La impunidad de Mercedes Benz y la boina del Che

Diego Martinez

Por Diego Martínez

Nota del autor: El artículo original [ver 'Artículo completo'] sobre Mercedes Benz y el uso de la imagen del Che Guevara publicado hoy [sábado 14 de enero] en Página/12 informaba sobre la parálisis de la causa penal e incluía una opinión de la periodista Gabriela Weber. “La causa está dormida por voluntad política”, afirmó, y llamó la atención sobre el discurso de la Presidenta durante el acto por los 60 años de Mercedes Benz en la Argentina, en el que no hizo ninguna mención a los catorce obreros y delegados gremiales desaparecidos. Una publicidad que lamentablemente “hubo que agregar” a la medianoche, según me informó la empresa, derivó en el encogimiento de la nota -que adjunto- hasta convertirla en una foto epígrafe [ver 'Artículo cortado', al final]. El aviso agregado de urgencia es de “agendas Citanova, donde viven tus ideas”.

Artículo completo
Mientras la causa por la desaparición de activistas de Mercedes Benz Argentina (MBA) continúa paralizada y los abogados de la automotriz dilatan con éxito el juicio civil ante un tribunal de California, la firma que tiene en su haber catorce delegados desaparecidos desató la ira de los cubanos de Miami al utilizar la imagen de Ernesto Guevara para identificar a sus autos con la revolución. "Nunca más voy a comprar un Mercedes y le estoy diciendo a mis amigos lo mismo", se ofuscó Félix Rodríguez, un cubano contratado por la CIA para capturar al Che en Bolivia, luego de ver el ícono de la marca en reemplazo de la estrella roja de la boina del guerrillero. "Es vergonzoso que una empresa que creció durante el nazi fascismo ahora utilice la imagen de un revolucionario latinoamericano", opinó la periodista Gabriela Weber, que investigó la complicidad de Mercedes Benz con el terrorismo de Estado e impulsa la causa en los Estados Unidos. "Es una forma de intentar blanquearse", de "mostrar que no son reaccionarios", sostiene Julio D'Alessando, ex trabajador que debió exiliarse durante la dictadura y que integra la Asociación de ex Trabajadores y Familiares de Desaparecidos de MBA.

"Varios de los delegados desaparecidos de Mercedes Benz fueron vistos en Campo de Mayo o en centros clandestinos de Zona Oeste", apunta Pablo Llonto, abogado del sobreviviente Héctor Ratto, secuestrado dentro de la propia empresa. La causa está radicada desde 2002 en el juzgado federal 2 de San Martín y no avanzó durante la década que estuvo en poder de los jueces Martín Suárez Araujo y Juan Manuel Yalj. Desde el mes pasado está en manos de la subrogante Alicia Vence. Los querellantes le presentaron un escrito para recordar que siguen pendientes de respuesta los pedidos de indagatoria para los jefes de Campo de Mayo. Las solicitudes de investigación incluyen al directorio de MBA, en particular al ex gerente Juan Rolando Tasselkraut, quien en presencia de Ratto entregó la dirección de un obrero que horas después desapareció para siempre. También abarca al entonces ministro de Trabajo, Carlos Ruckauf y al secretario general de Smata, José Rodríguez, acusados de gestionar la "eliminación" de "elementos subversivos".

"La causa está dormida por voluntad política", afirmó Weber, quien volcó su investigación en el documental Milagros no hay. "Cristina (Fernández de Kirchner) festejó el aniversario en Mercedes Benz y ni siquiera mencionó a los obreros desaparecidos", destacó, en referencia al acto por los 60 años de MBA en el país, el 6 de septiembre pasado, en el que la presidenta pidió que "tengamos memoria" pero no en referencia a los desaparecidos de la firma anfitriona sino para entender "cómo terminamos como terminamos en 2001".

El juicio ante la Corte de Apelaciones de San Francisco, iniciado en base a una ley que permite demandar a corporaciones asentadas en los Estados Unidos que hayan cometido violaciones a los derechos humanos en cualquier lugar del mundo, debía comenzar en diciembre pero se suspendió por un recurso que presentó Mercedes Benz a último momento.

El episodio que ofuscó a los exiliados cubanos ocurrió el martes durante una feria de consumidores en Las Vegas. Dieter Zetsche, directivo de Mercedes Benz, apareció orondo con un afiche gigante a sus espaldas con la imagen del Che retocada: en lugar de la cruz roja, el símbolo de la marca alemana. Zetsche pretendió usar la presentación para describir una nueva campaña que tituló Car Together, para exhortar a los choferes de autos de lujo a compartir los viajes con el fin de reducir las emisiones de gases y el congestionamiento de tránsito, informó ayer El Nuevo Herald. "Algunos colegas piensan que compartir el coche bordea el comunismo", bromeó. "Si ese es el caso, ¡viva la revolución!", celebró su ocurrencia y desató la reacción de los cubanos exiliados.

"No saben quién fue el Che Guevara. Fue un criminal", escribió Rodríguez en el sitio web de la marca. Apuntó que tuvo tres Mercedes pero "nunca más voy a comprar otro". La congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen escribió que "el Che era un cobarde corrupto y sediento de sangre" y que Mercedes Benz debería "avergonzarse". "No entiendo cómo una compañía que vende carros de lujo pueda usar una figura de alguien que predicó la lucha de clases", se indignó Ninoska Pérez Castellón, miembro del directorio del Consejo por la Libertad de Cuba. Daimler AG, que controla Mercedes Benz, difundió el jueves un comunicado para disculparse. "El doctor Zetsche se refirió a la revolución de la automovilidad debido a nuevas tecnologías, en particular aquellas asociadas con la conectividad", intentó aclarar. "Para ilustrar el punto, la compañía brevemente empleó una foto del revolucionario Che Guevara (una de muchas imágenes y videos en la presentación)", agregó. "Daimlier no respalda la vida o acciones de esta figura histórica o la filosofía política que promovía”, tomó distancia. “Nos disculpamos sinceramente con aquellos que se sintieron ofendidos", concluyó.

"Pienso que es una forma de intentar blanquearse", considera D'Alessando, un trabajador que debió exiliarse en Brasil durante la dictadura. "Ellos participaron del genocidio con gente del servicio de inteligencia del Batallón 601 y ahora presentan estas cosas como para mostrar que no son reaccionarios", agrega. "Creo que la movida es esa, con más razón ahora que se está haciendo un juicio en los Estados Unidos. No tiene nada que ver con la ideología, sólo hacen negocios".
Artículo cortado: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/1-57371-2012-01-14.html

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